Muchas personas de edad avanzada no reciben un tratamiento anticoagulante que prevenga las complicaciones tromboembólicas asociadas con la presencia de fribilación auricular (FA), a pesar de ser candidas adecuadas. Así lo han señalado expertos de distintas especialidades reunidos en un webinar, organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Los expertos señalan que la causa principal es la coexistencia de ciertos factores en estas personas puede elevar el riesgo de que sufran hemorragias; sin embargo, las evidencias más recientes desmienten estas consideraciones.
“Es el momento más adecuado para reevaluar el manejo que estamos haciendo en las consultas de Atención Primaria del paciente mayor con fibrilación auricular no valvular”, señala el vicepresidente de Semergen, José Polo.

Consecuencias de la pandemia
El día después de superar los momentos más álgidos de la crisis de la covid-19, “debe servir para resaltar que muchos de los pacientes en tratamiento anticoagulante han estado mal controlados durante la pandemia“, señala.
El seguimiento de los pacientes ha sido influenciado por diversos factores, según Polo, como por ejemplo el control de los factores de riesgo.
Ante esta situación, los expertos señalan la necesidad de reconsiderar y ampliar el empleo de fármacos anticogulantes en población de edad avanzada con fibrilación auricular. Una idea que destacan ya que “actualmente hay un 18 por ciento de personas mayores de 80 años que presentan FA en nuestro país”.
De la misma forma, el representante de Semergen ha manifestado sus quejas sobre las dificultades burocráticas que impiden ofrecer el mejor tratamiento anticoagulante posible para los pacientes con fibrilación auricular.
Durante la crisis sanitaria, algunas comunidades autónomas han eliminado la necesidad de visados para poder prescribir anticoagulantes de acción directa, una “medida puntual, temportal y no generalizada”, destaca Polo.
“Consideramos imprescindible que se suprima esta limitación y que se haga una oportuna reevaluación de los tratamientos anticoagulantes que están recibiendo muchos de nuestros pacientes”
Derribando barreras
Los expertos han expuesto los motivos principales por los cuales se deben superar algunas tendencias establecidas desde hace años en el manejo de las personas mayores con fibrilación auricular no valvular.
El jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), Jesús Cebollada, señala que precisamente las personas mayores de 80 años con FA presentan con mayor frecuencia complicaciones trombóticas y hemorrágicas asociadas con FA.
“Sin embargo, el número de pacientes mayores con FA que no reciben un tratamiento anticoagulante para prevenir las complicaciones tromboembólicas de la FA es aún elevado”
Y es que, tal y como han explicado, son diversos los factores que influyen en que la indicación de este tratamiento anticoagulante no alcance a toda la población que podría beneficiarse. Entre ellos, los más importantes son el deterioro cognitivo, la presencia de comorbilidad, el riesgo de caídas, la polifarmacia o la fragilidad.

Factores a tener en cuenta
Generalmente, como ha admitido el doctor Cebollada, todos ellos contribuyen a que se perciba como aumentado el riesgo de sangrado en estos casos.
“En cambio, disponemos de suficiente evidencia que confirma que el tratamiento anticoagulante no solo no es perjudicial, sino que retrasa la aparición de demencia” ,ha argumentado el experto.
El doctor de la Unidad de Investigación Cardiovascular y Ensayos Clínicos del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), Manuel Almendro, señala que la coexistencia de FA y estas comorbilidades multiplica el riesgo embólico y hemorrágico del paciente. Esto obliga a una selección cuidadosa del tratamiento anticoagulante encaminado a la prevención de fenómenos tromboembólicos en el contexto de FA.
“Los anticoagulantes orales de acción directa (ACODs) han demostrado un perfil de eficacia y seguridad más favorable en todos los escenarios clínicos”, subraya.
Del mismo modo se ha pronunciado el doctor Cebollada, para quien “no cabe duda” que en el paciente mayor con FA los anticoagulantes de acción directa suponen una ventaja clara frente al tratamiento anticoagulante convencional con fármacos antivitamina K (‘Sintrom’).

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