Un abordaje multidisciplinar puede marcar la diferencia en el diagnóstico y tratamiento del cáncer y de las comorbilidades que lleva asociada esta patología, como el dolor irruptivo oncológico (DIO), que suele afectar al 59 por ciento de los pacientes oncológicos1.

Debido a su alta prevalencia y a la intensidad del dolor, el DIO puede resultar incapacitante para quien lo sufre, repercutiendo en la calidad de vida del paciente y generando un impacto emocional que puede llevarle a un incremento del síndrome depresivo ansioso o a una pérdida de la calidad de sueño1-3.

Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, cinco profesionales se han reunido para contribuir con su experiencia al abordaje y explicación del DIO, analizando temáticas referentes al abordaje del DIO, como la comunicación médico-paciente o la relevancia de un tratamiento precoz.

El DIO sobre la mesa de la consulta

Paloma Casado de Pedro, médico de familia en el CS Daroca, ha indicado que “muchas veces vienen al médico de familia a contarnos de su dolor, pero otras veces somos nosotros los que tenemos que preguntar, los que tenemos que poner el dolor sobre la mesa”.

La importancia de no acostumbrase a este dolor también ha sido uno de los temas en los que han incidido los profesionales. Manuela Monleón Just, enfermera en el ESAPD Legazpi ha señalado que en ocasiones los pacientes “no le dan la importancia necesaria” al DIO, ya que este suele presentarse en episodios de un corto lapso de tiempo.

Por ello, han recordado los profesionales partícipes del diálogo, es relevante “tomarse tiempo en consulta” para poder llevar a cabo las cuestiones referentes al dolor. Jesús Blanco Suárez, oncólogo radioterápico en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, ha explicado que el dolor debe ser considerado “como una urgencia en pacientes oncológicos” y tiene que ser subsanado en el momento, “sino va a mermar la calidad de vida del paciente de manera considerable”.

Multidisciplinariedad y miedo del paciente

La multidisciplinariedad en los equipos que evalúan y atienden a pacientes oncológicos es un reto que han planteado los profesionales.

Daniel Gainza Miranda, médico del Equipo de Soporte de Cuidados Paliativos en el Hospital, ha expuesto la importancia de “tener un espacio en el que varios especialistas participen en la atención del paciente para que, entre otras cuestiones, se pueda debatir sobre las opciones de tratamiento del dolor o qué pruebas diagnósticas realizar”.

“Es importante trabajar en equipo, cada uno desde sus competencias, ya que es lo que va a influir en la calidad de vida”, ha subrayado Monleón.

“La evidencia nos dice que la multidisciplinariedad en el abordaje de los pacientes oncológicos otorga una mayor calidad asistencial y mejor resultados clínicos”, ha recalcado Daniel Gainza, pero, según ha explicado, existe “un problema” de comunicación. “Se trata de la principal herramienta para que haya un trabajo en equipo y tomemos decisiones de forma conjunta”, ha destacado

Referente al miedo que puede generar el DIO y todo lo que lleva consigo, Gainza ha señalado que es fundamental explicarles a los pacientes que el tratamiento va a estar controlado y que va a tener un seguimiento.

A este respecto, Blanco Suárez ha subrayado que un mal control del dolor además de una repercusión física tiene una transcendencia a nivel emocional y psicológico. “Algunos pacientes cuentan que la experiencia del dolor es más desagradable que la enfermedad como tal. Por ello es importante y prioritario controlar y hacer un seguimiento del DIO”, ha añadido el especialista.

Abordaje individualizado y tratamiento temprano

La individualización en el abordaje del DIO de cada paciente es otro de los focos en los que han centrado el diálogo los profesionales. Los expertos han insistido en la importancia de la medicina de precisión del dolor.

“Nos dedicamos muchas veces a la ciencia ficción de lo que es un tumor y nos olvidamos del dolor, que además se tiene que individualizar muchísimo”, ha apuntado Kevin Molina, oncólogo médico en el Institut Català D’Oncologia L’Hospitalet.

