Las implicaciones de la biopsia líquida en el abordaje del cáncer van en aumento. Como explicó el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario 12 de Octubre, Luis Paz-Ares, durante el VI Simposio Biopsia Líquida, podrá ayudar en el screening, la detección temprana de la enfermedad; el pronóstico; así como en la enfermedad mínima residual (EMR) después de tratamiento curativo. Además en pacientes con enfermedad avanzada ayudará en la selección de terapias en función del perfil genómico.

Implicaciones que en definitiva no hacen más que garantizar que el uso de la biopsia líquida es necesaria para la individualización de los tratamientos. Como explicó este experto, a día de hoy se está invirtiendo en esta tecnología tratando de aumentar la sensibilidad, ya que, en ocasiones, las tecnologías de ctDNA no tienen la sensibilidad suficiente para detectar el tumor. Una de ellas, señaló, pueden ser los cambios en metilación. De hecho, los cambios en metilación son muy específicos por tejido y por otro lado, las moléculas simple de DNA puede llevar múltiples metilaciones, lo cual facilita la detección potencial de estos casos de cánceres precoces.

Uno de los problemas de la detección de cambios genómicos CtDNA lo ocupa la hematopoyesis clonal que precisa al menos del estudio a la vez de DNA germinal para evitar falsos positivos en el diagnóstico. “Probablemente la asociación de nuevas tecnologías y el análisis de los fragmentos de DNA, que son característicos de los tumores nos pueden ayudar”, avanzó.

En muchos tumores, como el cáncer de páncreas o pulmón, el diagnóstico es complejo. “En cerca del 15-20 por ciento de los pacientes no llegamos a un diagnóstico histológico”. En este sentido, la biopsia líquida es una manera adicional para llegar a ese diagnóstico.

Enfermedad mínima residual

Como destacó el oncólogo, el ctDNA detectado en sangre refleja la biología del tumor. Uno de los hallazgos más importantes de los últimos años en biopsia líquida ha sido la capacidad para detectar la enfermedad mínima residual (EMR). “Hemos visto diferentes enfermedades como el cáncer de pulmón que la detección o no de ctDNA predice si el paciente va a recidivar o no, en función de los niveles de ctDNA después de cirugía curativa o tratamiento”.

El pronóstico

A su juicio, esto abre un camino para  pacientes que son sometidos a cirugías con cualquier tumor. “Posiblemente en el futuro haremos estudios que guíen mediante ctDNA a aquellos pacientes de bajo riesgo que puedan ser candidatos a adyuvancia con ctDNA positivo, y aquellos con ctDNA negativo sean llevados a observación sin adyuvancia”.

Además, se ha comprobado la capacidad del ctDNA de monitorizar la remisión completa biológica y de detectar previamente hasta 20 meses antes una recidiva.

En cuanto al pronóstico de los pacientes, existen dados de que mayores niveles de ctDNA implican peor pronóstico. “A día de hoy parte de nuestra práctica clínica se basa en muchos pacientes en el perfil genómico de los tumores para ayudar a guiar el tratamiento. De hecho, en las guías clínicas reconocen que este screeening puede hacerse en el tumor o bien (si no hay tejido suficiente) se pueda hacer en sangre, como NGS”.

En definitiva, para el también presidente de Aseica “el peor regalo que le podemos hacer a un paciente si es candidato a un tratamiento personalizado es no descubrir la aberración genómica oncogénica”. Existen ya datos consolidados de que los análisis completos en el tumor pueden contribuir a ello. “Estamos en un momento relevante para el empleo de la biopsia líquida”, acotó.