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Tras el cáncer de colon y el de recto, el de próstata será el tercero más diagnosticado en nuestro país en 2019. Un estudio presentado en la última edición de ESMO y publicado en el New England Journal of Medicine arroja luz sobre el manejo del cáncer de próstata metastásico resistente a la castración (CPRCm) en pacientes tratados previamente con quimioterapia estándar (docetaxel) que progresaron en un plazo igual o inferior a 12 meses mientras recibían nuevos agentes hormonales (abiterona o enzalutamida).
En ensayo clínico CARD mostró la eficacia y seguridad de cabazitaxel (desarrollado por Sanofi como Jevtana), probando una mayor supervivencia con esta opción terapéutica frente al empleo de un segundo agente hormonal.
Cabazitaxel es una quimioterapia semisintética que pertenece a la familia de los taxanos. Se trata de un inhibidor de microtúbulos que se une a la tubilina, lo que provoca la estabilización de los microtúbulos y da lugar a la inhibición de las funciones celulares mitóticas y de interfase. En combinación con prednisona, está indicado para el tratamiento de pacientes adultos con CPRCm tratados previamente con docetaxel.
Daniel Castellano, oncólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre, explica el alcance de este ensayo clínico. “Hasta ahora no había ningún estudio que mostrara cuál era la opción terapéutica más eficaz en estos casos. En la práctica clínica se utilizaba una terapia u otra sin tener datos reales de lo más eficaz. El estudio acaba confirmando que la quimioterapia es mejor que dar otro tratamiento hormonal, incluso en términos de supervivencia global. Proporciona datos muy sólidos”, defiende.
Castellano insiste en que en la práctica los especialistas utilizaban una u otra herramienta al azar. “Teníamos la sensación de que la quimioterapia podía ser mejor, pero no había datos que lo avalaran”, advierte. Además, remarca que el trabajo pone en contexto algo que hasta ahora no se había producido en la historia natural del cáncer de próstata avanzado, que era comparar la quimioterapia frente a estas nuevas hormonas. “Abre una pequeña brecha para ver si la quimioterapia es mejor que éstas o no”, puntualiza.
El oncólogo subraya las principales conclusiones de este trabajo. “En supervivencia global hay un dato de reducción de muerte con cabazitaxel del 36 por ciento que resulta llamativo para un estudio de este tipo”, asegura. Asimismo, remarca que “el objetivo primario se cumple, que es la supervivencia libre de progresión radiológica (SLPr), y también los endpoints secundarios relevantes, incluido la toxicidad”.
Sobre este punto, Castellano recuerda que “la quimioterapia tiene encima ese velo de tratamiento más tóxico, de que no se tolera bien, pero los datos que se recogen es que es prácticamente igual que el tratamiento hormonal”. A esto ayuda, en su opinión, que la experiencia en el uso de esta terapia ha permitido que los oncólogos la manejen con una mayor precisión.
Por su parte, Ronald de Wit, especialista del Centro médico de la Universidad Erasmus (MC University Hospital) de Róterdam (Países Bajos), investigador principal del estudio CARD, remarca el valor de estos datos: “Estos resultados son muy interesantes, ya que pueden afectar a las guías de tratamiento del cáncer de próstata metastásico y a la práctica clínica habitual”.
Cuatro centros españoles
El estudio CARD es un ensayo clínico randomizado en fase IV que se ha llevado a cabo en 62 centros de trece países europeos, cuatro de ellos españoles, con un total de 255 pacientes. Su mediana de edad es de 70 años, aunque el 31 por ciento de ellos superaba los 75. Los pacientes se aleatorizaron en una proporción 1:1 para recibir cabazitaxel frente a abiraterona o enzalutamida (abiraterona si habían sido tratados previamente con enzalutamida y a la inversa).
Tal y como adelanta el especialista, el estudio alcanzó todos los objetivos, primarios y secundarios. Respecto a la supervivencia libre de progresión radiológica, el tratamiento con cabazitaxel (N=129) superó en más del doble al brazo comparador: abiraterona o enzalutamida (N=126; mediana 8 vs. 3,6 meses; HR=0.54; 95 por ciento CI, 0.40-0.73; p<0.0001). Los tratados con cabazitaxel consiguieron una mejoría en la SLPr en todos los subgrupos, independientemente de si recibieron el tratamiento hormonal antes o después de docetaxel.
De igual modo, cabazitaxel mejoró de forma estadísticamente significativa el principal endpoint secundario, la supervivencia global (mediana 13.6 vs 11.0 meses; HR=0.64; 95 por ciento CI, 0.46-0.89; p<0.0078), reduciendo el riesgo de muerte por cualquier causa en un 36 por ciento cuando se comparó con abiraterona o enzalutamida.
El resto de objetivos secundarios fueron favorables a cabazitaxel de forma estadísticamente significativa: Supervivencia libre de progresión (SLP) (mediana 4,4 vs. 2,7 meses; p<0.0001); antígeno prostático específico (PSA) (35,7 por ciento vs. 13,5 por ciento; p=0.0002), respuesta tumoral (36.5 por ciento vs 11.5 por ciento; p=0.004), respuesta al dolor (45 por ciento vs. 19,3 por ciento; p<0.0001) y tiempo a eventos esqueléticos sintomáticos (no alcanzado vs. 16,7 meses; p=0.0499).
Como apunta el experto, la incidencia de acontecimientos adversos de grado ≥3 fue similar en ambos grupos de tratamiento (56,3 por ciento con cabazitaxel frente al 52,4 por ciento con los tratamientos hormonales). Los acontecimientos adversos de grado ≥3 más frecuentes notificados fueron fatiga, diarrea, infecciones, neuropatía periférica, trastornos renales y neutropenia febril. Las tasas de acontecimientos graves fueron similares para el tratamiento con cabazitaxel (38,9 por ciento) y el hormonal (38,7 por ciento).
Castellano:
“Incluso en términos de supervivencia global, el estudio proporciona datos muy sólidos”
De Wit:
“Los resultados pueden afectar a las guías de tratamiento del cáncer de próstata metastásico”