Respecto al cuidado integral que reciben los pacientes oncológicos, Blanco ha asegurado que la medicina individualizada y personalizada “es fundamental”. Para que este cuidado lleve a los enfermos oncológicos a mejorar en todos los sentidos, es necesaria la investigación en dolor.

Así lo ha destacado Daniel Gainza. “Es básico conocer por qué unos pacientes responden a un tratamiento y otros no. Nos queda mucho recorrido para individualizar ese tipo de dolor”, ha insistido.

En referencia al tratamiento temprano, éste puede mejorar el abordaje del cáncer, y unido a los cuidados paliativos, puede mejorar la calidad de vida del paciente y aumentar su supervivencia. “El paciente sigue teniendo miedo a la palabra paliativo”, ha afirmado Molina, añadiendo que simplemente “mejoran el tratamiento del paciente y su calidad de vida”.

Por su parte, Gainza ha señalado la importancia de comunicarse con el paciente para el abordaje de la enfermedad. “Un dolor sostenido en el tiempo es más difícil de abordar; si los pacientes han tenido mucho dolor durante mucho tiempo, los resultados sobre el control del dolor son peores”, ha destacado Gainza.

Comunicación médico-paciente

También se ha introducido en este diálogo de profesionales la relevancia de la comunicación médico-paciente para un correcto abordaje de la enfermedad. “Lo que puede ser adecuado para un paciente puede no serlo para otro. Es importante ver el tratamiento que encaja en la vida de cada uno según su experiencia vital”, ha señalado Gainza.

Para Casado la esencia de esta comunicación es la presencia, es decir, que el paciente “vea al médico” y éste sea “accesible”. Para lograr esta presencia y comunicación, Casado ha advertido que se necesita tiempo. “Como no disponemos de tiempo suficiente, hacemos las trampas de siempre, como citarlo a última hora y no dedicar tiempo a la investigación o docencia”, ha lamentado. 

“No pararnos a hablar con los pacientes nos lleva al sobretratamiento y encarnizamiento terapéutico”, ha explicado Gainza. Además, ha añadido que, en ocasiones, los profesionales se olvidan de la planificación. “Pensamos que dando una hoja en la que vengan los efectos secundarios es suficiente. Sin embargo, para nosotros es más que eso, es sentarse con el paciente y explicarle qué estamos buscando y qué hay que hacer”, ha afirmado.

Importancia de la formación

Para concluir el diálogo de profesionales, la formación sobre DIO ha salido a relucir como reclamación de los expertos. “La comunicación con el paciente es la base y a ninguno de nosotros ha recibido formación suficiente en la carrera”, ha recalcado Monleón. Además, ha añadido que se observa un déficit muy importante “a la hora de comunicar malas noticias o nuevos tratamientos, algo que el paciente percibe”.

Blanco ha remarcado esta idea, reclamando un compromiso con la formación. También, a colación del tema de la comunicación, ha aseverado que es muy relevante respetar su voluntad y que éste marque sus límites a la hora de conocer la información.

Sobre este último aspecto, Kevin Molina ha indicado que es importante “saber hasta dónde quiere saber el paciente”. “Se puede parar y volver otro día, hay que saber parar de informar”, ha señalado. En este sentido, Gainza ha estado completamente de acuerdo. “Hay que dejar la puerta abierta para que el paciente pregunte lo que necesite cuando él quiera”, ha concluido.

Referencias

  1. Mercadante S, Portenoy RK. Understanding the Chameleonic Breakthrough Cancer Pain. Drugs. 2021;81(4):411-418
  2. Fallon M et al. Management of cancer pain in adult patients: ESMO Clinical Practice Guidelines. Ann Oncol. 2018; 29(4):iv166–iv191
  3. Camps Herrero C et al. Breakthrough cancer pain: review and calls to action to improve its management. Clin Transl Oncol. 2020;22(8):1216-1226