Tras cuatro décadas desde la identificación del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en 1984, la lucha contra este virus continúa siendo un desafío global. Aunque los avances en la prevención y tratamiento han transformado la vida de millones de personas, el VIH sigue siendo una amenaza persistente, ya que según estimaciones de ONUSIDA en el mundo 39,9 millones vivían con esta enfermedad en 2023. No obstante, en los últimos años la ciencia ha dado pasos importantes en la búsqueda de una cura, aunque el estigma y la desigualdad siguen siendo barreras que complican los esfuerzos para erradicarlo.

En este sentido, la revista Nature ha realizado una revisión para actualizar en qué punto se encuentra la investigación de los tratamientos contra el VIH. En este documento se hace un recorrido por tres de los puntos más relevantes: la prevención, los trasplantes de células madre y las vacunas.

Prevenir la transmisión

El tratamiento estándar para el VIH es la terapia antirretroviral (TAR), que consiste en una combinación de medicamentos que generalmente se toman a diario para evitar que el virus se replique en el cuerpo. La TAR puede disminuir la carga viral en una persona infectada hasta un nivel indetectable, evitando que el virus cause daños al organismo y reduciendo significativamente el riesgo de transmisión. Sin embargo, para muchas personas, esta estrategia no es del todo suficiente.

Una de las vías que se están investigando y ampliando es la de la prevención. La profilaxis preexposición (PrEP) ha desempeñado un papel crucial en la reducción de la transmisión del VIH. Hasta hace poco, la PrEP solo estaba disponible en forma de pastillas orales que debían tomarse diariamente para ser efectivas, de hecho, cuando se utilizan de manera adecuada, la PrEP oral disminuye el riesgo de infección por VIH en alrededor del 99 por ciento.

Sin embargo, los tratamientos de acción prolongada aprobados para combatir el VIH también han mostrado ser efectivos en la prevención de la infección. En 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el uso profiláctico del cabotegravir. Además, el lenacapavir podría sumarse pronto como una nueva opción de PrEP. En un estudio publicado en julio, se informó que las inyecciones semestrales de lenacapavir lograron prevenir eficazmente la infección por VIH en una cohorte de más de 2.000 mujeres jóvenes y adolescentes sexualmente activas. En contraste, aproximadamente el dos por ciento del grupo que recibió PrEP oral contrajo el virus.

No obstante, los expertos señalan que la inyección con lenacapavir presenta ciertas limitaciones. Por ejemplo, los efectos secundarios cutáneos pueden llevar a que algunas personas abandonen el tratamiento y, además, su eficacia aún no ha sido confirmada en hombres, aunque actualmente se está llevando a cabo un ensayo clínico en esta población.

Células madre

En una conferencia sobre el VIH realizada el pasado mes de julio se reveló que un séptimo paciente había sido “curado” de esta enfermedad. Se trata de un hombre alemán de 60 años que, tras recibir un trasplante de células madre, ha estado libre del virus durante casi seis años, según informaron los investigadores. Sin embargo, aunque los trasplantes de células madre han demostrado ser muy eficaces para erradicar el virus, no son una solución escalable.

Este tratamiento es agresivo y conlleva riesgos significativos, incluidas complicaciones a largo plazo como la enfermedad de injerto contra huésped, donde las células del donante atacan los tejidos del receptor. Según Sharon Lewin, especialista en enfermedades infecciosas y directora del Instituto Peter Doherty para Infecciones e Inmunidad en Melbourne, Australia, el procedimiento solo se llevó a cabo en estos siete casos exitosos porque todos los pacientes tenían cánceres que requerían un trasplante de médula ósea. “Nunca consideraríamos este enfoque para alguien que esté, por lo demás, sano”, explica Lewin. “Nadie está viendo esto como una cura general para el VIH”, destaca.

En la mayoría de los casos de trasplantes de células madre, las células recibidas por los pacientes contenían una mutación que bloquea la expresión de CCR5, una proteína que el VIH utiliza para infiltrarse en las células. Aunque este procedimiento no es viable para la mayoría de las personas con esta enfermedad, su éxito en un pequeño número de casos ha impulsado el desarrollo de terapias génicas enfocadas en el CCR5. Además, se están desarrollando terapias génicas que apuntan directamente al virus, como la inserción de un gen que produce anticuerpos capaces de mantener el virus bajo control.

A diferencia de los pacientes anteriores, el ‘paciente de Ginebra’ recibió células madre de un donante sin la mutación CCR5Δ32. Treinta y dos meses tras la interrupción del tratamiento, la carga viral sigue siendo indetectable.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature Medicine ha confirmado la remisión del virus en el ‘paciente de Ginebra’, esta investigación ha revelado que, a diferencia de las cinco personas anteriores, esta recibió células madre de un donante sin la mutación CCR5Δ32, que normalmente ofrece protección contra la infección. Treinta y dos meses tras la interrupción del tratamiento, la carga viral sigue siendo indetectable.

Desarrollo de vacunas

El campo de las vacunas lleva activo desde que se informó sobre la primera infección por VIH en 1981. Sin embargo, enfrenta diversos desafíos, siendo uno de los más limitantes el poder crear una vacuna capaz de neutralizar de manera eficaz las diversas cepas del VIH. Además, la alta glicosilación del virus, es decir, su recubrimiento con moléculas de azúcar, complica el diseño de anticuerpos que puedan superar esta barrera.

Diversos estudios recientes han mostrado la capacidad de un inmunógeno de inducir la producción de anticuerpos potentes y ampliamente neutralizantes contra el VIH en macacos. Estas investigaciones demuestran que es factible iniciar el proceso de activar las células inmunes para generar anticuerpos con un amplio espectro de neutralización. El inmunógeno, llamado GT1.1, está actualmente en evaluación en un ensayo clínico de fase I.


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