“Nuestros pacientes no pueden experimentar dolor y que nosotros no lo podamos controlar”

Entrevista a Ana Lluch, catedrática de Medicina de la Universidad de Valencia y jefa del servicio de Oncología Médica y Hematología del Hospital Clínico de Valencia

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El dolor irruptivo oncológico (DIO) se define como una exacerbación transitoria de dolor oncológico de rápida aparición que sufre el paciente cuando presenta un dolor basal estabilizado y controlado. Este dolor, que afecta hasta al 90 por ciento de los pacientes oncológicos, tiene un gran impacto en su calidad de vida. Ana Lluch, catedrática de Medicina de la Universidad de Valencia y jefa del servicio de Oncología Médica y Hematología del Hospital Clínico de Valencia, explica a GM cómo afrontar este dolor.

Pregunta. ¿Cómo afecta el DIO a la vida diaria del paciente?

Respuesta. El DIO afecta en gran medida a la vida del paciente. Puede suponer una disminución de su calidad de vida, incapacitarle para trabajar, afectarle a la movilidad… Se trata de situaciones que debemos evitar porque disponemos de medios suficientes para controlar este tipo de dolor.

P. ¿Cree que el paciente cuenta con información suficiente sobre él?

R. El DIO es un dolor muy intenso que deberíamos abordar desde el escalón de la analgesia que recomiendan las guías clínicas. Pero, si este no cede, es importante administrar tratamientos más potentes para aliviar el dolor. Hoy en día, nuestros pacientes no pueden experimentar dolor y que nosotros no lo podamos controlar. Asimismo, el paciente nunca va a señalar que sufre un dolor de tipo irruptivo, pero sí explicará una serie de características que ayudarán al facultativo a interpretar que se trata de DIO.

P. ¿Qué es lo que más les preocupa a los pacientes?

R. Que les limite las posibilidades de hacer una vida normal, los esfuerzos para realizar ciertos movimientos como levantarse de la cama… En definitiva, la capacidad de mantener su vida habitual.

P. ¿Cuál es la esencia de la comunicación médico-paciente?

R. Por desgracia, los médicos no siempre nos comunicamos bien con los pacientes y sabemos transmitirle las pautas correctas. Es un tema que deberíamos fomentar en mayor grado, porque muchas veces la mala comunicación entre médico y paciente es la causa que nos impide aliviar el sufrimiento que padece ese paciente.

“No se puede concebir que un paciente tenga DIO sin que el médico le pueda ofrecer ayuda”

P. ¿Cuáles son las principales barreras en el diagnóstico y abordaje del DIO?

R. Necesitamos más medios diagnósticos. Según donde se localice el dolor, debemos llevar a cabo una estrategia diagnóstica u otra para localizar perfectamente dónde le duele al paciente y actuar para ayudarle, porque tenemos medios para hacerlo.

P. Finalmente, ¿cómo debe abordarse el DIO?

R. Primero, debemos abordarlo con tratamiento médico. Una vez se haya empleado este primer escalón, se debería pasar a escalones superiores para eliminar el dolor con todos los medios disponibles. En la actualidad, no se puede concebir que un paciente tenga DIO sin que el médico le pueda ofrecer ayuda para aliviar ese dolor.