C. S. Madrid | viernes, 09 de diciembre de 2016 h |

Para la esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR), que se presenta, inicialmente, con un brote, pérdida transitoria de visión y alteraciones sensoriales o motrices que pueden mejorar pero que tras un periodo de tiempo indeterminado pueden repetirse.

“Después de algún tiempo, alrededor de 15 años, los pacientes comienzan a notar un deterioro lento y gradual de sus síntomas, a lo que los neurólogos llamamos EM secundaria progresiva (EMSP). Aparte, hay un pequeño porcentaje de pacientes —en torno a un 15 por ciento aproximadamente—, en los que ese deterioro gradual se produce desde el principio y este grupo se describe como EM primaria progresiva (EMPP)”, explica a GM el neurólogo Alan Thompson, del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de Queen Square.

La llegada de posibles tratamientos para las formas primaria y secundaria progresivas de la esclerosis múltiple (EMPP y EMSP, respectivamente) suponen una “revolución” en esta especialidad. No obstante, todavía se trata de resultados preliminares.

Hace un par de meses, durante el Congreso del Ectrims en Londres se expusieron datos “positivos” de ensayos clínicos en marcha con fármacos para estas formas de la enfermedad.

El anuncio de estos dos ensayos es el comienzo del viaje para tratamientos eficaces para las formas progresivas y significa que, muy pronto, cuando estos fármacos estén disponibles, ya no se podrá decir que la EM progresiva es intratable”, agrega, haciendo referencia a siponimod (para la EMSP) y ocrelizumab (para la EMPP). No obstante, el camino continúa para encontrar tratamientos “aún más eficaces” para controlar los mecanismos implicados en la neurodegeneración.

El futuro

En concreto, Thompson destaca que, actualmente, ya existen tratamientos “efectivos” para la EMRR. A continuación, incide en el papel de ocrelizumab —cuyo efecto es, sobre todo, en los linfocitos B— y siponimod.

“Son un gran comienzo, aunque también hay trabajos importantes de agentes neuroprotectores, incluyendo nuevas dosis de ibudilast, fluoxetina, riluzol y amilorida”, afirma, al tiempo que precisa que existen otros agentes como simvastatina, que mostró “un efecto positivo” en un ensayo de fase II para la EMSP y biotina, que actúa sobre el metabolismo celular y la producción de mielina. “Ambos requieren de más estudios para corroborar estos resultados”, concluyó.

Ciertamente, queda incidir más en los estudios sobre remielinización, aunque ya se cuenta con “resultados alentadores”.