GM Barcelona | viernes, 04 de noviembre de 2016 h |

El 43 por ciento de los enfermos con trastorno bipolar, el 40 por ciento de las personas con depresión y el 33 por ciento de los pacientes con esquizofrenia presenta un uso problemático del alcohol , lo que empeora la sintomatología, el pronóstico de su enfermedad y dificulta la recuperación. Estos son algunos de los datos expuestos en la mesa-debate “Cómo tratar al paciente con trastornos mentales y uso problemático de alcohol”, en el marco del XIX Congreso Nacional de Psiquiatría.

Según Néstor Szerman, jefe de Servicio Salud Mental Retiro del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, “el consumo de alcohol entre los pacientes psiquiátricos es muy frecuente, lo cual empeora el pronóstico y evolución de la enfermedad. Sin embargo, esta situación suele ser desconocida por los psiquiatras, salvo en los casos muy graves. Las causas son tanto el ocultamiento o minimización del problema por parte del paciente como la poca formación de los especialistas en este campo, habitualmente derivado a las redes de adicciones”. Como dijo este experto, la evolución, no obstante, de las enfermedades psiquiátricas dependerá del correcto diagnóstico y tratamiento de ambas patologías. “Una cantidad importante de pacientes permanece sin un diagnóstico adecuado de este uso problemático de alcohol, lo que empeora la evolución y el pronóstico de estos sujetos condenados a no encontrar la puerta adecuada para atender su problema”, señaló.

El abordaje de la enfermedad mental grave junto al uso problemático de alcohol requiere, por tanto, de un enfoque integral a cargo de los profesionales. Adrián Neyra, responsable del Programa de Adicciones y Programa de Atención Integral a las Psicosis en Patología Dual, Complejo Hospitalario de Gran Canaria, Dr. Negrín, recomienda “la integración de las redes de atención, donde el abordaje terapéutico del trastorno mental y del trastorno adictivo sean simultáneos y se realicen por el mismo equipo terapéutico”. Este modelo permite una intervención precoz y coordinada en caso de reagudización de ambas patologías y evita las dilaciones, interacciones negativas y pérdidas por problemas burocráticos que casi siempre conlleva el tratamiento realizado por diferentes equipos, señaló este experto. “La literatura científica sustenta que el modelo de tratamiento integral es más eficaz, ya que parece aumentar la adhesión al tratamiento ambulatorio, disminuye las hospitalizaciones y reduce los problemas legales y sociales”, dijo.