Los nuevos tratamientos de esclerosis múltiple han permitido que muchas mujeres con esta enfermedad hagan realidad su sueño de ser madres. La planificación del embarazo en estas pacientes ha sido uno de los temas abordados recientemente en el Foro Emotion, promovido por Merck, en el que han participado alrededor de un centenar de especialistas.
Celia Oreja-Guevara, jefe de Sección de Neurología del Hospital Universitario Clínico San Carlos y coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple del centro, explica a GM la importancia de planificar adecuadamente embarazo, parto y lactancia en estas pacientes. “Nuestras pacientes son jóvenes, son mujeres, y contamos con doce tratamientos que permiten que la enfermedad permanezca estable. Hace 15 años era impensable. Se les prohibía el embarazo e incluso temíamos que tras dar a luz la enfermedad fuese a peor”, asegura.
La especialista desmonta estas ideas a día de hoy: “Es posible que la paciente se quede embarazada. Además, no afecta al curso de la enfermedad y tampoco se hereda”. En cualquier caso, subraya que lo importante es realizar una adecuada planificación. “Necesitamos ver qué tratamiento tiene y cuándo se le quita para que pueda buscar el embarazo. Una vez que da a luz, tenemos que decidir con la paciente si puede dar lactancia y cuándo se podrá reintroducir el tratamiento” añade. En función del tratamiento, se puede parar o no, expone.
La mayoría de los tratamientos de primera línea se mantienen en general hasta el embarazo y los expertos deciden qué hacer con los de segunda línea. Algunos de ellos habrá que pararlos, asegura, y la paciente estará un tiempo sin tratamiento. “Aquí se empieza a ver la ventaja de tratamientos a pulsos (cladribina y alentuzumab), en los que tras los dos primeros ciclos, espaciados durante un año, tienen al menos 30 meses para conseguir el embarazo, lo que también quita estrés a la mujer”. “Saben que están protegidas por lo menos dos años más, sin la presión de tener que conseguir un embarazo rápido”, recalca.
Mantener la lactancia
Con respecto la lactancia, en general la mayoría podrán dar lactancia materna, pero hay un grupo de pacientes que si han tenido brotes cerca o durante un embarazo no planificado tendrá que volver al tratamiento después de dar a luz.
Junto a este tema, los especialistas también revisaron el avance de la medicina de precisión en este campo. Con doce tratamientos, explica la especialista, resulta más accesible valorar qué tratamiento necesita cada tipo de paciente en función de su situación personal, perfil genético e incluso la constitución física.
Los tratamientos a pulsos permiten que la paciente tenga un plazo de 30 meses para quedar embarazada
“Saben que están protegidas durante al menos dos años más, sin la presión de lograr un embarazo rápido”, asegura