Durante el último año se han publicado más de 1.000 artículos científicos relacionados con asma y las actualizaciones más recientes han sido ya recogidas por las guías GEMA 5.1 y la Global Strategy for Asthma Management and Prevention (GINA). Entre las conclusiones de estas guías se constata que las personas que padecen asma (no grave) no parecen tener un mayor riesgo de contraer COVID-19, ni tampoco un mayor riesgo de contraer una infección grave de COVID-19, si el asma es leve o moderada y está bien controlada.
Así lo ha señalado María Auxiliadora Romero Falcón, neumóloga del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, durante la 1ª reunión virtual de las áreas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
La cita, celebrada durante los días 7 y 8 de mayo, abarcó casi 40 temas distintos relacionados con el asma, la circulación pulmonar, la cirugía torácica, la fisioterapia respiratoria, la oncología torácica y las técnicas y trasplante pulmonar. Desarrollada durante la presentación Revista del Año en Asma, en la reunión se hizo un análisis de las publicaciones sobre el asma a nivel mundial, tanto relacionadas con la COVID-19, como aquellas que no han estado vinculadas a la pandemia.
“Las investigaciones también muestran que es muy importante el cumplimiento de la terapia de los pacientes asmáticos, y reducir el riesgo de exacerbaciones graves. Según la guía GEMA 5.1, no existe evidencia que desaconseje la vacunación frente al virus en los pacientes con asma. Estaría contraindicada en pacientes con reacciones de anafilaxia previa a la vacuna o algunos de sus componentes”, destacó la especialista, en relación a la patología y el SARS-CoV-2.
Asma no COVID
Por su parte, Mariana Muñoz Esquerre, neumóloga del Hospital Universitario de Bellvitge de Barcelona, presentó la ponencia Novedades en asma no COVID. En ella reseñó que los estudios sobre asma no vinculados con COVID-19 engloban temas tan diversos como los aspectos fisiopatológicos, los mecanismos de la enfermedad, así como enfoques clínicos encaminados a mejorar todas las estrategias terapéuticas. Entre estas investigaciones destacan la mejora del conocimiento sobre la respuesta inflamatoria tras una infección viral, el uso de biomarcadores en el fenotipado de pacientes con asma (T2 alta) y su estabilidad en el tiempo.
“El año pasado, algunos estudios confirmaron que las combinaciones de terapia inhalada en un solo dispositivo son eficaces en la mejoría de la función pulmonar y pueden ayudar al control de la enfermedad, así como mejorar el cumplimiento de la terapia de los pacientes con asma. En este aspecto, la educación sigue siendo el objetivo principal de muchos estudios, haciendo uso de herramientas como la telemedicina o agentes sociales como la farmacia comunitaria”.
Las combinaciones de terapia inhalada en un solo dispositivo son eficaces en la mejoría de la función pulmonar y pueden ayudar al control de la enfermedad, así como mejorar el cumplimiento de la terapia
Por otro lado, en el campo del asma grave, “disponemos de mayor evidencia sobre la eficacia y seguridad de los diversos fármacos biológicos disponibles y de los que están por venir. Otros estudios clínicos realizados el año pasado se centraron en el intento de mejora de las técnicas endoscópicas, como la termoplastia bronquial, mediante la priorización de las zonas pulmonares a tratar, a través del uso de la resonancia magnética”, señaló la neumóloga.
Desde su punto de vista, “Todos estos esfuerzos son sumamente positivos para los pacientes con asma, porque, aunque parezca una obviedad, la investigación médica no puede detenerse o centrarse solo en los efectos de la COVID-19. Es importante seguir avanzando y profundizar en los estudios que alarguen y mejoren la vida de nuestros pacientes”, concluyó.