El aumento de las resistencias a los antimicrobianos (RAM) se ha convertido en uno de los mayores desafíos en salud de nuestro tiempo. Los patógenos resistentes, incluidos virus, parásitos, hongos y especialmente bacterias, están alcanzado unas cifras de morbilidad y mortalidad que empiezan a ser alarmantes. Según el estudio ‘Antimicrobial resistance and the role of vaccines’ la resistencia a los antibióticos causa 33.000 muertes anuales en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo, al menos 23.000 en los Estados Unidos y 38.000 muertes anuales en Tailandia. Además, según los datos, las bacterias resistentes causaron la muerte de más de 58.000 bebés en la India en un año. Esta estimación coloca en un mínimo de 700.000 los fallecimientos anuales mundiales por RAM.
Dada la rapidez con la que ha evolucionado la resistencia a cada nueva clase de antibióticos, los expertos demandan nuevas estrategias globales en las que el desarrollo de nuevas vacunas, junto con nuevos antibióticos, podría ser la solución. Durante el encuentro ‘Cómo pueden las vacunas combatir la resistencia a los antimicrobianos’, Ennio De Gregorio, director de I+D en el Centro de Vacunas de GSK de Italia, explicó el importante papel que podrían desarrollar las vacunas. “Las vacunas tienen de su lado la capacidad de prevenir infecciones y, por lo tanto, de reducir la circulación de bacterias que pueden crear resistencia. De esta forma reduciríamos también el uso de antibiótico”, resaltó.
La propia resistencia surgió desde el momento en el que apareció la terapia antimicrobiana, comenzando con el descubrimiento de la penicilina. La resistencia a múltiples fármacos se identificó ya en la década de 1950. Cualquier uso de antimicrobianos, incluidos los antibióticos comunes, impulsa la evolución de la resistencia, independientemente de la conveniencia de su uso. En cambio, tal y como recordaron en este encuentro, las vacunas han podido superar la evolución de las cepas resistentes. Existen varias razones para entender este fenómeno.
El estudio ‘Why the evolution of vaccine resistance is less of a concern than the evolution of drug resistance’ describe que la primera razón es que las vacunas se usan profilácticamente, cuando las poblaciones de patógenos son relativamente pequeñas, lo que disminuye la probabilidad de que aparezcan y proliferen mutaciones. En segundo lugar, las vacunas tienden a atacar a los patógenos de múltiples maneras al inducir respuestas específicas de anticuerpos y / o células T del huésped .
Por último, en los casos en que se ha detectado resistencia a las vacunas, la reducción de la enfermedad se ha llegado a alcanzar. “Las innovaciones en vacunología y tecnologías permitirán que las vacunas del mañana apunten directamente a las bacterias resistentes, reduciendo el uso de los antibióticos”, insitió Emmanuel Hanon, director de I+D de GSK Vaccines.
‘New Delhi’
Uno de los ejemplos de la resistencia antimicrobiana que más preocupación está generando es la enzima New Delhi metallo-beta-lactamase (NDM-1). Este microorganismo es especialmente peligroso debido a su resistencia a gran número de antibióticos betalactámicos. Entre ellos, los de la familia carbapenem, principal arma frente a las cepas RAM. Durante el último año, un brote regional de NDM-1 ha infectado a más de 100 personas en la Toscana (Italiana).
El desarrollo de vacunas contra la tuberculosis
La Mycobacterium tuberculosis continúa siendo a día de hoy el microorganismo bacteriano que más muertes causa. En 2017, 1.600.000 personas fallecieron por tuberculosis (TB) y se estima que la cuarta parte de la población mundial esté infectada por este patógeno. Aproximadamente, el 10 por ciento de esta población desarrollará en el futuro tuberculosis pulmonar activa al no recibir medicación.
Actualmente, las cepas de TB resistentes están emergiendo y extendiéndose a nivel mundial, y la única vacuna contra la TB (disponible desde 1921), la BCG, no proporciona protección probada y consistente en aquellos adultos que viven en países con TB endémica.
Recientemente, GSK ha anunciado que los resultados de su vacuna experimental M72 / AS01E1 indican que reduce significativamente la incidencia de tuberculosis pulmonar en adultos VIH negativos infectados por M. tuberculosis con tuberculosis latente. Estos resultados demuestran una eficacia global de la vacuna del 50 por ciento durante los tres años posteriores a la vacunación. El estudio se llevó a cabo en las regiones donde la tuberculosis es endémica (Kenia, Sudáfrica y Zambia) y en él participaron 3.573 adultos.