La terapia CAR-T brexucabtagén autoleucel (desarrollada por Gilead como Tecartus) obtiene una respuesta significativa y sostenida en pacientes con cánceres hematológicos difíciles de tratar y con pocas opciones terapéuticas, como es el caso del linfoma de células del manto (LCM) y la leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B). Así lo ha anunciado Kite, compañía de Gilead, tras presentar los resultados del seguimiento a más largo plazo de dos estudios pivotales de su terapia CAR-T.
Como confirma, Joaquín Martínez, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario 12 de Octubre, “se siguen confirmando los datos positivos en enfermos refractarios de ambas enfermedades. Además, su seguimiento a largo plazo no se ha asociado enfermedades significativas”.

El experto se refiere al seguimiento a tres años de ZUMA-2, el estudio global multicéntrico de fase 2 que evalúa la eficacia de este tratamiento en pacientes con LCM en recaída/refractario, y el ensayo ZUMA-3, el estudio de fase 1/2 global, multicéntrico, de un solo grupo, abierto, que evalúa Tecartus en pacientes adultos con LLA-B.
En el ensayo ZUMA-2, la tasa de respuesta general fue del 91%, y el 68% de los pacientes tratados lograron una respuesta completa. La mediana de respuesta fue de 28,2 meses, con un 37% de los pacientes tratados en respuesta en curso al corte de los datos. La mediana de supervivencia global (SG) entre los pacientes tratados fue de 46,6 meses. Entre los pacientes que lograron una RC, aún no se alcanzó la mediana de SG.
Como apunta Martínez, hasta ahora no existía un estándar de tratamiento claro. Con todos los tratamientos, explica, los resultados eran muy pobres. De este modo, existe una necesidad de contar con terapias que ofrezcan una respuesta a largo plazo.
En cuanto a los datos de ZUMA-3, con dos años de seguimiento en una población de pacientes pretratados, se ha observado una alta tasa de respuesta duradera, con la mayoría de las respuestas asociadas con una enfermedad residual mínima indetectable después del tratamiento.
Con respecto a la seguridad, Martínez apunta que no se ha observado ninguna nueva señal de seguridad en este período de seguimiento prolongado. Como recuerda el experto, Tecartus está actualmente aprobado por la EMA para el tratamiento del LCM y de LLA-B y pendiente de financiación en España.
Yescarta corrobora con datos de vida real
Asimismo, la compañía también ha mostrado resultados de axicabtagén ciloleucel (Yescarta) en dos análisis de subgrupos del ensayo ZUMA-7 como tratamiento para pacientes de 65 años o más con linfoma B de células grandes (LBCG) en recaída o refractario. Estos resultados incluyen, además, un análisis de los resultados clínicos y notificados por los pacientes (PRO), en pacientes de 65 años o más, así como un análisis que estudia la asociación de las características tumorales previas al tratamiento (carga tumoral y niveles de LDH) con los resultados clínicos.
“Estos datos han confirmando los datos en segunda línea de eficacia y seguridad frente a la rama control en primera recaída”, apunta Martínez. En vida real, acota el experto, se confirman los resultados de los ensayos clínicos.