“Según avanza la edad, los sistemas inmunes son más débiles, y contraer enfermedades como la gripe o la COVID-19, pueden derivar en complicaciones graves”. Así lo ha expuesto Mark Doherty, Global Medical Affairs en el área de Vacunas de GSK, quien ha puesto el foco en la necesidad de trabajar sobre este grupo etario en un contexto de poblaciones envejecidas durante el encuentro ‘Adult vaccination: the critical benefits of prevention’ (Vacunación en adultos: los beneficios críticos de la prevención).

“Si miramos hacia el futuro, la población está cambiando; se espera que para el año 2050, las personas de más de 50 años sean las que representen el mayor porcentaje de la población global”, ha apoyado.

Y es que, como recordaba el experto, “las enfermedades transmisibles son una de las principales causas de mortalidad”. La pandemia ha puesto de relieve la importancia de protegerse frente a infecciones para las que se cuenta con vacuna específica. Precisamente, la COVID-19 ha sido fiel reflejo de la diferencia de impacto entre estar vacunado y no estarlo, en cuanto a las consecuencias que ha repercutido en los pacientes.

Esto se suma al papel que han jugado las vacunas en la reducción o eliminación de enfermedades como el sarampión o la viruela. En enfermedades como la gripe, este beneficio se observa tanto en evitar complicaciones en la fase aguda de la enfermedad, como en las secuelas a largo plazo que pueden quedar en el paciente.

“La relación entre las vacunas, las enfermedades inmunoprevenibles y la reducción de los efectos negativos a largo plazo, ha sido demostrada a lo largo de los años”, exponía Doherty. Los datos lo corroboran. En palabras del experto, “en gripe, los ratios de personas que sufren inflamación de miocardio o infarto, son entre tres y cinco veces mayores en personas no vacunadas, de lo que se deduce que la vacuna tiene un rol muy importante evitando estas complicaciones”.

Cultura de la vacunación

Para Rodrigo Schrage Lins, presidente de la Sociedad de Infectología de Río de Janeiro, es importante transmitir que “las vacunas son muy importantes en la prevención de la enfermedad” y que actualmente “contamos con vacunas muy seguras y con muy pocos efectos adversos”.

Otro de los puntos que remarcaba el especialista es que las vacunas, más a allá de proteger frente a la enfermedad específica para la que están indicadas, sirven como “entrenamiento del sistema inmune”, haciendo que este adquiera conocimiento para deshacerse o reducir el efecto de diversos patógenos, como los causantes de resfriados comunes. “Una persona a la que se hayan administrado las vacunas estipuladas, va a responder de una manera más óptima ante otras enfermedades”. Siguiendo este hilo, afirmaba que ya existen datos al respecto; “recientemente se ha publicado un paper que refleja cómo la vacunación contra la gripe tiene un papel muy importante en la prevención de otras enfermedades”, indicaba.

Conocimiento de la sociedad

Dominique Descamps Head Clinical Research & Development en el Centro de I+D de GSK en Bélgica remarcaba la importancia de la colaboración tanto en el desarrollo de vacunas como para aumentar el número de personas vacunadas. “La colaboración entre compañías para acelerar la ainvestigación es crítica, pero también hay que colaborar con otros agentes del sistema sanitario para aumentar la concienciación”, indicaba.

En esta idea coincidía Yan Sergerie, Global Medical Affairs Lead en GSK, incidiendo en que “en muchos casos todavía hay un conocimiento limitado del valor de la vacunación, y las consecuencias que puede evitar tanto a corto como a largo plazo”. Aquí, subrayaba que “al comparar la situación actual con la de hace 40 años, hay condiciones de salud de niños que ya no existen y esto se ha logrado gracias a los buenos programas de vacunación que hay en todo el mundo”.

A la eficacia demostrada por las vacunas, Descamps añadía la utilidad que están demostrando otras herramientas innovadoras para luchar contra enfermedades transmisibles. “Podemos mejorar las vacunas actuales y hacerlas más eficaces, hacer que haya más vacunas disponibles, pero ahora también contamos con la posibilidad de combinar las vacunas con otras herramientas como los anticuerpos monoclonales, que están demostrando ser un abordaje muy interesante en términos de inmunización”.

Importancia de la prevención para los sistemas

Al hablar de prevención, Schrage instaba a los gobiernos a “poner las vacunas en el centro del sistema” dentro de la cultura de la vacunación que mencionaba anteriormente. “Esto no puede hacerse sin los gobiernos, que tienen que poner en marcha más acciones de prevención y además de divulgar sobre el papel de las vacunas, impulsar la prevención en diabetes o enfermedades pulmonares y cardiovasculares, en las cuales las medidas están definidas”.

En este sentido, Sergerie consideraba que “es muy importante prevenir aquellas enfermedades para las que tenemos herramientas en lugar de tener que tratarlas después”. Además de por el beneficio que reporta a los pacientes, “para aliviar la presión asistencial”. Por otra parte, para aumentar la vacunación, además de la formación e información, llamaba a “aumentar los recursos humanos como pueden ser las enfermeras para contribuir a aumentar el número de vacunaciones”.

En definitiva, Sergerie concluía que “las vacunas deben formar parte de un pack completo de prevención, en el que se fomente seguir una dieta saludable o mantener unos niveles adecuados de actividad física, medidas que por otra parte conllevan una inversión muy baja”. Descamps atisbaba además algunos cambios que pueden darse en cuanto a la concepción que la sociedad tiene sobre las vacunas; “las vacunas se contemplan como una herramienta que es útil antes de que la enfermedad ocurra, pero esta perspectiva va a cambiar y como ya ocurre con la inmunoterapia, pueden ser de gran utilidad para entrenar el sistema inmune”. Por último, añadía que se está trabajando para aumentar el rango de actuación de las vacunas, “aumentando su consideración en otros ámbitos como la prevención del cáncer”.

PUNTOS A MEJORAR

GSK impulsaba una encuesta en 2021 para conocer en qué puntos se debería incidir para mejorar las coberturas vacunales. Esta, fue realizada en Brasil, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, España y Estados Unidos, y presenta resultados desiguales entre territorios.

En el caso de España, un 55 por ciento de los participantes aludieron a la necesidad de contar con recordatorios de vacunación, un 39 por ciento demandaron más y mejor información sobre las vacunas y un 37 por ciento consideraron que también es necesario aportar una información más clara sobre los posibles efectos adversos.

La mayoría de países sitúan en primer lugar, al igual que en España, la necesidad de ofrecer recordatorios. Pero otros como Brasil, Italia o Japón, aluden a la necesidad de conocer mejor los efectos adversos para impulsar la vacunación contra diversas enfermedades.

Otros de los puntos que refirieron los encuestados fueron la necesidad de contar con ubicaciones más adecuadas para la vacunación, como apuntaron los encuestados de Canadá y Japón o contar con una recomendación más clara de los profesionales sanitarios, dato que se obtuvo entre los encuestados de Italia.


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