Tras 24 años de trayectoria en la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), Andrés Cervantes, jefe de oncología del Hospital Clínico Universitario de València, toma los mandos como presidente.

Cervantes, que también es director científico del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, tiene claro que su sueño es que el cáncer se convierta en una enfermedad curable y que así, deje de limitar el proyecto vital de cualquier individuo.

En sus primeros días al frente de ESMO, el oncólogo atiende a Gaceta Médica donde hace un repaso de los retos a los que se enfrenta, sus objetivos al frente de la organización, y cómo afrontar los problemas de equidad y acceso a fármacos innovadores en nuestro país, entre otras cuestiones.

Pregunta. Tras una larga trayectoria en ESMO, asume la presidencia… ¿a qué se enfrenta estos dos próximos años?

Respuesta. ESMO es una sociedad profesional muy extensa, tenemos casi 30.000 miembros en todo el mundo, y aunque la sociedad tiene el nombre “europeo” en su logo, realmente tenemos un 47 por ciento de los miembros que están fuera de Europa, es decir que tenemos la responsabilidad de servir a nuestros miembros, no solamente en Europa sino globalmente en todo el mundo.

Además, estamos en un momento donde tenemos que aprovechar el tirón que en Europa tiene el Plan Europeo contra el cáncer, para hacer un esfuerzo y mejorar nuestras capacidades y nuestro potencial para enfrentarnos realmente a las cifras y a la pandemia que el cáncer va a suponer en los próximos años en todo el mundo. Para el año 2030 se esperan 3 millones de nuevos casos de cáncer diagnosticados en los 27 países miembros.

P. Como presidente de ESMO si tuviera una lámpara mágica que le concediera algún deseo, ¿qué pediría?

R. Mi principal deseo es que el cáncer se pueda curar en todos los pacientes, pero ese deseo no va a venir sin esfuerzo, sin compromiso social, que vaya desde el soporte a la investigación, a los grupos profesionales que trabajan con los pacientes y globalmente con la sociedad, para hacer las acciones que antes he dicho de prevención y diagnóstico temprano. Así que de alguna manera mi sueño sería que el cáncer fuese una enfermedad curable y que dejase de limitar el proyecto de una trayectoria vital para cualquier individuo.

P. ¿Cuáles son sus objetivos al frente de la organización?

R. Tenemos tres pilares fundamentales. En primer lugar, sería importante facilitar y optimizar la educación y la diseminación del conocimiento científico para que llegue a la sociedad, pero sobre todo a los profesionales. Nuestro Congreso anual en el año 2023 se va a celebrar en Madrid y va a traer el conocimiento más desarrollado, los avances más importantes en las nuevas técnicas de diagnóstico y de tratamiento y esto es una gran fuerza para la sociedad.

El segundo aspecto es el de política pública sanitaria. Uno de los problemas que hay en el mundo y particularmente en Europa es la inequidad en el acceso a los diagnósticos y a los tratamientos innovadores y ESMO ha desarrollado un grupo llamado ‘medicinas para el cáncer’, donde hemos tenido la satisfacción de poder trabajar con la Organización Mundial de la Salud, en la lista de medicamentos imprescindibles o esenciales para el tratamiento del cáncer. Además, tenemos una relación muy estrecha con la Agencia Europea del Medicamento de cara a facilitar esta interrelación.

Y en tercer lugar, servir a nuestros miembros teniendo en cuanta la globalidad, la diversidad y sabiendo que nuestros socios tienen necesidades tanto de educación, como de aspectos de política de salud pública que también tenemos que atender. En ese sentido quiero decir que en el último trimestre del año pasado, ESMO ha tomado la decisión de que todos los países que tienen la renta per cápita, que el Banco Mundial considera como media y baja, no van a tener que pagar su cuota como miembros de la Sociedad Europea de Oncología Médica y de esta manera pensamos que vamos a beneficiar a un número muy importante de profesionales de países donde los estándares de precio pueden provocar alguna dificultad para participar en nuestras actividades y creo que es una manera de romper barreras y facilitar la equidad.

