Un reciente estudio colaborativo ha identificado cómo ciertos metabolitos mejoran la comunicación entre los microbios intestinales y las células humanas, acelerando la recuperación intestinal después de la quimioterapia. Publicada en la revista Cell Host & Microbe, esta investigación abre nuevas posibilidades para optimizar los tratamientos contra el cáncer, brindando esperanzas renovadas a los pacientes.
Científicos del Instituto de Salud de Luxemburgo, junto con destacados investigadores de la Universidad VIB-Ghent en Bélgica, la Universidad de Edimburgo en Reino Unido y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Estados Unidos, han desvelado cómo la interacción entre las bacterias intestinales y las células de mamíferos puede complicar la recuperación intestinal después de la quimioterapia. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para mitigar los severos efectos secundarios gastrointestinales asociados con los tratamientos contra el cáncer.
Aunque la quimioterapia es una herramienta potente en la lucha contra el cáncer, sus efectos secundarios en el aparato digestivo son significativos, afectando hasta al 80 por ciento de los pacientes. Estos efectos incluyen náuseas, diarrea e inflamaciones dolorosas, que a menudo se asocian con un desequilibrio en las bacterias intestinales, conocido como disbiosis. Hasta ahora, no se sabía con certeza si este desequilibrio bacteriano era simplemente un efecto secundario de la quimioterapia o una causa directa del daño intestinal.
Comprendiendo la relación
En este contexto, el equipo de investigación internacional, en colaboración con Mahesh Desai, líder del grupo de Nutrición, Microbioma e Inmunidad en el Instituto de Salud de Luxemburgo, ha identificado un mecanismo clave en la interacción entre la quimioterapia y el microbioma intestinal. Dirigidos por CJ Anderson de la Universidad de Edimburgo y Kodi Ravichandran de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y la Universidad de Gante, los investigadores emplearon técnicas avanzadas para analizar tanto los genes bacterianos como los efectos de los fármacos en las células intestinales.
En un avance significativo, los investigadores han identificado un eje de señalización entre la muerte de células epiteliales intestinales y las bacterias Enterobacteriaceae que exacerba la disbiosis en pacientes sometidos a quimioterapia. Los datos muestran que la apoptosis de las células epiteliales, inducida por la quimioterapia, y los metabolitos que contienen purina liberados por estas células moribundas, provocan una reorganización transcripcional en las Enterobacteriaceae. Este cambio incluye modificaciones en la respiración bacteriana y la promoción de su expansión, dependiente de la utilización de purina, lo que retrasa la recuperación del tracto intestinal. “Nuestros hallazgos demuestran que la muerte de las células intestinales durante la quimioterapia libera sustancias que favorecen el crecimiento de bacterias nocivas, lo que ralentiza la recuperación”, señaló Anderson.
Revertir el desequilibrio
No obstante, el estudio también reveló un hallazgo crucial: prevenir la muerte de las células intestinales o mantener bajo control a las bacterias nocivas podría revertir el desequilibrio microbiano y acelerar la recuperación del paciente. Estos resultados sugieren que los tratamientos enfocados en preservar un equilibrio saludable en el microbioma intestinal podrían ser clave para mitigar los efectos secundarios gastrointestinales de la quimioterapia, ofreciendo una nueva vía para mejorar la calidad de vida de los pacientes durante el tratamiento oncológico. “Entender cómo interactúan en el intestino las células y bacterias moribundas abre nuevas posibilidades de tratamientos que podrían mejorar la calidad de vida de los enfermos de cáncer”, explicó Desai por su parte.
Crucialmente, la inhibición de la muerte de células epiteliales o la restricción de las Enterobacteriaceae a niveles homeostáticos no solo revierte la disbiosis, sino que también mejora la recuperación intestinal. Estos hallazgos sugieren que las terapias de apoyo que mantengan los niveles de Enterobacteriaceae dentro de rangos homeostáticos podrían ser clave para tratar enfermedades intestinales en pacientes que reciben quimioterapia. Así, Ravichandran destacó que “el alcance y la envergadura de este trabajo no habrían sido posibles sin reunir un conjunto tan complementario de conocimientos especializados de todo el mundo”.
Estos hallazgos no solo profundizan en la comprensión de la salud intestinal, sino que también señalan posibles nuevas terapias para tratar los problemas digestivos causados por la quimioterapia. Las investigaciones sugieren que estrategias orientadas a mantener el equilibrio del microbioma intestinal podrían convertirse en un enfoque innovador para reducir los efectos secundarios gastrointestinales en pacientes oncológicos.
A medida que los tratamientos contra el cáncer se vuelven más efectivos, la necesidad de preservar la salud intestinal se vuelve crucial. Los resultados de este estudio sobre la interacción entre las células humanas y las bacterias intestinales podrían allanar el camino hacia tratamientos innovadores, ofreciendo nuevas esperanzas a pacientes con cáncer en todo el mundo. Estos avances subrayan la importancia de un enfoque integral en el tratamiento oncológico, donde mantener un microbioma equilibrado podría ser clave para mejorar la calidad de vida durante y después de la quimioterapia.
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