Un reciente estudio liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista Vaccine presenta estimaciones actualizadas sobre la capacidad mundial de producción de vacunas contra la gripe, resaltando tanto los avances logrados como los desafíos aún pendientes en la preparación ante pandemias.
Este análisis, enmarcado dentro del Plan de Implementación de Alto Nivel III (2024-2030) del Marco de Preparación para la Gripe Pandémica, muestra que la producción anual de vacunas contra la gripe estacional se mantiene estable. No obstante, destaca que la ausencia de instalaciones de fabricación en la región africana y en países de ingresos bajos y medios podría generar inequidades en el acceso y distribución de vacunas en caso de una pandemia.
El estudio determinó que, desde la última evaluación en 2019, la capacidad anual de producción de vacunas contra la gripe estacional se ha mantenido relativamente estable en 1.530 millones de dosis. Esto permitiría una producción de hasta 4.130 millones de dosis en un escenario pandémico moderado y de hasta 8.260 millones en el mejor de los casos, aseguran los datos.
Sin embargo, estas estimaciones no incluyen la posible capacidad de producción de vacunas basadas en ARNm, ya que, hasta la fecha, ninguna vacuna de este tipo ha sido autorizada para la gripe estacional o pandémica.
Asimismo, la investigación también reveló que más del 80 % de las vacunas contra la gripe, tanto estacional como pandémica, se producen a partir de huevos embrionados, y que las vacunas con virus inactivados representan la mayor parte del suministro.
No obstante, esta dependencia de huevos supone una vulnerabilidad en la cadena de producción, y el acceso limitado a otros bienes esenciales podría dificultar una rápida expansión en caso de pandemia. La adopción de vacunas cultivadas en células, incluidas aquellas basadas en proteínas recombinantes, junto con la inversión en tecnologías de nueva generación, como las vacunas de ARNm, podría acelerar la producción y mejorar la disponibilidad global de vacunas.
Promover la producción local de vacunas
El estudio también evidenció que, aunque la mayoría de las regiones de la OMS cuentan con instalaciones de fabricación de vacunas, la Región de África sigue sin disponer de producción local. Actualmente, la capacidad de manufactura se encuentra concentrada en países de ingresos altos y medios-altos, lo que podría generar desigualdades en el acceso.
Ante esta situación, los autores del análisis recomiendan reforzar la producción local de vacunas, especialmente en países de ingresos bajos y medianos, como medida clave para garantizar un acceso equitativo en futuras pandemias.
De acuerdo con los datos de este trabajo, la producción de vacunas contra la gripe sigue estando mayoritariamente concentrada en países de ingresos altos, que representan el 69% de la capacidad de fabricación de vacunas estacionales y casi el 80% de la capacidad para vacunas pandémicas. Aunque los países de ingresos medios-altos contribuyen con cerca del 30% de la producción estacional y el 20% de la producción pandémica, la capacidad en los países de ingresos medios-bajos sigue siendo mínima, con menos del 2% para vacunas estacionales y menos del 1% para vacunas pandémicas.
Además, en los países de ingresos bajos y en la región africana no existe capacidad de producción significativa, lo que genera un marcado desequilibrio en la distribución global de vacunas. Esta disparidad podría traducirse en un acceso desigual en caso de pandemia, exacerbando las inequidades en salud a nivel mundial.
Capacidad de preparación
La vacunación contra la gripe estacional desempeña un papel clave en la prevención de la enfermedad y en la reducción de su gravedad, especialmente en personas con mayor riesgo de complicaciones y en sus cuidadores. Además de su impacto en la salud individual y colectiva, fomentar la inmunización estacional contribuye a fortalecer la capacidad global de fabricación y preparación ante pandemias.
Esto se debe a que, en caso de una emergencia, los fabricantes pueden aprovechar las infraestructuras y procesos ya establecidos para la producción de vacunas estacionales y adaptarlos a la fabricación de vacunas pandémicas.
La capacidad de producción de vacunas contra la gripe, tanto estacional como pandémica, se ha mantenido prácticamente estable desde la última evaluación en 2019, con un leve incremento del 3,7% en la capacidad de producción estacional y una reducción de menos del 1% en la capacidad pandémica.
Sin embargo, desde 2013, los fabricantes han ido adaptando su producción hacia la formulación tetravalente inactivada (QIV) o incorporándola junto a la formulación trivalente inactivada (TIV) en la producción estacional. Dado que la QIV requiere aproximadamente un 33% más de antígeno por dosis para compensar la inclusión de una cepa B adicional, su adopción podría traducirse en un aumento de la capacidad de fabricación de vacunas monovalentes, a pesar de la aparente estabilización de la producción estacional.
Cabe destacar que las estimaciones actuales de este estudio no contemplan el impacto de esta transición hacia la QIV, lo que sugiere que la capacidad real de producción de vacunas pandémicas podría estar subestimada.
De cara a futuras pandemias de gripe, es crucial abordar los desafíos relacionados con la producción y distribución de vacunas. En este contexto, la OMS continúa respaldando iniciativas para mejorar el acceso, impulsar la innovación en tecnologías de vacunación y fortalecer la preparación a nivel mundial.