Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad de Queensland, en Australia, aportan nueva luz sobre por qué se producen los llamados déficits no específicos (como el dolor crónico o la depresión) en pacientes que han sufrido un ictus.
Los autores del trabajo centraron su estudio en dos estructuras cerebrales: el neocórtex y el tálamo, ya que se sabe que la desaceleración característica del EEG (electroencefalograma) que se correlaciona con el temblor del párkinson podría ser debido a un cambio patológico en el tálamo, que a su vez arrastraría al neocòrtex. En este estudio, los autores se plantearon si las lesiones en el córtex cerebral podrían inducir déficits comparables y así dar cuenta de los síntomas no específicos de dolor crónico y depresión.
De este modo analizaron los datos obtenidos por electroencefalograma de los pacientes con accidente cerebrovascular al poco tiempo desde el inicio del evento. Buscaron trazas de actividad neuronal específicas en los EEG y las compararon con EEG obtenidos de pacientes que sufren la enfermedad de Parkinson o el Síndrome de Dolor Neurogénico. Observaron que “el EEG de pacientes con ictus muestra un notable parecido con los EEG correspondientes a pacientes con enfermedad de Parkinson y Síndrome de Dolor Neurogénico, lo cual sugiere que la actividad del tálamo está fuertemente afectada por las lesiones de la corteza cerebral”, concluyen los autores.