El tratamiento de plasma convaleciente o la heparina se convierten en posibles alternativas frente a la COVID19, tras los resultados de investigación durante la pandemia. Esta es una de las aportaciones de la Hematología a la enfermedad, que ha centrado una de las mesas del I Congreso COVID-19, coordinada por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).

El congreso, que ha contado con puntos de vista de expertos de distintas regiones de la geografía española, ha puesto el foco en tres bloques principales: el tratamiento con terapia celular en la COVID-19 con enfermos convalecientes y células mesenquimales, los trastornos de coagulación en COVID-19 y el empleo de anticoagulantes y patogenia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo y COVID-19.

Plasma convaleciente, ventajas e inconvenientes

En este sentido, Rafael Duarte, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, ha recordado que el uso del plasma convaleciente se frecuenta en situaciones de enfermedad grave o de infección para los que no hay otros tratamientos. Una de las ventajas principales del plasma covaleciente es la aplicación. No obstante, el experto ha señalado que también presenta limitaciones. Por ejemplo, el acceso al plasma y el desarrollo como terapia.

“La realidad es que en toda la experiencia que hemos tenido desde la gripe española, la presencia de estudios protectivos randomizados es realmente inexistente en la actualidad”

Rafael Duarte, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid

Por ello, Duarte señala que el resumen de la utilización de plasma convaleciente sugiere, en evidencias no compartidas, no randomizadas, que “es seguro y al mismo tiempo es necesario desarrollar ensayos para probar la eficacia”.

Asimismo, ha presentado un ensayo del Instituto de Salud Carlos III coordinado por el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, que analizó dos grupos: uno con plasma, y otro sin plasma. El análisis mostró resultados distintos: “No hay pacientes del grupo de plasma que pase a UCI o fallezca”.

Para Duarte, el uso del plasma convaleciente quizás no sea al tratamiento más adecuado y eficaz para los pacientes con COVID-19 graves, y se debe seguir investigando en pacientes leves, “que es donde puede tener mayor interés. También en el caso de las células mesenquimales como tratamiento para los pacientes con el síndrome de distrés respiratorio”.

Heparina y reducción de mortalidad

En relación a la heparina, José Ramón González Porras, del Hospital Universitario de Salamanca, ha destacado datos de algunos estudios que aprecian una relación entre la administración de heparina y una reducción de mortalidad.

Asimismo, ha explicado que los parametros de coagulación que presentan pacientes con COVID-19 al ingreso son en torno al 10-20 por ciento una trombocitopenia que suele ser leve-moderada. Además, indica que “muy pocos pacientes alargan los tiempos de coagulación y si ocurre es muy leve”.

González ha indicado que los enfermos con COVID-19 presentan alteraciones en los parámetros de coagulación, con altos niveles de fibrinógeno y del dímero D, hay una “estrecha asociación” entre la inflamación y la coagulación en este tipo de pacientes. “Con el tiempo, los pacientes que fallecen presentan niveles más altos de dímero D”, indica.

“La cuestión es determinar cuál es la dosis beneficiosa de heparina para su uso en pacientes COVID-19”

José Ramón González Porras, del Hospital Universitario de Salamanca

Además, el experto ha explicado las recomendaciones sobre tromboprofilaxis en este tipo de pacientes ante el alto riesgo trombótico. El experto ha destacado que la coagulopatía en la COVID-19 es frecuente, supone más riesgo de mortalidad y tiene características propias.

Asimismo, ha subrayado que las tasas de trombosis son altas debido a tromboembolismo venoso y la inmunotrombosis pulmonar, y que es necesario seguir investigando sobre el uso de la heparina.

Síndrome respiratorio agudo severo y COVID-19

En la mesa de Hemartología también ha participado Pere Barba, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Vall Hebrón de Barcelona. Barba ha analizado la patogenia del síndrome respiratorio agudo severo y la COVID-19, y su carácter similar al síndrome de liberación de citoquinas.

Barba ha hecho un recorrido por los tipos de síndromes de desregulación inmune que existen. En este sentido, ha destacado liberación de citoquinas, de activación macrofágica y de reconstrucción inflamatoria inmune.

“En todos se produce una elevación de las citoquinas y fiebre, y en algunos casos de hipoxia e hipotensión”

Pere Barba, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Vall Hebrón de Barcelona

Además, ha destacado que “el perfil de los pacientes COVID-19 se parece bastante a los pacientes con síndrome de liberación de citoquinas, lo que explica que se usen tratamientos como tocilizumab, aunque con eficacia diferente”.

Pere Barba ha profundizado en esta cuestión presentando estudios sobre las células T en pacientes en UCI. Estos mostraron que en los pacientes COVID-19 se producía una elevación de las citoquinas. Esta situación “aunque se explica más por la situación crítica del enfermo, y no por el virus”, ha resaltado.

Asimismo, el experto en hematología ha destacado los principales tratamientos para este tipo de pacientes. Por ejemplo, los inhibidores de interluquina 6 o las terapias de corticoides. Además expuso los resultados de otros estudios sobre el beneficio de tocilizumab en pacientes infectados por SARS-CoV-2.

En este sentido, ha destacado el ensayo en fase 3 CONVACTA, que aún no ha sido publicado. Este análisis ya ha demostrado la eficacia de tocilizumab, o el ensayo RECOVERY, con dexametasona, que también ha demostrado beneficios.


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