
La celebración del Foro del Comité Americano para el Tratamiento y la Investigación de la Esclerosis Múltiple (ACTRIMS, según sus siglas en inglés), reunió todos los avances destacables del último año en el abordaje de la esclerosis múltiple (EM). En este sentido, la compañía Merck ha presentado nuevos datos que demuestran que cladribina (Mavenclad) presenta resultados más favorables en cuanto a recaídas, además de un mayor tiempo para cambiar a otro tratamiento modificador de la enfermedad (TME), en pacientes con esclerosis múltiple recurrente (EMR) en comparación con cada uno de los siguientes TME orales: fingolimod, dimetilfumarato y teriflunomida.
“Cladribina presenta una carga de tratamiento muy baja, lo que permite la reconstitución inmunitaria para que los pacientes con EM no experimenten una supresión continua del sistema inmunitario. Esta necesidad se ha vuelto aún más importante a la luz de la necesidad de maximizar la función inmunológica normal para una efectividad total de la inmunización contra el COVID-19″, ha señalado a GM Helmut Butzkueven, MBBS, FRACP, PhD, del Departamento de Neurociencia de la Escuela Clínica Central de la Universidad de Monash, Melbourne.
Un segundo estudio, en el que se analizó el seguimiento de pacientes de ensayos clínicos con un primer ataque sugestivo de EM, demostró que los tratados con cladribina tenían una menor tasa de conversión a esclerosis múltiple clínicamente definida (EMCD), caracterizada por una nueva recaída o progresión de la discapacidad y un menor riesgo de recaída que los no expuestos a este tratamiento.
“Como neurólogo en ejercicio de la EM, he podido utilizar estos datos para analizar las opciones de tratamiento después de suspender el fingolimod”
Helmut Butzkueven, Escuela Clínica Central de la Universidad de Monash, Melbourne
Información en vida real
En este análisis del estudio Generating Learnings In Multiple Sclerosis (GLIMPSE), los resultados mostraron que la tasa anualizada de recaída (ARR por sus siglas en inglés) para los pacientes tratados con cladribina fue de 0,09 en comparación con 0,15, 0,15 y 0,17 para fingolimod, dimetilfumarato y teriflunomida, respectivamente. El tiempo hasta la primera recaída en los pacientes tratados con cladribina comprimidos fue un 40%, 42% y 67% mayor que en los pacientes tratados con los TME mencionados, respectivamente. La tasa de tiempo hasta el cambio en los pacientes tratados con cladribina comprimidos fue 4, 7 y 6,5 veces superior a la de fingolimod, dimetilfumarato y teriflunomida, respectivamente.
“Los datos de Glimpse son un análisis retrospectivo de los datos de resultados adquiridos prospectivamente en la EM del mayor conjunto de datos del mundo real, el registro MSBase. La calidad de los datos en este sistema es excelente y creo que los datos son precisos y muy útiles para los médicos”, ha continuado Butzkueve. “Esta información es realmente útil. Como neurólogo en ejercicio de la EM, he podido utilizar estos datos para analizar las opciones de tratamiento después de suspender el fingolimod”, ha añadido. El Registro MSBase utiliza registros de datos estandarizados de más de 79.000 personas con EM en todo el mundo.
“La necesidad urgente es encontrar nuevos y mejores medicamentos para la EM progresiva”
Helmut Butzkueven, Escuela Clínica Central de la Universidad de Monash, Melbourne
El futuro de la EM
Respecto al futuro del tratamiento de la EM, la investigación actual se está centrando en los inhibidores de tirosina quinasa de Bruton o BTKi’s (por sus siglas en inglés). “Soy consciente de que las investigaciones clave están en curso. Dirigirse a las células inmunes innatas activadas en el sistema nervioso central es un objetivo muy emocionante para los inhibidores de BTK, y necesitamos este tipo de terapia más para la EM progresiva”, ha subrayado el especialista, quien incide en que el gran arsenal terapéutico actual presenta una alta efectividad contra la enfermedad remitente-recurrente. “La necesidad urgente es encontrar nuevos y mejores medicamentos para la EM progresiva“, ha concluido.