C. S. Madrid | viernes, 11 de noviembre de 2016 h |

Fuera del ámbito sanitario, la anestesiología no es precisamente una de las especialidades más conocidas. Sin embargo, la situación de ésta en España no tiene nada que envidiar a la de otros países europeos como Alemania o Francia. Así lo asegura a GM el presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (Sedar), Julián Álvarez Escudero.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales objetivos que tiene al frente de la Presidencia de la Sedar?

Respuesta. Aparte del trabajo de día a día en cualquier sociedad científica, la Sedar y su junta directiva tienen varios objetivos muy específicos que pueden resumirse en una nueva reedición del Libro Blanco, lograr una especialidad de al menos cinco años y muy posiblemente de más. En este momento, estamos trabajando intensamente con la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) en el tema de las sedaciones profundas que es un tema preocupante. Me gustaría agradecer personal y corporativamente el apoyo de la Organización Médica Colegial (OMC) en este tema. Un último objetivo sería sin duda dar a conocer nuestro trabajo a la sociedad, pero es evidente que para ello precisamos del apoyo de los medios de comunicación.

P. ¿Cómo está la especialidad de Anestesiología y Reanimación en España?, ¿tiene algo que envidiar a la de otros países de nuestro entorno?

R. El sistema MIR, aunque ahora se pretenda reformar, ha demostrado ser un excelente instrumento para formar especialistas. La especialidad, con algunos problemas, está al mismo nivel que en países como Francia, Alemania, Italia, etc.

P. Hace varios años que no se actualiza el Libro Blanco de la especialidad, ¿cuándo cree que se podrá dar un paso más en este aspecto y qué incluirá el nuevo documento?

R. Espero que en menos de un año tengamos un borrador. No obstante, hay que tener en cuenta que en estos años todo ha cambiado de una forma increíble. Cuando se realizó la última edición, no existía internet. Creo que con eso digo bastante.

P. Además, la Sedar engloba la terapéutica del dolor. ¿Cuentan los especialistas con suficientes opciones para tratar el dolor nociceptivo y el neuropático?, ¿tienen alguna reivindicación al respecto?

R. El tratamiento del dolor, es un gran desconocido para muchos pacientes, lo que de alguna forma es una constante en la especialidad. Ningún médico va a sentirse satisfecho mientras tenga un enfermo que no esté respondiendo de forma adecuada al tratamiento previsto. Sin embargo, hay posibilidades terapéuticas muy importantes, me refiero a las técnicas de neuroestimulación y similares. Aun así, tenemos dos preocupaciones, una es la escasa atención que se presta al dolor agudo en la mayoría de las instituciones y la segunda es que al no existir un mecanismo de control de los enfermos en lista de espera en las Unidades del Dolor, no existen mecanismos para que para que se pueda limitar el tiempo de espera. También nos preocupa el retraso en la derivación de pacientes con dolor crónico complejo a Unidades del Dolor. Y en algunos tipos de dolor, como el neuropático, ese retraso podría empeorar su pronóstico.

P. Haciendo un repaso de los avances más significativos en el tratamiento del dolor, ¿cuáles destacaría?

R. Raramente en medicina hay un avance fundamental en un momento dado. Lo habitual es que ese avance sea algo continuo y eso pasa en el tratamiento del dolor. El tratamiento farmacológico del dolor agudo y crónico es bien conocido. Eso sí, a veces nos olvidamos del dolor agudo, cuyo control es sumamente eficaz con las técnicas de bloqueo nervioso guiadas por ecografía, siempre que sea posible, evidentemente. En el dolor crónico no oncológico me gustaría destacar el uso de radiofrecuencia y la neuroestimulación. Con los diversos tipos de radiofrecuencia existe la posibilidad de denervar sensitivamente algunas regiones anatómicas por periodos prolongados de tiempo, lo que abre una vía muy interesante en pacientes con dolor, por ejemplo artrósico, en pacientes en los que la cirugía este contraindicada. El otro gran campo es el de la neuroestimulación, que está lleno de novedades y posibilidades terapéuticas.

