Durante el Congreso Internacional de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) 2024, se puso de relieve la creciente preocupación por la sindemia de diabetes y obesidad, dos condiciones cuya prevalencia ha aumentado significativamente en los últimos años. En el evento se presentaron prometedores avances con nuevas moléculas diseñadas para ayudar a la reducción de peso en personas con obesidad, mostrando resultados preliminares alentadores en cuanto a pérdida de peso y control de la diabetes. Además, se destacó el papel clave que están desempeñando las nuevas tecnologías en el manejo de la diabetes.

Elsa Fernández Rubio, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Diabetes (SED), explica a Gaceta Médica que uno de los temas más discutidos ha sido la prevención de la diabetes tipo 2. Los expertos subrayaron la importancia de tratar la obesidad en personas con diabetes tipo 2 o prediabetes, «ya que una pérdida de peso significativa puede contribuir a la remisión de la enfermedad», confirma Fernández Rubio. «Las estrategias más efectivas continúan siendo la promoción de un estilo de vida saludable, con ejercicio regular y una alimentación equilibrada que permita una reducción de peso superior al 5 por ciento», añade.

El principal mensaje del congreso fue que «la diabetes no debe ser vista solo como una enfermedad relacionada con la glucosa». El exceso de tejido adiposo, especialmente el visceral, tiene un impacto significativo en la salud de las personas, tanto con como sin diabetes. «Por ello, los profesionales de la salud deben ir más allá del control glucémico y abordar de manera integral el problema del exceso de grasa, a través de cambios en el estilo de vida y, cuando sea necesario, con tratamientos farmacológicos», reitera Fernández Rubio.

En cuanto a las tecnologías aplicadas a la diabetes, recuerda que se presentaron importantes avances en dispositivos como los sistemas de monitoreo continuo de glucosa y las bombas de insulina. «Los sistemas de asa cerrada híbridos, que combinan la infusión continua de insulina con la monitorización en tiempo real de la glucosa, han demostrado mejorar no solo el control glucémico, sino también la calidad de vida de las personas con diabetes tipo 1», precisa. «Como novedad, se presentó un innovador sensor que tiene la capacidad de detectar y prevenir posibles episodios de hipoglucemia e hiperglucemia en las horas siguientes», precisa.

Fernández Rubio precisa que en el ámbito farmacológico se destacaron los avances en análogos de GLP-1 y GIP, «fármacos que no solo mejoran el control de la glucosa, sino que también favorecen la pérdida de peso cuando se combinan con cambios en el estilo de vida». «Durante el congreso se discutieron nuevos tratamientos en desarrollo, que podrían ser administrados de forma oral o mediante una única inyección mensual, así como nuevas moléculas que actúan como triples agonistas, ofreciendo mayor eficacia en la reducción tanto del peso como de los niveles de hemoglobina glicada», argumenta.

El congreso también abordó los avances en la reducción del riesgo cardiovascular en personas con diabetes, destacando la importancia de controlar todos los factores de riesgo, como la presión arterial, el colesterol y el peso corporal. «Entre los avances más relevantes se presentaron los resultados de estudios sobre la finerenona, un medicamento utilizado en la enfermedad renal crónica que ha mostrado su eficacia en la reducción de eventos cardiovasculares y hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca en personas con diabetes tipo 2», confirma.

En cuanto a los retos futuros, el aumento de la prevalencia de obesidad y diabetes tipo 2, especialmente en edades tempranas, es uno de los mayores desafíos. La diabetes tipo 2 de aparición temprana está asociada con un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo, lo que hace imprescindible tomar medidas urgentes para frenar esta tendencia, promoviendo hábitos de vida saludables desde edades tempranas.


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