La Organización Mundial de la Salud advierte de que la falta de preocupación por las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) impedirá alcanzar los Objetivos Sostenibles del Milenio, por lo que en 2010 lanzó su documento ‘Trabajando para reducir el impacto global de las ETD’, refrendado por la Declaración de Londres de 2012 y suscrita por grandes compañías farmacéuticas, la propia OMS o la Fundación Bill y Melinda Gates.

Con el objetivo de evaluar qué necesidades hay en el tratamiento de las  ETD, la Real Academia Nacional de Medicina y DNDi (una organización sin ánimo de lucro que desarrolla medicamentos para las ETD con sede en Ginebra), organizaron este jueves en colaboración con GSK la sesión científica extraordinaria ‘Enfermedades Tropicales Desatendidas y Objetivos Sostenibles del Milenio’.

Y es que, tal y como expuso Guillermo de Juan, vicepresidente y director de Government Affairs de GSK, queda mucho por hacer para lograr acabar con unas enfermedades que “afectan a más de 1.300 millones de personas en todo el mundo”, fundamentalmente en las zonas más pobres del planeta —Según la OMS, más del 70 por ciento de los países y territorios afectados tienen economías de ingresos bajos o medios-bajos—. Son, dijo, “las enfermedades olvidadas de los más olvidados”. Mejorar el acceso a los tratamientos y, sobre todo, impulsar una mayor colaboración público privada son, expuso, claves para avanzar en este sentido.

Actualmente, tal y como explicó Gonzalo Piédrola Angulo, coordinador de la sesión científica y académico de la RANM, existen dos vías fundamentales desde las que se intentan combatir estas patologías tropicales. Por un lado, la administración masiva de fármacos (MDA, según su denominación en inglés), que consiste en la distribución de medicamentos a poblaciones completas en determinadas zonas geográficas con independencia del estado de salud respecto de la enfermedad tropical que se pretende prevenir y/o controlar.

Sesión científica extraordinaria ‘Enfermedades Tropicales Desatendidas y Objetivos Sostenibles del Milenio’.

Esta estrategia MDA se viene utilizando para prevenir la transmisión de la filariasis linfática, la oncocercosis o la esquistosomiasis entre otras enfermedades olvidadas. Según el profesor Piédrola, citando datos de la OMS, en 2018, mil millones de personas en todo el mundo fueron tratadas mediante MDA.

Por otro lado, en el caso de las enfermedades que no son susceptibles de ser tratadas con este abordaje, se requieren otros métodos más innovadores y específicos para cada enfermo y zona geográfica, a pesar de lo cual se ha alcanzado reducciones muy significativas en la enfermedad del sueño y la leishmaniasis visceral.

Por su parte Jorge Alvar, académico y asesor senior de DNDi, señaló que la lucha contra las ETD redunda necesariamente en la reducción de la pobreza a gran escala, “y trabajar en ellas ofrece una oportunidad inmejorable para que se aseguren un lugar en la Agenda de Desarrollo Sostenible del 2030”.