J. A. R. Barcelona | viernes, 30 de septiembre de 2016 h |

Diversos estudios señalan la eficacia de la terapia con péptidos marcados con radionúclidos en el tratamiento de tumores neuroendocrinos (TNE), explica en esta entrevista Merche Mitjavila, que ha participado en la redacción de un consenso para el manejo de este abordaje. Por el momento, este tratamiento no se encuentra comercializado en España, aunque ya está autorizado en Estados Unidos y la Agencia Europea del Medicamento acaba de anunciar una opinión positiva para su aprobación.

Pregunta. ¿Cómo funciona la terapia con péptidos marcados con radionúclidos en el tratamiento de tumores neuroendocrinos?

Respuesta. Los tumores neuroendocrinos expresan en su superficie unos receptores, que son los receptores de somatostatina. Estos receptores son la diana para el tratamiento. De esta forma, al paciente le inyectamos una molécula que tiene afinidad por estos receptores, que se va a unir a ellos. Esta molécula lleva unida una sustancia radiactiva, que puede ser el lutecio o el litio. Tanto la molécula como esta sustancia radiactiva se van a fijar en la diana, que va a quedar internalizada por la célula tumoral.

P. ¿Así que esta terapia permite la radiación selectiva de las células tumorales?

R. Hay que tener en cuenta que hay otras partes del organismo en las que también se expresan los receptores de somatostatina. Además, el riñón es uno de los órganos que puede sufrir problemas. La sustancia que inyectamos se elimina por los riñones, por lo que estos también reciben radiación.

P. ¿Cómo previenen el daño en los riñones?

R. Antes de inyectar los péptidos marcados con radionúclidos administramos aminoácidos para que los riñones no reciban posteriormente tanta radiación. La terapia es reabsorbida por el riñón después de su metabolización y se queda fijada en este órgano. Al dar los aminoácidos, se evita esta reabsorción. El riñón elimina la sustancia radiactiva, y ya no la reabsorbe.

P. ¿Cómo se puede tener acceso a esta terapia en España?

R. La única forma es como uso compasivo.

P. ¿Qué datos se tienen sobre su eficacia?

R. El estudio Netter-1, el más importante realizado sobre la eficacia de esta terapia, hecho con pacientes con tumores neuroendocrinos de intestino delgado que ya habían recibido tratamiento, muestra que esta terapia logra una supervivencia libre de progresión mayor de 40 meses. Además, en el 79 por ciento de los pacientes se producía una reducción del riesgo de progresión. También hay estudios retrospectivos, basados en los 2.500 pacientes que han recibido el tratamiento hasta la fecha, que indican que se ha encontrado una respuesta objetiva del 45-55 por ciento y una supervivencia libre de progresión de 31-51 meses. En el consenso que ha elaborado el Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos se indica que los pacientes que más se beneficiarían son aquellos que no han respondido a la primera línea de tratamiento.