P. ¿Cuándo el dolor se convierte en enfermedad?, ¿existen suficientes unidades de dolor en nuestro país?

R. En medicina los especialistas vamos a reivindicar siempre más recursos, creo que es inevitable. Es posible que en términos generales existan en algunas comunidades un déficit en el número de estas unidades, pero debemos tener en cuenta que prácticamente todos los Servicios de Anestesia cuentan con Unidad del Dolor y frecuentemente son multidisciplinarias. Sin embargo, en una época de demanda creciente, el problema es si los recursos son suficientes en cada unidad para solucionar esa demanda. Por otra parte, el nivel asistencial de estas unidades es muy dispar. En cualquier caso, las unidades deben centrarse en el tratamiento del dolor complejo que otros especialistas no pueden abordar.

P. El pasado 10 de octubre la ONT y la Sedar firmaron un convenio de colaboración para la formación de anestesistas en donación y trasplante, ¿en qué consistirá este acuerdo?

R. Hay que tener en cuenta que aproximadamente la mitad de las camas de cuidados críticos de nuestro país están atendidas por anestesiólogos. Es decir, en el tema de trasplantes, no solo participamos en la cirugía de extracción de los órganos y en su implantación, sino que atendemos el postoperatorio inmediato de muchos de estos enfermos y en estas unidades se genera un número muy importante de donaciones. Este es un convenio de colaboración va a facilitar la formación. Mejorar nuestra formación por el bien de nuestros enfermos. Esperamos que el primer curso se realice en los próximos meses.

P. ¿Cómo se define la anestesia más adecuada para cada paciente?, ¿cuáles son los efectos adversos asociados a la misma?

R. La anestesia óptima no es fácil de definir, aunque podríamos decir que es aquella que maximiza los beneficios, entre los que está el efecto citoprotector de algunos anestésicos y minimiza los efectos secundarios y las complicaciones. Ningún anestesiólogo va a decir cuál es la mejor técnica anestésica, pero si se le da una historia clínica y un procedimiento quirúrgico a un anestesiólogo, sin duda le dirá cuál es la técnica anestésica óptima para ese enfermo. Aparte, la situación clínica del enfermo y el procedimiento quirúrgico definen la técnica anestésica óptima. En cuanto a los efectos adversos de la anestesia se deben englobar en un conjunto de efectos adversos anestésicos quirúrgicos. Las náuseas y vómitos postoperatorios, pueden deberse a un efecto secundario de algunos fármacos, a la sobrehidratación del procedimiento o al edema intestinal de la cirugía. Aparte, la disfunción cognitiva de los procesos anestésico-quirúrgicos es uno de los temas de actualidad científica.

P. ¿Cuánto se ha avanzado en su seguridad?

R. La seguridad de la anestesiología está en el ADN de la especialidad. Los clásicos definían que el principal objetivo del anestesiólogo era quitar el dolor y su máxima preocupación era mantener la respiración. En este momento, se está implementando la Declaración de Helsinki sobre Seguridad del paciente en anestesiología. Esta supone un hito en los esfuerzos por parte de la anestesiología para promover unos cuidados perioperatorios seguros. La Declaración es el resultado de un consenso alcanzado entre los representantes científicos y políticos de la anestesiología europea: la Junta Directiva de la Sociedad Europea de Anestesiología (ESA) y la European Board of Anaesthesiology (EBA). Su presentación en junio de 2010 en el congreso de la ESA en Helsinki fue seguida de la firma por parte de todas las Sociedades Europeas de Anestesiología, incluyendo a la Sedar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos (WFSA), entre otras.

