La Sociedad Española de Neonatología (SENEO) ha alertado sobre el posible brote este invierno de un viejo conocido para los pediatras y neonatólogos: el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Y es que la pandemia ha ocasionado un cambio significativo en la epidemiología del VRS con aparición de brotes importantes de casos fuera de la temporada habitual (otoño/invierno). Los expertos creen que es debido a una “competencia de virus”: en el ecosistema cuando predomina un virus, empuja a otros a que desaparezcan. Además, las estrictas medidas de higiene que la población ha llevado a cabo junto con la ausencia de escolarización han contribuido a que este virus no circulase apenas en el otoño/invierno 2020-2021.
Este motivo puede hacer que aumente el riego de enfermedad grave asociada al VRS en lactantes y niños pequeños debido a los bajos niveles de exposición al virus en este pasado año. Por ello, SENEO en un comunicado ha querido llamar a la prudencia, a la vigilancia epidemiológica estrecha y a que se refuercen desde este momento las medidas higiénico-sanitarias sobre la población de riesgo de padecer infecciones graves por VRS para evitar que este invierno vuelva a haber un importante brote.
Gaceta Médica ha podido entrevistar en exclusiva a Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de SENEO, para conocer de cerca las características de este virus y su tratamiento.
Sánchez Luna ha señalado que el Virus Respiratorio Sincitial que se conoce desde los años 50, provoca cuadros respiratorios en el adulto normalmente banales. Sin embargo, tiene la peculiaridad de que en los niños más pequeños, sobre todo los menores de dos años, provoca la ya conocida bronquiolitis.
Según un estudio epidemiológico publicado por SENEO, la bronquiolitis por VRS, es la causa más frecuente de hospitalización pediátrica en el menor de un año en España.
¿En qué consiste?
Según explica el pediatra del Hospital Gregorio Marañón, este virus entra por las vías respiratorias, a través de aerosoles o gotas que permanecen en la superficie algún tiempo. Además, suele contagiarse mediante el contacto directo de una persona que ya lo padece, que sufre un catarro, un cuadro respiratorio banal o por el contacto con otros niños en la guardería. Los bebés contagiados hacen un cuadro respiratorio normalmente alto pero banal y en cuestión de 2 o 3 días pueden experimentar o un empeoramiento o una discreta mejoría.
Este agravamiento de la enfermedad ocurre cuando el virus afecta a la mucosa respiratoria y penetra dentro del epitelio respiratorio de las células que recubren la tráquea y los bronquios, sobre todo los más pequeños, dañan las células y hace que caigan, provocando una reacción inflamatoria importante, que genera la obstrucción de los bronquios.
“Cuando esto ocurre en niños más o menos mayores (más de 8 o 10 meses) este cuadro suele ser autolimitado y en cuestión de 5 o 6 días pasa de la fase aguda a una resolución”
Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón y presidente de SENEO
Sin embargo, Sánchez Luna destaca que hay una serie de niños en los que puede provocar un cuadro de dificultad respiratoria grave. Estos son los más pequeños, normalmente bebés de menos de 3 meses. Según subraya, en ellos la vía aérea es mucho más pequeña, y la obstrucción de los bronquios por la propia mucosidad junto con la reacción inflamatoria, va a provocar un cuadro de dificultad respiratoria. Este hace que a veces los niños dejen de comer y caiga su saturación de oxígeno provocando su hospitalización durante unos días. En algunos casos, puede ser tan grave, que precisen ayuda respiratoria, con ventilación mecánica y puede llegar a producir la muerte.
Aunque según el neonatólogo, en España la mortalidad es muy baja, lo que es más frecuente es que “deje secuelas como sibilancias de repetición o episodios de reagudización respiratoria que precisan llevar a los niños a los centros de salud.”
Grupo de muy alto riesgo
Dentro de los niños más pequeños, Manuel Sánchez Luna hace hincapié en el grupo de muy alto riesgo, ya que son estos los que pueden desarrollar un cuadro muy grave: recién nacidos (prematuros con menos de 37 semanas) y muy especialmente los niños que pesan menos de 1500 gramos (menos de 32 semanas).
“Cuando el niño es muy prematuro, su capacidad de mantener el esfuerzo respiratorio es mucho más difícil y los síntomas son más graves. Aquí el riesgo de fallecer es elevado”
Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón y presidente de SENEO
Además, subraya que existen otras enfermedades que entran en el grupo de alto riesgo, como la displasia broncopulmonar, enfermedad crónica que tienen los recién nacidos prematuros. “Los niños con esta enfermedad, en los dos primeros años si se enferman por bronquiolitis, pueden tener una tasa de reingreso, más alta que un recién nacido a término, a veces es hasta 4 y 5 veces mayor. Además, el riesgo de fallecer se eleva por encima de los 5 o 10 veces. Por lo tanto, son poblaciones de mucho riesgo”, señala el pediatra.
