El glioblastoma es uno de los tipos de cáncer cerebral más agresivos, con un pronóstico sombrío incluso con los tratamientos más avanzados. Los pacientes diagnosticados con esta enfermedad rara vez sobreviven más de dos años, en parte debido a la dificultad que enfrenta el sistema inmunológico para reconocer y atacar las células tumorales de este tipo de cáncer. Sin embargo, un reciente estudio liderado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis podría cambiar este panorama: los científicos han logrado que las células de glioblastoma se tornen visibles para el sistema inmunológico, abriendo la posibilidad de aplicar terapias inmunológicas más efectivas.

Este innovador enfoque, publicado en la revista Nature Genetics, se basa en la reprogramación de las células tumorales mediante una combinación de medicamentos. Estos compuestos, ya aprobados por la FDA para otros tipos de cáncer, inducen a las células de glioblastoma a exhibir proteínas específicas que pueden ser detectadas y atacadas por el sistema inmunológico. Este desarrollo abre una vía prometedora hacia nuevos tratamientos para una enfermedad que ha desafiado a la medicina durante décadas.

La invisibilidad del glioblastoma

El sistema inmunológico humano suele proteger al organismo identificando y atacando células que considera extrañas o dañinas. Para ello, se basa en la detección de proteínas específicas conocidas como antígenos. Sin embargo, las células de glioblastoma presentan muy pocos de estos antígenos, lo que les permite “esconderse” del sistema inmunológico. La ausencia de estas proteínas en las células tumorales dificulta la eficacia de la inmunoterapia, una técnica que ha mostrado resultados sorprendentes en otros tipos de cáncer, como el melanoma y el cáncer de pulmón.

El profesor Ting Wang, coautor del estudio y director del Departamento de Genética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, explica: “En el caso de los pacientes cuyos tumores no producen naturalmente dianas para la inmunoterapia, hemos demostrado que existe una forma de inducir su generación”. Esta estrategia representa un avance importante en la medicina de precisión, ya que permite crear objetivos inmunológicos en tumores que, de otro modo, carecen de ellos.

“Elementos transponibles”

Para forzar a las células tumorales a producir antígenos, Wang y su equipo se centraron en los llamados elementos transponibles, segmentos de ADN que pueden “saltar” de una parte del genoma a otra y que a menudo se encuentran inactivos en células sanas. Aunque generalmente se considera que los elementos transponibles favorecen la progresión del cáncer, Wang y su equipo observaron que, bajo ciertas condiciones, estos segmentos también pueden inducir la producción de proteínas específicas de las células tumorales, conocidas como neoantígenos.

Al activar estos elementos transponibles en el glioblastoma, los investigadores lograron que las células tumorales generaran proteínas únicas, diferentes de las producidas por las células sanas, lo que convierte a estas proteínas en objetivos potenciales para las células inmunitarias. El equipo utilizó una combinación de dos medicamentos aprobados para otros tipos de cáncer: decitabina, usada en el tratamiento de ciertos cánceres de la sangre, y panobinostat, que se emplea para el tratamiento del mieloma múltiple. Al administrar estos medicamentos, los científicos indujeron la expresión de los elementos transponibles en las células de glioblastoma, lo que desencadenó la producción de neoantígenos.

Desafíos

Pese a los resultados prometedores en cultivos celulares, los investigadores son conscientes de los desafíos antes de llevar esta estrategia a pacientes. Uno de los principales riesgos es que los medicamentos utilizados también afectan a las células normales, induciéndolas a producir neoantígenos, aunque en menor medida que las células tumorales. Esto podría causar efectos secundarios no deseados si las células sanas también son blanco del sistema inmunológico.

Por esta razón, el equipo está explorando alternativas para dirigir los efectos de los medicamentos únicamente hacia las células tumorales. Una posible solución podría implicar el uso de la tecnología de edición genética CRISPR, que permitiría activar elementos transponibles específicos en las células tumorales sin afectar a las células sanas. Este enfoque, según Wang, podría no sólo mejorar la precisión de la terapia, sino también permitir que tumores de distintos pacientes desarrollen dianas inmunológicas comunes, facilitando el desarrollo de inmunoterapias más eficaces.

Terapias combinadas y personalizadas

Albert H. Kim, neurocirujano y coautor del estudio, se muestra optimista sobre el potencial de esta investigación para cambiar el tratamiento del glioblastoma. “La inmunoterapia ha revolucionado el tratamiento de algunos tipos de cáncer, pero en el caso del glioblastoma, el progreso ha sido lento debido a su resistencia a las terapias actuales”, afirma Kim, quien también es director del Brain Tumor Center en la Universidad de Washington.

Para Kim y su equipo, la clave para avanzar en el tratamiento del glioblastoma radica en la combinación de inmunoterapia con terapias epigenéticas. La epigenética se refiere a los cambios que regulan la actividad de los genes sin alterar la secuencia genética en sí, y las terapias epigenéticas permiten influir en cuáles genes están activos en un momento dado. Al combinar estos dos enfoques, los investigadores esperan superar la resistencia del glioblastoma y lograr respuestas inmunológicas similares a las alcanzadas en otros tipos de cáncer.

Próximos pasos

Aunque aún falta mucho para que este enfoque sea probado en ensayos clínicos, los hallazgos de Wang, Kim y su equipo representan un avance significativo en el desarrollo de nuevas estrategias contra el glioblastoma. En el futuro, esta línea de investigación podría no sólo mejorar las tasas de supervivencia de los pacientes, sino también abrir la puerta a tratamientos personalizados para otros tipos de cánceres difíciles de tratar.

El avance del equipo de la Universidad de Washington en St. Louis marca un hito en el tratamiento del glioblastoma y abre una nueva era de posibilidades para la inmunoterapia en el cáncer cerebral. Si logran superar los obstáculos actuales, esta estrategia innovadora podría transformar radicalmente el pronóstico de una enfermedad hasta ahora prácticamente intratable.


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