“No hay ciencia sin conciencia, por lo que acercarse a los pacientes y tener empatía es básico”

P. En esa labor que hace ESMO de educación, ¿van a trabajar en comunicación y humanización en los profesionales?

R. La parte de empatía y comunicación, deben ser partes fundamentales en cualquier profesional sanitario. Tener la capacidad de acercarse, de reconocer los problemas, de buscar las soluciones adecuadas con un talante centrado en las necesidades del paciente, es un principio básico. Y creo que, además, se debe educar para una sociedad que al mismo tiempo es más demandante, pide más de nosotros. 

Como decía un clásico del s. XIX no hay ciencia sin conciencia, por lo que acercarse a los pacientes es básico y de hecho también, tenemos proyectos para acercarnos a asociaciones de pacientes para en algunos problemas tener una voz común ante las autoridades sanitarias.

P. ¿Cómo cree que se podría mejorar en España la prevención y el diagnóstico precoz del cáncer?

R. Desde el año 1990 hasta el año 2021, se han salvado en Europa a través de una serie de acciones casi 600.000 vidas, eso quiere decir que algo estamos haciendo para ayudar a resolver la situación. En nuestro país los tres programas que la UE deseaba implementar están completamente implementados, que son: la prevención en cáncer de mama, de colon y de cuello uterino. El problema es la aceptación por parte del público, la prevención secundaria o el diagnóstico temprano, no es un área de los hospitales sino de la salud pública.

Yo creo que lo que necesitamos es más consciencia por parte del público para participar más en estos programas. Globalmente la participación en los programas de cáncer de mama y de cáncer de cuello uterino es bastante buena en nuestro país, pero la de cáncer de colon podría mejorar. No se trata de implementar el programa ya que ya está implementado, sino cómo atraer a la población para que participe en estos programas.

En el programa de promoción y lucha contra el cáncer de la UE que se ha diseñado hasta 2030, plantea además evaluar el inicio de programas de diagnóstico temprano en cáncer de pulmón y en cáncer esófago. Tenemos que ver cuáles son las mejores tecnologías y estrategias para que estos programas realmente nos ayuden a salvar vidas, pero aparte de esta prevención secundaria que lo que hace es que cuando el tumor está en una etapa temprana pueda ser abordada para su curación de manera exitosa, con un diagnóstico más temprano, debemos abordar las causas del cáncer. En este sentido, el programa de la UE es ambicioso, se pretende reducir el consumo de tabaco y de alcohol, mejorar la pureza del aire, teniendo en cuenta que la contaminación atmosférica puede ser responsable de unos 300.000 casos anuales de cáncer de pulmón en toda la UE.

Se estima que hasta el 40 por ciento de los tumores podrían prevenirse con acciones de promoción de hábitos saludables y normalmente esto es algo que las autoridades sanitarias deben incluir en la educación desde la infancia, la adolescencia y dando mensajes continuados sobre las acciones a realizar a lo largo de toda la vida de los individuos para adquirir que todos seamos capaces de adquirir hábitos saludables.

P. Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los pacientes de cáncer en nuestro país es que el acceso a los tratamientos no es equitativo entre las Comunidades Autónomas. ¿Cómo se puede poner solución a esto?

R. Yo creo que en nuestro país globalmente, el acceso, aunque es mejorable, yo diría que no es limitante, porque los medicamentos esenciales que tienen un efecto en la curabilidad o en la prolongación significativa de la supervivencia, están accesibles a través del Sistema Público de Salud.

Es importante que por parte de todos: sociedad, profesionales sanitarios, autoridades, hagamos sostenible el sistema y para eso tenemos que hacer todavía más accesibles aquellos medicamentos que realmente tienen impacto cuantitativo en el efecto sobre la salud de los pacientes, es decir, no es lo mismo un medicamento que incrementa la supervivencia en el 2 por ciento de los casos que otro que lo hace en el 12 o en el 15 por ciento de los casos y tampoco es igual que lo que mejora una enfermedad rara, que lo que mejora una enfermedad común, por el impacto que tiene según la prevalencia de la enfermedad. 

