El XXI Curso de Formación Continuada ‘Puesta al día en Tratamiento antitrombótico’, organizado por la Sociedad Española de Trombosis (SETH) y Hemostasia y la Fundación Española de Trombosis y Homeostasia (FETH) ha puesto en valor la importancia de las pruebas globales de la hemostasia. En concreto, el encuentro ha abordado cómo su uso al intentar medir procesos complejos con muchos elementos participantes en un solo dato es útil para individualizar mejor el diagnóstico de la trombosis y, sobre todo, el pronóstico, es decir, el riesgo de que se repita la enfermedad.

Joan Carles Souto Andrés, del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, durante su ponencia.

En palabras de Joan Carles Souto Andrés, hematólogo en el Hospital de la Santa Creu i Santa Pau de Barcelona, “muchas de estas pruebas se han incorporado en los últimos años y nos sirven para evolucionar desde las antiguas y clásicas pruebas de trombofilia hereditaria“.

Por su parte, María Marcos Jubilar, hematóloga en la Clínica Universidad de Navarra, destacaba que los resultados actuales dejan ver que los test viscoelásticos, la generación de trombina y la curva de TTPA podrían ofrecer información sobre qué pacientes presentan un papel más hipercoagulable; esto permitiría saber cuáles pueden beneficiarse de un tratamiento más personalizado. En este sentido, Marcos detallaba que “queda mucho campo para el avance tanto en la estandarización como en la realización de estudios suficientemente robustos que nos permitan dar respuesta a estas cuestiones”.

Importancia de la hemostasia en TIH

Una de las sesiones de la formación abordó los retos en el diagnóstico y tratamiento de la trombocitopenia inducida por heparina (TIH). Aquí se explicó cómo el uso de este anticoagulante ha salvado muchas vidas, pero paradójicamente puede asociar esta reacción protrombótica, particularmente problemática por su gravedad.

En este sentido, María Luisa Lozano Almela, hematóloga en el Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia, subrayó la relevancia de cuantificar mediante escalas clínicas la posibilidad que tiene un paciente de padecer este cuadro; también, de que la puntuación de estas escalas guíe la solicitud o no de test diagnósticos complementarios. Y es que, como precisó Lozano “un diagnóstico erróneo conlleva importantes daños; el no detectarlo expone al enfermo a riesgos muy graves”. “Pero lo contrario, es decir, asumir el cuadro cuando este no ha sido confirmado tiene consecuencias importantes para su salud y para procedimientos futuros a los que el paciente podría someterse”, añadió.

Rosa Vidal Laso, hematóloga en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, puso de manifiesto la importancia del laboratorio de hemostasia como pilar diagnóstico. “Las estrategias diagnósticas emergentes, como la aplicación de modelos de probabilidad bayesiana y herramientas de aprendizaje automático, que combinan datos clínicos y biológicos, han mostrado resultados prometedores que en un futuro cercano nos permitirán diagnosticar de una forma rápida y precisa a nuestros pacientes con TIH”,
destacó.

CAR-T y pacientes oncológicos

La segunda jornada de la formación abordó algunos aspectos de las terapias CAR-T, como las alteraciones hemostáticas asociadas a estas terapias. Un aspecto, según los expertos, novedoso y todavía desconocido para muchos hematólogos. José Ramón González Porras, hematólogo en el Hospital Clínico Universitario de Salamanca enumeró algunas de estas alteraciones como la coagulopatía dual u otras complicaciones derivadas de la toxicidad inmunomediada.

Por otra parte, Andrés Jesús Muñoz Martín, oncólogo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, hizo un repaso al impacto de las nuevas terapias oncológicas (“checkpoint inhibitors” o inhibidores de los puntos de control e inhibidores de las ciclinas) en el riesgo de desarrollar enfermedad tromboembólica venosa y trombosis arterial. A este respecto, Muñoz afirmó que “los nuevos tratamientos oncológicos deben ser tenidos en cuenta en los modelos predictivos de riesgo de trombosis. También influyen en el riesgo de sangrado asociado a la terapia anticoagulante”.

Para finalizar, Javier Trujillo Santos, internista en el Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena, y Vanessa Roldán Schilling, hematóloga en el Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia, abordaron la controversia en el manejo de la trombosis incidental, centrándose en el tromboembolismo venoso y en las trombosis esplácnicas, tanto en pacientes oncológicos como no oncológicos. En esta intervención, se trataron otros aspectos como las peculiaridades fisopatológicas relacionadas con la trombosis de la vena central de la retina y el control de los factores de riesgo vascular como piedra angular de su manejo.


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