El cáncer de pulmón, el de vejiga y el de próstata son las tres áreas oncológicas en las que Janssen ha avanzado en ESMO 2020. Una edición que, para la compañía, ha supuesto un hito. Así lo explica a GM Joaquín Casariego, director del Área Terapéutica de Oncología, en Europa, Oriente Medio y África de Janssen.
Uno de esos hitos son los resultados del ensayo Chrysalis en cáncer de pulmón no microcítico avanzado, que analiza la combinación de amivantamab con lazertinib en pacientes con mutaciones de EGFR, que tienen deleción en el exón 19 y la mutación L858R. Como explica Casariego este estudio de diversas cohortes analiza esta combinación en pacientes que han progresado con el estándar, y otra de ellas a pacientes naive.
“Se ha observado desde el punto de vista de eficacia y de seguridad en pacientes en recaída, una supervivencia global de 36 por ciento, que en este tipo de pacientes que ya han progresado es un dato muy importante. Es decir, todavía pueden responder en este caso a la combinación de amivantamab y lazertinib. Además, en los pacientes de primera línea ha habido un cien por cien de supervivencia global”. Como resume este experto, resultados “extraordinariamente prometedores” para los pacientes con este tipo de alteraciones.
Aparte de los resultados de eficacia hay que tener en cuenta el de seguridad. “La combinación de dos fármacos diferentes con mecanismos de acción distintos siempre genera un poco de precaución por la aparición de acontecimientos adversos resultantes de la sinergia entre los dos fármacos. En este sentido estamos esperanzados porque el perfil riesgo beneficio es francamente prometedor”.
Como apunta este experto, desde el punto de vista de innovación, no sólo es la combinación de dos fármacos con diferentes mecanismos de acción sino que “el propio amivantamab es un anticuerpo biespecífico cuyo target es el gen EGFR y la prevención de aparición de resistencias”. Resistencias que, habitualmente, vienen vehiculizadas a través del factor mesenquimal del MET. “Esta acción dual, haciendo un target de ambas mutaciones unido además al empleo de lazertinib estamos cubriendo un universo grande de mutaciones vinculadas al cáncer no microcítico y previniendo el desarrollo de resistencias o retrasándolo”.
Cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga es un área donde Janssen está desembarcando como compañía. Casariego se centra en los datos del estudio NORSE, con un fármaco enfocado a los pacientes con una alteración del gen del receptor del factor de crecimiento fibroblástico (FGFR). Se trata de erdafitinib, un inhibidor de esta mutación aprobado por la FDA hace años para el tratamiento de vejiga localmente avanzado o metastásico. Otro estudio que destaca es el RAGNAR, además lo hace por lo innovador del diseño del estudio, centrando en esta terapia para indicación de tumor agnóstico. “Se está explorando el empleo de erdafitinib en múltiples tumores”, adelanta. Este ensayo cuenta con 280 pacientes adultos y jóvenes; casi 160 centros de investigación; y en todos los tumores sólidos en estadio avanzado y que hayan avanzado a múltiples líneas de terapias”.
Cáncer de próstata
En esta misma línea, Janssen sigue consolidándose en cáncer de próstata. En ESMO 2020 han presentado estudios que evalúa el impacto en la calidad de vida. Así, el estudio Spartan sigue arrojando datos de apalutamida en pacientes con cáncer de próstata no microcítico resistente a la castración. Ya hace tiempo la molécula demostró superioridad en todos los endpoint (superivencia libre de metástasis), y ahora faltaban los endpoints secundarios como la calidad de vida.
“Apalutamida es el único fármaco que existe ahora mismo que ha demostrado prolongar la supervivencia hasta tener más de 6 años de supervivencia y más de un año de diferencial hasta el standar of care, frente al grupo control”, asegura.
Como remarca este experto, los nuevos datos de ESMO vienen a cerrar el círculo. “Hemos demostrado de algún modo que todas las variables estaban correlacionadas, de modo que la prolongación y la reducción del riesgo de desarrollo de metástasis o el retraso en el desarrollo de metástasis lleva aparejado un incremento en la supervivencia con lo cual conectamos metástasis con supervivencia”. Además, se ha demostrado también, apunta, que los parámetros de calidad de vida se mantienen mientras están tomando apalutamida frente al grupo placebo. “Es un fin de fiesta para este ensayo clínico que conecta todas estas variables”.
El poder de los datos
Otro de los estudios que Casariego destaca es el Oraculum. Un estudio de mucha trascendencia en España, puesto que ha nacido en nuestro país, y que se ha derivado en un ensayo Pan Europeo donde participarán países de la región EMEA y de América Latina. Con este trabajo se pone en valor la importancia del big data y de la inteligencia artificial.
“Queremos evaluar todas las características de la población de cáncer de próstata localizado. Además, vamos a categorizar las distintas subpoblaciones, identificar las distintas tipos de respuesta que tengan los pacientes dependiendo los distintos tipos de intervenciones, así como identificar nuevos factores pronóstico para las distintas subpoblaciones de pacientes y los factores de riesgo”.
Estos resultados, resalta el experto, ayudarán a tratar a los pacientes de un modo diferente, identificando con mayor precisión la evolución de los pacientes. A través de la inteligencia artificial y gracias a la combinación de miles de datos de pacientes y de miles de variables será posible conocer factores predictivos de respuesta. “Este tipo de aproximación sería absolutamente imposible conocer buceando solo en los ensayos clínicos” concluye.