En este momento hay vías de comunicación, de diálogo entre los pagadores, los profesionales sanitarios, la industria y las asociaciones de pacientes para llegar a algunos acuerdos en este sentido. Pero un dialogo permanente de como optimizar y hacer sostenible este proceso, es de alta relevancia y ESMO a través de su grupo de medicamentos para el cáncer está en esta posición de intentar aportar información sólida e instrumentos técnicos para poder valorar el impacto de estos medicamentos.

P. Otro de los problemas que están a la orden del día es que muchos fármacos aprobados por la EMA llegan tarde a España. ¿Se deben recortar tiempos en nuestro país? ¿Cómo?

R. Esto es una realidad porque cuando la Agencia Europea del Medicamento aprueba un medicamento, en Alemania se implementa al día siguiente, de modo que ese medicamento está autorizado y las autoridades sanitarias se dan un plazo entre seis meses y un año, para negociar el precio de ese nuevo medicamento.

En España lo que tenemos primero es la negociación del precio y luego la aprobación.  Esto realmente hace que los medicamentos tarden un poco más en llegar en nuestro país y la industria y los profesionales, intentamos compensar esta situación a través del desarrollo de ensayos clínicos, estudios o programas de implementación temprana donde pendiente todavía de la aprobación oficial, los pacientes que puedan tener un beneficio importante de estos medicamentos se puedan beneficiar. Ciertamente nuestro sistema es mejorable y en este momento me consta que las autoridades sanitarias a nivel nacional y a nivel de las CC.AA. están haciéndolo en este sentido.

“La investigación en cáncer necesita formar parte más visible y prioritaria en la distribución presupuestaria nacional”

P. ¿Cuál es su concepción de la actividad investigadora y asistencial en nuestro país?

R. La actividad asistencial e investigadora en nuestro país, es razonablemente buena. España consiguió la aprobación de la oncología médica como especialidad hace 43 años, en 1980, es decir, durante más de 43 años, hay profesionales que se han formado de manera óptima a través de los programas MIR del Ministerio de Sanidad, y esto ha generado una masa crítica de profesionales, que son realmente sólidos en lo que es la oncología. En Europa, el reconocimiento de la oncología tuvo lugar por parte de la UE en el año 2011 y esto ha hecho que, en determinados países, la profesionalización de la especialidad no tenga unos niveles tan buenos como tienen en nuestro país.

La participación de los profesionales españoles debido al excelente desarrollo profesional de nuestra especialidad es muy alto y es muy difícil no encontrar alguna revista no solo de investigación clínica sino de investigación traslacional donde no haya autores españoles que aporten su conocimiento a los resultados de su investigación. Yo pienso que todo es mejorable, que la investigación necesita formar parte más visible y prioritaria en la distribución presupuestaria nacional donde la proporción del PIB dedicado a I+D+i tendría que equipararse a la de otros países lideres en Europa.

P. Cada vez son más los supervivientes de cáncer y las perspectivas son de un mayor número, ¿Cree que se tienen que hacer planes específicos para estos en los hospitales?

R. Absolutamente, en la UE hay 12 millones de largos supervivientes de cáncer de los que 300.000 son niños, o eran niños en el momento del diagnóstico del cáncer, es decir las cifras son escalofriantes y esas personas requieren un soporte por supuesto sanitario, pero también, de otros aspectos relacionados con su vida personal, laboral, incluso social.

El trauma que pueda suponer para una mujer joven que ha sido diagnosticada de un cáncer de mama y que la curabilidad de esa enfermedad ha supuesto la inducción de una menopausia precoz, tiene implicaciones en la salud ósea, en aspectos del metabolismo o en aspectos cardiovasculares que son muy importantes. Por eso uno de los ejes estratégicos de la UE en el plan de acción contra el cáncer hasta 2030 es buscar y optimizar estrategias para ayudar a los largos supervivientes para que puedan tener un desarrollo y una trayectoria vital que esté lo mínimo posible influida por el diagnóstico previo de cáncer y por las consecuencias de esto.


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