Sandra Pulido Madrid | viernes, 20 de octubre de 2017 h |

La identificación de inmunoglobulinas en pacientes que han sido sometidos a un trasplante sirve para determinar el riesgo de infección por citomegalovirus (CMV), un tipo de virus muy recuente en estos enfermos que entre sus características se encuentra la capacidad de persistir en el cuerpo.

Así lo ha demostrado una línea de investigación llevada a cabo por el Hospital Gregorio Marañón.

La medición e identificación de marcadores inmunológicos de riesgo de infección resulta de vital importancia para evitar las complicaciones.

Para ello deben estudiarse indicadores de la capacidad de respuesta inmune de los pacientes como los niveles bajos de inmunoglobulinas, los anticuerpos específicos frente a bacterias y virus comunes, la producción baja de anticuerpos tras la vacunación frente a neumococo, hepatitis B… o el tener disminuidas las proteínas del sistema del complemento y las células del sistema inmune.

“La importancia de descubrir unos parámetros o identificadores del riesgo de infección en el momento precoz del trasplante permite identificar a los enfermos con más riesgo de infección desde el primer momento. Por lo cual estos pacientes, de acuerdo a su estado inicial urológico, podrían ser susceptibles a diferentes estrategias de profilaxis frente a las complicaciones” o mantener en alerta al especialista para realizar un seguimiento más estricto, declara a GM Elisabeth Sarmiento, inmunóloga del Hospital Gregorio Marañón y coordinadora principal de la investigación.

En la última reunión internacional de la Transplantation Society, a propuesta del inmunólogo Javier Carbone del Hospital Gregorio Marañón, se ha establecido a nivel internacional que la determinación de inmunoglobulinas en pacientes trasplantados de órgano sólido sirve para determinar el riesgo de infección por citomegalovirus de difícil control.

Gracias a estos hallazgos de identificación temprana de defectos inmunológicos en los pacientes trasplantados, se pueden aplicar tratamientos como las infusiones de inmunoglobulinas para poder prevenir y tratar infecciones graves.

“Nosotros hemos desarrollado el modelo de identificación del riesgo de infección inicialmente en trasplante cardiaco pero también lo estamos aplicando en trasplante hepático y en trasplante renal”, destaca la investigadora.

“Fuera de Madrid, como es en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, se está ya implementando en trasplante pulmonar. Así, como el Hospital de Puerta de Hierro de Madrid, que está llevando a cabo esta monitorización inmunológica en los pacientes con trasplante de pulmón”, añade.

“El reto qye hay que conseguir es aplicar estos factores de manera precoz para montar un sistema de seguimiento y de profilaxis adecuada a estos pacientes”, continúa Sarmiento.

“Actualmente nosotros estamos introduciendo el uso de una terapia con inmunoglobulina que ha permitido rescatar a un buen grupo de estos pacientes de padecer infecciones recurrentes severas. Pero también se puede aplicar por ejemplo la extensión de las medidas profilácticas antivirales, antifúngicas o antibacterianas en este grupo de pacientes individualizando que es lo que necesita cada uno de ellos”, concluye la investigadora.

Los laboratorios de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón están aplicando ya en la práctica clínica estos identficadores para localizar a los pacientes más inmunodeprimidos y así poder tomar medidas de prevención de forma individualizada.

Realizando un análisis estadístico integrado de estos componentes inmunológicos, se determina el riesgo individual de cada paciente de padecer complicaciones graves.