Durante la temporada 2019-2020 hubo en España 3.900 muertes atribuidas directamente a la gripe. Se registraron más de 600.000 casos en Atención Primaria y 27.000 hospitalizaciones. Unos datos que han alertado a las principales sociedades científicas nacionales.

En este contexto, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), junto a las Sociedades Científicas de Infectología Pediátrica (SEIP), de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs), y la Asociación Española de Vacunología (AEV) han presentado en la sede de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) un Documento de Consenso que ahonda en diagnóstico, tratamiento y profilaxis de la infección por este virus, desde un punto de vista holístico.

Una necesidad inaplazable

En palabras de Francisco López Medrano, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y coautor del documento, “un documento necesario, porque la gripe ha vuelto y supera ya tanto a la COVID-19 como al virus respiratorio sincitial”.

“Aborda los aspectos clínicos, microbiológicos, terapéuticos y preventivos de la gripe, tanto para población pediátrica como para adultos. Con él pretendemos ayudar a facilitar el abordaje clínico, microbiológico y preventivo de la infección por virus de la gripe y a disminuir sus importantes consecuencias sobre la morbimortalidad de la población”, ha explicado López Medrano.

Las seis claves de acción

Entre los aspectos en los que profundiza el documento, existen seis claves que mejorarían la calidad asistencial de los pacientes. La primera es el papel que juega la Microbiología Clínica. El cuadro clínico que presentan los pacientes no puede distinguirse clínicamente del producido por otros virus respiratorios. Por ello, creen imprescindible realizar un estudio de diagnóstico microbiológico en todos aquellos sujetos en los que esté indicado un tratamiento antiviral específico, por sus factores de riesgo.

En segundo lugar, la neumonía como alerta. Durante la epidemia anual de la afección gripal se debe considerar la posibilidad de infección por este virus como desencadenante en todo paciente que desarrolle una neumonía.

El tercer punto es la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Es el ‘patrón oro’ para el diagnóstico microbiológico de la gripe. Los microbiólogos participantes en el nuevo consenso han establecido las situaciones en las que estaría indicado un estudio de resistencia a los inhibidores de la neuraminidasa. Asimismo, han perfilado los criterios para realizar el estudio de vigilancia epidemiológica con el fin de detectar precozmente nuevas variantes y poder diseñar con más precisión las vacunas para la siguiente temporada.

Como cuarta medida señalan a los inhibidores de la neuraminidasa. Se especifica el grupo de pacientes en los que debe iniciarse tratamiento antiviral específico, preferentemente con inhibidores de la neuraminidasa por vía oral. Se trata de pacientes (adultos y pediátricos) que presentan un alto riesgo de evolución a formas graves (mayores de 65 años, inmunodeprimidos o aquellos con patologías crónicas pulmonares, cardíacas, hepáticas o renales, entre otros). Destacan como clave la importancia del tratamiento antiviral específico con inhibidores de la neuraminidasa en los pacientes que presentan neumonía en relación con la infección por este virus.

En quinto lugar, la prevención. Al igual que ocurre con muchas otras infecciones, es la mejor herramienta que existe. En este sentido, siguen haciendo hincapié en el uso de la mascarilla por parte de los pacientes con gripe y del personal sanitario, el lavado de manos frecuente o el distanciamiento o aislamiento para evitar la diseminación del virus.

Y, finalmente, la vacunación. Entienden que los principales candidatos a ella son los mayores de 65 años, los pacientes inmunodeprimidos o las personas con otras enfermedades crónicas pulmonares, cardíacas, renales, hepáticas, etc.

Incidir en la vacunación

El coordinador del Grupo Consenso Gripe, Tomàs Pumarola, ha destacado que “nuestro deber como organización es generar un conocimiento que permita fortalecer la capacidad del SNS para hacer frente a brotes de gripe, a través de la mejora de la vigilancia epidemiológica y la planificación adecuada de recursos”.

Por su parte, e incidiendo en el sexto punto, Jaime Jesús Pérez, presidente de AEV, ha remarcado lo sucedido durante la temporada 2017-2018. “La gripe causó más de 52.000 hospitalizaciones y 15.000 muertes. Se calcula que en ese tiempo el programa de vacunación en mayores de 64 años evitó el 39 por ciento de las muertes entre los casos hospitalizados con gripe”, ha recalcado.

En la misma línea, María Fernández Prada, secretaria de la AEV, ha puesto el acento en no perder de vista que la vacunación antigripal tiene como objetivo reducir la mortalidad y morbilidad asociada a la gripe y el impacto de la enfermedad en la comunidad. “Por ello, es tan importante vacunar a las personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones, así como a las que pueden transmitir la enfermedad a otras personas vulnerables”.


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