GM Madrid | lunes, 05 de noviembre de 2018 h |

Un estudio de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) publicado en la revista ‘Journal of the American Geriatrics Society’ ha vinculado el mayor consumo de proteínas con una menor probabilidad de sufrir discapacidad en la etapa anciana.

El equipo de investigación utilizó datos del estudio Newcastle 85+. Los investigadores de este estudio contaron con la participación de aquellos que cumplían 85 años en 2006, en dos ciudades diferentes de Reino Unido.

Al comienzo del estudio en 2006-2007, había 722 participantes, 60 por ciento de los cuales eran mujeres. Éstos proporcionaron información sobre lo que comían todos los días, sus medidas de peso corporal y altura, su evaluación general de salud (incluido cualquier nivel de discapacidad) y sus registros médicos.

Los resultados confirmaron que más de un cuarto (28 por ciento) de los adultos mayores en el noreste de Inglaterra tenían ingestas de proteínas por debajo de la cantidad diaria recomendada. También comprobaron que los adultos mayores que tienen más enfermedades crónicas también pueden tener diferentes requerimientos de proteínas.

Los investigadores también examinaron el impacto de la ingesta de proteínas en el aumento de la discapacidad durante cinco años.

La teoría de los investigadores fue que comer más proteínas se asociaba con un desarrollo más lento de la discapacidad en adultos muy mayores, según su masa muscular y su fuerza muscular. Estaban en lo cierto. Los participantes que comieron más proteínas al comienzo del estudio tenían menos probabilidades de quedar discapacitados en comparación con las personas que comían menos.

A la vista de los hallazgos, Nuno Mendonça, autor principal del estudio, apunta que los mayores deben comer entre 1 y 1,2 gramos de proteína por cada kilo de peso corporal. “Por ejemplo, para una persona que pesa 72 kilos, eso sería aproximadamente 58 gramos de proteína al día (una porción de pollo de 1 kilo contiene aproximadamente 31 gramos de proteína)”, detalla.