España tuvo ocho nuevos casos de lepra durante el año 2017, según el Registro Estatal de Lepra del Instituto de Salud Carlos.
Una enfermedad olvidada prácticamente en el mundo occidental, pero que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha encargado de recordar al alertar de que los casos de lepra han aumentado por primera vez en cuatro años.
Desde el Sanatorio San Francisco de Borja, más conocido como el Sanatorio de Fontilles, trabajan con su fundación para erradicar esta enfermedad causada por el bacilo mycobacterium leprae .
“En España, la lepra no es ningún problema importante, pero todavía se siguen registrando casos nuevos. En los últimos años han sido 15-20 casos”, explica a GM José Ramón Gómez, director Médico de Lepra de Fontilles. “Todavía existe lepra en el mundo. Hay 215.000 casos nuevos registrados en el año 2016”, añade.
En Europa “el número de casos es pequeño y en España son ocho casos perfectamente controlados”, continúa. Los casos se han repartido en Madrid, País Vasco, Aragón, Cataluña, Galicia y Navarra. “Los pacientes que han aparecido en España fundamentalmente proceden de países que tienen lepra: Ecuador, Brasil, África subsahariana, etc. …”, puntualiza el especialista.
Actualmente, la lepra es curable gracias al tratamiento de la Multiterapia (MDT), que se aplica desde 1982 y la OMS suministra de manera gratuita a los gobiernos. “Antes no había medicación. El paciente era separado porque no había ningún fármaco y se pensaba que la enfermedad era muy contagiosa. Ahora la OMS aconseja el uso de tres antibióticos: utilizamos dapsona, clofazimina y rifampicina”, subraya.
“Por lepra no se ingresa a nadie ya. Si tú tienes un paciente y lo diagnosticas, lo que haces es tratarlo como mínimo durante un año. Y el tratamiento es ambulatorio. Cada cuatro meses acude al centro para hacerle unas pruebas de valoración clínica y por lo general al año se les da de alta. La lepra es una enfermedad que, si la diagnosticamos pronto se controla bien”, añade.
La última leprosería
Hollywood ha contribuido a expandir la mala imagen que se tiene de una enfermedad que en realidad es poco contagiosa. “Nuestro sanatorio es la última leprosería de Europa y todavía quedan allí viviendo 26 personas que fueron tratadas pero muchos de ellos quedaron con alguna discapacidad y otros que fueron rechazados por la sociedad”, asegura Gómez. “Tenemos un laboratorio que es punto de referencia a nivel nacional e internacional. Nos mandan material de otros países para analizar” añade el especialista.