Pregunta. ¿Por qué la entrada de Gilead en oncología?
Respuesta. La entrada en oncología era un paso natural para Gilead. A lo largo de nuestros 30 años de historia hemos transformado enfermedades como el VIH o la hepatitis, y ahora en Gilead queremos hacer lo mismo con la oncología. La profundidad y robustez de nuestro pipeline nos va a permitir desarrollar algunas de las innovaciones más importantes durante los próximos años en varios tipos de tumores. Y para ello queremos contar con los oncólogos españoles cuya calidad y excelencia es una referencia a nivel mundial.
P. ¿Qué pueden aportar a la oncología?
R. Tenemos una forma diferente de hacer las cosas y nos atrevemos con retos que pueden parecer imposibles. Por ejemplo, iniciamos nuestro camino con el cáncer de mama triple negativo donde hay una necesidad histórica y las pacientes no tienen opciones ni tiempo. Y vamos a ir más allá. Estamos desarrollando innovaciones en cáncer urotelial, cáncer de pulmón, líneas tempranas de CMTN, HR+, Colon, Cabeza y Cuello…
Además, estamos realizando investigación de calidad en España mediante ensayos en diferentes fases y distintas moléculas, a través de ISR (Investigator Sponsored Research), de becas propias, de becas conjuntas con SEOM, becas con el Instituto Carlos III… Creemos en la investigación y educación médica de calidad como un pilar fundamental para una innovación realmente transformadora en oncología.
«La profundidad y robustez de nuestro pipeline nos va a permitir desarrollar algunas de las innovaciones más importantes durante los próximos años en varios tipos de tumores».
P. ¿Puede contarnos más sobre este primer paso en oncología?
R. El pasado mes de noviembre la Comisión Europea concedió la autorización de comercialización a Trodelvy (sacituzumab govitecán), nuestro anticuerpo conjugado dirigido a Trop-2 y primero de su clase, como monoterapia indicada para el tratamiento de pacientes adultos con cáncer de mama triple negativo (CMTN) en segunda línea metastásica. Esta valoración se basa en los resultados de nuestro estudio ASCENT fase 3, donde se demuestra que la molécula redujo el riesgo de progresión o muerte y mejoró la mediana de la supervivencia global frente a la quimioterapia elegida por el médico, además, conservando el perfil de seguridad y mejorando la calidad de vida. Pero no nos conformamos. Creemos que es un fármaco con gran potencial y tenemos varios ensayos abiertos para demostrar su eficacia en líneas más tempranas y otras indicaciones.
«Tenemos una forma diferente de hacer las cosas y nos atrevemos con retos que pueden parecer imposibles».