La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Red Española de Registros de Cáncer presentan el informe ‘Las cifras del cáncer sanguíneo en España: estimaciones de incidencia para 2025 y análisis de supervivencia’, del cual se desprende que los tumores hematológicos supondrán un 10 por ciento del total de nuevos diagnósticos de cáncer en 2025, lo que se traduce en 25.770 casos, por detrás de los tumores de mama, pulmón, próstata y colon.

Rafael Marcos-Gragera, facultativo de la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Girona (ICO-Girona) y coordinador del grupo de investigación HematoREDECAN, recuerda que “los cánceres sanguíneos son un grupo de enfermedades con características clínicas bien establecidas y perfiles muy heterogéneos, que se dividen en tres grandes grupos: las neoplasias linfoides, las neoplasias mieloides y las histiocitosis”. “En el periodo observado se ha visto que la tendencia de casos se ha mantenido estable”, añade.

Del total de nuevos diagnósticos de cáncer sanguíneo, los tumores de origen linfoide representarán 18.357 casos, frente a los 7.148 de origen mieloide. Las neoplasias linfoides son las más frecuentes, representando el 71 por ciento del total de neoplasias hematológicas estimadas para 2025. Las neoplasias linfoides con mayor incidencia serán las neoplasias de células B maduras, que representan el 78 por ciento del total, seguidas del linfoma de Hodgkin (9 por ciento), las neoplasias de células T y NK maduras (7 por ciento), y de las neoplasias de células precursoras (3 por ciento) y neoplasias linfoides inespecíficas (3 por ciento). Dentro de las neoplasias linfoides de células B maduras, la mayor incidencia corresponderá al linfoma difuso de células B grandes (27 por ciento), al mieloma múltiple (22 por ciento), al linfoma folicular (18 por ciento) y a la leucemia linfocítica crónica (14 por ciento).

“El linfoma es la neoplasia hematológica más frecuente y posiblemente la más compleja, con más de 60 tipos reconocidos. En general, los datos de supervivencia son alentadores”, refrenda Alejandro Martín García Sancho, vicepresidente del Grupo Español de Linfomas (GELTAMO) y hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca. “Del primer al segundo periodo analizado se observa una mejoría que podría atribuirse al uso de anticuerpos monoclonales”, añade. “Aunque en años recientes los avances han sido limitados, si se analiza el periodo de 2018 hasta la fecha, se aprecia una tendencia positiva en la supervivencia”, precisa.

García Sancho recuerda que los principales avances en el tratamiento de los linfomas se han dado en dos áreas. Por un lado, ha habido un gran progreso en el conocimiento de la biología de los linfomas, lo que ha permitido el desarrollo de terapias dirigidas. Por otro lado, menciona que la inmunoterapia ha revolucionado el tratamiento de los linfomas B. “Esta no se limita a la terapia CAR-T, sino que incluye otros fármacos que también están mostrando resultados muy prometedores”, reitera.

Por su parte, en estas estimaciones para el año que viene, las neoplasias mieloides representarán el 28 por ciento de todos los cánceres sanguíneos, siendo las más frecuentes las neoplasias mieloproliferativas (39 por ciento) – trombocitemia esencial, policitemia vera y mielofibrosis primaria-, la leucemia mieloide aguda (27 por ciento) y los síndromes mielodisplásicos (24 por ciento).

Mª Victoria Mateos, presidenta de la SEHH y coordinadora del Grupo Español de Mieloma del Programa Español de Tratamientos en Hematología (GEM-PETHEMA), recuerda que en el caso del mieloma, “los datos son muy consistentes con lo publicado en la literatura, mostrando una incidencia de 6 casos por cada 100,000 habitantes”. En cuanto a la supervivencia, afirma que “el 48 por ciento de los pacientes sobreviven a los cinco años, lo cual está en línea con los reportes a nivel mundial”. “En la práctica clínica, observamos que los pacientes con mieloma viven cada vez más tiempo, y se espera que en los próximos años se logre un mayor beneficio en la supervivencia global”, añade.

En el grupo de las neoplasias linfoides, la incidencia se mantiene estable en los últimos años, siendo más frecuentes en hombres que en mujeres y aumentando con la edad. En el caso de las neoplasias mieloides, se observa un ligero descenso en la incidencia, siendo mayor en los hombres e incrementándose con la edad. Por su parte, las histiocitosis sólo representarán el 1 por ciento de la incidencia de todas las neoplasias hematológicas para el 2025, con una estimación de 264 nuevos casos.

Supervivencia

La supervivencia global de los cánceres sanguíneos durante el período analizado en el informe (2009-2018) fue del 62,1 por ciento. Dentro de este grupo, las neoplasias linfoides mostraron un mejor pronóstico, con una supervivencia a los 5 años del diagnóstico del 67,9 por ciento, en comparación con el 49,5 por ciento observado en las neoplasias mieloides. Las mujeres tuvieron tasas de supervivencia más altas, con un 66,1 por ciento, en comparación con el 59 por ciento registrado en los hombres para el conjunto de estos tumores.

Dentro de las neoplasias linfoides, las que presentan una supervivencia más alta son el linfoma folicular (86,8 por ciento), el linfoma de Hodgkin (83,9 por ciento), y la leucemia linfática crónica (80,3 por ciento). La leucemia linfática aguda registró una supervivencia del 59,8 por ciento, el linfoma difuso de células B grandes del 58,6 por ciento y el mieloma múltiple del 48,1 por ciento. En cuanto a los subtipos de neoplasias mieloides, la supervivencia más alta a los cinco años del diagnóstico le corresponde a la trombocitemia esencial, con un 90,3 por ciento, seguida de la policitemia vera (89,5 por ciento), la leucemia mieloide crónica (75,7 por ciento), la mielofibrosis primaria (49,1 por ciento), los síndromes mielodisplásicos (35,7 por ciento) y la leucemia mieloide aguda (25,6 por ciento).

Población infantil

En la población infantil, se estima que en 2025 se diagnosticarán 445 nuevos casos de cáncer sanguíneo, que corresponderán a 287 leucemias y 158 linfomas. Respecto a las estimaciones de supervivencia en niños, la media se sitúa en un 84,5 por ciento, sin diferencias por sexo, pero sí por franjas de edad, presentando menor supervivencia los menores de un año.

Según el tipo de patología, se observaron diferencias en cuanto a la supervivencia, con mayores supervivencias en los linfomas (93,3 por ciento) y menores supervivencias en las leucemias (82,1 por ciento).


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