En España existe una estrategia para el uso adecuado de las vacunas frente a la COVID-19. No obstante, en un escenario post vacunal en España, resulta importante asegurar que coexista una forma organizada de avanzar con relación a los tratamientos.

El abordaje de la COVID-19 desde un punto de vista bidireccional —vacunas y tratamientos— no solo es complementario, sino necesario. En especial, dado que la protección postvacunal es limitada en el tiempo. Asimismo, las vacunas actuales protegen contra la enfermedad grave pero no contra la infección y la transmisión, que se sigue produciendo.

En este objetivo, actualmente se asiste a un reposicionamiento de ciertos medicamentos existentes. Entre ellos, los anticuerpos monoclonales (mAbs). Los mAbs neutralizantes han demostrado su eficacia para detener la COVID-19 —hospitalizaciones y/o mortalidad—cuando se administran temprano en el proceso infeccioso, lo cual les distingue de otros medicamentos empleados.

En general, se ha demostrado que los mAbs neutralizantes frente al SARS-CoV-2 presentan una eficacia entre el 70 y 80% frente al riesgo de progresión a COVID-19 grave en pacientes mayores de 12 años con COVID-19 leve a moderada. La propia Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha elegido tres terapias de mAbs para su integración en la cartera de servicios frente a la COVID-19.

Los mAbs han demostrado una eficacia del 80% frente al riesgo de progresión a COVID-19 grave

Así, dada la evidencia ya existente respecto al empleo de mAbs en el tratamiento de la COVID-19, el reto no es clínico; es organizativo, de planificación. ¿Cómo favorecer una óptima y rápida administración? ¿Para qué perfil de pacientes? ¿En qué momento? ¿Qué circuitos asistenciales transversales entre AP y hospitales, e interespecialidades, deben establecerse? ¿Cómo asegurar la equidad en el acceso a mAb en todas las Comunidades Autónomas?

Las respuestas a estas y otras cuestiones ya existen. Todas ellas figuran en la “Estrategia de Uso de Anticuerpos Monoclonales”, un nuevo documento multidisciplinar, de consenso, en cuya elaboración ha participado un grupo de expertos integrado por especialistas en enfermedades infecciosas, neumólogos, inmunólogos, microbiólogos, médicos de urgencias y de familia de una docena de hospitales españoles.

Este trabajo forma parte del proyecto ERICO (Early Intervention in Covid-19, en inglés), coordinado por SI-Health con la colaboración de GSK, y que tiene por objetivo que estas estrategias innovadoras —que se pueden traducir en menos hospitalizaciones y muertes por COVID-19— se incorporen de una forma eficiente en el sistema sanitario.

“Esta estrategia ofrece una oportunidad y una llamada a las Administraciones para el uso racional y eficaz de los mAbs, desde la planificación, los circuitos más adecuados, así como la sensibilización y coordinación de los profesionales, etc.”, tal como señala uno de sus coordinadores, el Dr. Juan Berenguer, del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

Todos los especialistas participantes han aportado su experiencia en el manejo clínico y la gestión de la COVID-19 para mejorar el proceso asistencial, favoreciendo la intervención temprana y las decisiones óptimas para conseguir los mejores resultados. “Queremos reducir las hospitalizaciones y los fallecimientos a través de estrategias complementarias a la vacunación, como puede ser este empleo de mAbs para personas infectadas en riesgo de progresión o aquellas que ya están ingresadas evitar su entrada en UCIS”, añade el Dr. Berenguer.

“Al aparecer estos medicamentos innovadores que son los mAbs, hay que ofrecer una información que sea ordenada, clara y bien justificada”, complementa la Dra. Rosario Menéndez, jefa clínica del Servicio de Neumología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, y coordinadora, igualmente, del documento. “En todas las enfermedades transversales como la COVID-19 es fundamental que las estrategias y documentos de abordaje terapéutico sean multidisciplinares y cubran todo el espectro de profesionales que asisten al paciente”, corrobora otro de sus coordinadores, el Dr. Juan González del Castillo, jefe de la Unidad de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Definir quién, cómo y cuándo

Al hilo de lo anterior, el Dr. Berenguer apunta uno de los objetivos principales de la estrategia: identificar, y con prontitud, qué perfil de paciente puede beneficiarse de la administración de mAbs frente a la COVID-19. Y, no menos importante, el mejor momento para ello.

“Los anticuerpos monoclonales son efectivos en pacientes vacunados o no inmunizados con alto riesgo de progresión” si se administran de forma precoz (5 días tras inicio de sintomatología).

Respecto a los tiempos, esta Estrategia de consenso pone de manifiesto la importancia de la administración precoz de mABs dentro de los primeros cinco días tras el inicio de la sintomatología. “El tiempo importa y obliga a una mayor agilidad en la búsqueda de pacientes”, resume Rosario Menéndez.

Y, junto al quién y al cuándo, también se aborda el cómo. Es decir, en qué contexto. Esta estrategia indica la necesidad de disponer de un modelo organizado para atender a estos pacientes, que implique no solo al ámbito hospitalario sino también la AP, así como poder disponer “con celeridad” de guías clínicas al respecto.

Equidad y apoyo de las Administraciones

La pandemia ha puesto de manifiesto la forma en la que los profesionales de la salud han asumido el liderazgo organizativo. De forma paralela, el ámbito político y gestor ha permitido ese mayor margen de maniobra a los profesionales. Por ello, es fundamental que las Administraciones hagan suyos este tipo de documentos que generan evidencia y que emanan de los propios implicados directos en el abordaje de la COVID-19.

“Hay que dar máxima difusión a esta estrategia, tanto a profesionales como Administración. Creo que la Administración es consciente de la oportunidad que suponen los mAbs contra la COVID-19”, expone González del Castillo.

Por ello, este documento pide a las autoridades tener en cuenta que estos tratamientos serán clave para el control de la situación si el virus entra en fase endémica o en un escenario de mayor gravedad debido a las nuevas variantes, y reforzar la capacidad de planificación en las comunidades autónomas, para poder incorporar estos nuevos tratamientos contra la COVID-19.

Todo ello, junto a las recomendaciones de este trabajo que, asimismo, abogan por el acceso a los mAbs de forma equitativa en todo el territorio, otro aspecto crucial a asegurar. “La variabilidad clínica en España, en la utilización de mAb neutralizantes, probablemente sea importante en estos momentos. Se debe tender a que su aplicación sea equitativa y garantizar un acceso uniforme en las 17 CC. AA. con el fin de evitar desigualdades ante la misma enfermedad”, expone este documento multidisciplinar.


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