gm Barcelona | viernes, 07 de julio de 2017 h |

Casi un centenar de médicos especialistas en Farmacología Clínica han asistido a la Jornada Científica “Retos en la Investigación Clínica con Medicamentos”, organizada por la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC) en el Colegio de Médicos de Madrid, en la que se han debatido numerosas propuestas para definir un cambio de paradigma en los ensayos clínicos.

Esta jornada ha tenido lugar tras el Congreso Europeo de Farmacología Clínica (EACPT), que ha tenido lugar en Praga. “El Congreso europeo nos ha ofrecido a los profesionales españoles la oportunidad de poner en común nuestras actividades y proyectos. Es importante tener en cuenta que la Farmacología Clínica es una especialidad médica reconocida en la Unión Europea y esto nos permite celebrar una reunión científica, de carácter nacional”, ha explicado la presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica, Cristina Avendaño, quien ha asegurado que la investigación clínica con medicamentos tiene una importancia capital en la sostenibilidad del SNS. “Hay que conseguir simplificar los ensayos clínicos y facilitar su realización en el seno de la asistencia clínica normal, sin separarlos artificialmente de la práctica real y liberándolos de un sinfín de complejidades que hemos ido añadiendo”, ha añadido.

En la misma línea se ha mostrado Arantxa Sancho, médico especialista en Farmacología Clínica del Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid: “El incremento exponencial de la complejidad en la puesta en marcha, la realización y, de forma paralela, el coste de los ensayos clínicos no ha ido acompañado de un aumento proporcional en la calidad de la evidencia generada y/o en la protección de los sujetos participantes”. Para esta especialista, el mayor reto es “hacer una investigación sostenible que pueda integrarse dentro de la actividad asistencial de los hospitales”.

Para lograrlo, Joaquín Delgadillo, médico especialista en Farmacología Clínica del Àrea del Medicament del Servei Català de la Salut, propone racionalizar los criterios de inclusión y exclusión limitándolos a los más relevantes; la selección de variables claras, objetivas y similares a las utilizadas en la práctica clínica; procedimientos y frecuencia de las visitas similares a los de la práctica asistencial; evitar la recogida de innumerables datos adicionales a los necesarios para las variables principales; la monitorización del estudio centrada en el riesgo y la utilización de herramientas de monitorización estadística central.