Los niños que nacen con cardiopatías congénitas, o con problemas de inmunidad, como el Síndrome de Down, la fibrosis quística, enfermedades neuromusculares también forman parte de este grupo de muy alto riesgo.
Anticuerpo monoclonal
El objetivo de los pediatras es que todos estos niños pertenecientes al catalogado grupo de riesgo, no se contagien del virus. Para ello, administran un anticuerpo monoclonal, que según explica Sánchez Luna, llevan utilizando con éxito más de veinte años.
“Se ha demostrado que cuando aplicamos mensualmente una inyección intramuscular de este anticuerpo en la época epidémica, podemos reducir el riesgo de ingresar un niño que es prematuro por displasia broncopulmonar en el hasta 75 por ciento de los casos. Además, lo podemos reducir entre un 40 por ciento y un 60 por ciento en niños con cardiopatías congénitas“, ha señalado el presidente de SENEO.
Medidas higiénicas como prevención
Las medidas higiénicas con estos niños de riesgo siguen siendo fundamentales. El pediatra destaca que reducir la asistencia a las guarderías en la época epidémica del VRS, la higiene de manos, que se fomente la lactancia materna todo lo que se pueda (más allá del primer año si es posible) y no bajar la guardia con las medidas higiénicas como la no exposición al tabaco o a personas que estén con cuadros respiratorios.
“Si además de todo eso añadimos la profilaxis de ese anticuerpo monoclonal cuando va a empezar la temporada epidémica, reducimos enormemente los riesgos de ingreso de esta población”
Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón y presidente de SENEO
Por otra parte, explica que por coste y estrategia sería muy complicado administrarlo a toda la población infantil de niños de entre 3 y 6 meses ya que es muy grande. Y que, dentro de poco, existirá la posibilidad de vacunar a las madres y a los recién nacidos o administrar los nuevos anticuerpos monoclonales que “van a ser más económicos y fáciles de administrar: una dosis única en lugar de una dosis al mes. Esto será en el futuro, hoy solo tenemos esto.”
El VRS es un virus RNA, que genera muy poca inmunidad y eso hace que la población se pueda enfrentar a él todos los años, y hasta reinfectarse en la misma estación. “Esto ha bloqueado la posibilidad de hacer vacunas eficientes hasta ahora que la fase en la que estamos es una fase prometedora para los próximos dos tres años.”
Pico de incidencia de la enfermedad
El Virus Respiratorio Sincitial normalmente circula de forma epidémica en los países 3 meses antes y 3 meses después del solsticio de invierno. Por lo tanto, Manuel Sánchez Luna subraya que, en los meses de noviembre, diciembre y enero, febrero es cuando tienen el pico de incidencia de esta enfermedad en los hospitales.
“Esto hace que, en las poblaciones de riesgo, como los casos comienzan en noviembre normalmente, en octubre empezamos a administrar este anticuerpo monoclonal para que cuando llegue el brote de niños infectados, muchos estén protegidos”
Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón y presidente de SENEO
Adelanto del anticuerpo monoclonal
Con la desescalada de las medidas higiénicas antes de los meses verano, las urgencias de los hospitales comenzaron a recibir casos de SVR fuera de temporada.
“Eso nos puso en alarma ya que si el virus es capaz de hacer un brote fuera de su época habitual porque se han reducido las medidas de higiene y la gente se comienza a movilizar más, probablemente ahora que vamos a entrar en el otoño invierno y que ha aumentado la escolarización, esperamos que vaya a haber un brote como el de 2019”.
Por ello, Manuel Sánchez Luna, hace hincapié en recordar que se refuercen estas medidas higiénico-sanitarias, especialmente sobre la población de riesgo de padecer infecciones graves por VRS y se valore, según los datos epidemiológicos de cada Comunidad, adelantar el inicio de profilaxis con el anticuerpo monoclonal, Palivizumab, en los grupos de riesgo.
“Debemos de estar muy atentos desde cada CC. AA. ya que nuestro país tiene diferencias climáticas muy importantes, así como de latitud y de humedad. Esto afecta mucho a la aparición de los brotes VRS. Ante todo, lo que pedimos es vigilancia epidemiológica y que en el momento que se empiece a ver los primeros casos se administre la profilaxis de los grupos de riesgo”, ha concluido el pediatra.