P. ¿Qué significa para los expertos?, ¿cuál es el impacto en la especialidad?

R. Eso significa un plan global y organizado en la búsqueda de esta seguridad con acciones concretas a realizar en este campo, entre las que se incluye el denominado Check List. No obstante, estamos asistiendo a una situación absurda, tal vez alentada por una información incompleta de los medios de comunicación y de las redes sociales, en la que se tiende a ocultar o a hacer desaparecer las complicaciones y los efectos secundarios de la medicina. Hay muchas cosas en las que no tenemos certezas y que se siguen investigando, como el efecto de las anestesias en el desarrollo y maduración cerebral de los niños de escasa edad.

P. La anestesia ha hecho posible el progreso de la cirugía”. ¿Qué otros hitos se pueden destacar?

R. La base de la cirugía, además de la propia técnica quirúrgica y sus indicaciones, es la asepsia y la anestesia. Aunque cada día hay más procedimientos anestésicos fuera de los quirófanos, es evidente que anestesia y cirugía son un matrimonio que no se puede separar jamás. Habitualmente, no se habla de ella, pero la cirugía ambulatoria, se puede hacer gracias a la realización de técnicas quirúrgicas menos invasivas y al empleo de técnicas anestésicas que posibiliten que en muy pocas horas el paciente deambule con seguridad, y pueda irse a su casa sin dolor y sin náuseas y vómitos. Eso sería impensable en la anestesia y cirugía de hace 40 años. Hay un tema que le preocupa a todos los anestesiólogos; el del control de la vía aérea difícil. Ese es un mundo apasionante lleno de novedades en los últimos 15 años, la mejora en ese campo se basa en dos aspectos la formación y dedicación de los profesionales, la investigación y el diseño de nuevos dispositivos. Nuestro hito más importante sigue siendo el de administrar la técnica anestésica más segura a los pacientes cada vez de mayor edad y con más patología asociada y con cirugía programadas más agresivas.

P. En cuanto a la reanimación, ¿existe suficiente formación por parte de los especialistas?, ¿en dónde se debería insistir más?

R. ¿Existe suficiente formación en la anestesiología cardiovascular? ¿Y en la anestesia obstétrica? ¿Y en la anestesia pediátrica? ¿Y en el tratamiento del dolor? En los últimos 20 años, esta especialidad ha cambiado radicalmente, y el Ministerio ha mostrado una cierta desidia al no modificar la duración de la Residencia, que se ha quedado claramente insuficiente. La reanimación, los cuidados intensivos del paciente quirúrgicos del paciente quirúrgico, son una parte de nuestra especialidad, a la que le dedicamos un enorme esfuerzo y dedicación. En España, hay una especialidad de Cuidados Intensivos, hay pediatras dedicados a los cuidados intensivos pediátricos y neonatales y en muchos hospitales existen cuidados coronarios llevados por cardiólogos, es decir hay varias especialidades dedicadas al cuidado del enfermo crítico y este mapa asistencial se va a modificar porque la medicina es muy dinámica. Nuestra especialidad se ha quedado muy corta, lo mismo que muchas especialidades, pero todas esas especialidades con un tiempo de formación muy corto, hemos tenido el sentido común de seguir formándonos continuamente.

P. ¿Qué pasos deberían darse al respecto?

R. Bueno sería que el Ministerio y sus responsables mostraran sensibilidad en estos temas. Los médicos por nuestra parte deberíamos hablar más, aprovechar las sinergias aprender juntos e intentar desarrollar una medicina cada vez más multidisciplinaria y más basada en las necesidades del enfermo y no en los modelos arcaicos y burocratizados que con cierta frecuencia dominan nuestras instituciones sanitarias. Desde la Sedar, estamos dispuestos a dialogar con todas las especialidades y por supuesto con las autoridades estatales y autonómicas para lograr ese objetivo, que es el de todo médico, atender cada vez mejor a nuestros enfermos y ayudar a que esta atención sanitaria sea sostenible desde el punto de vista económico. Creemos que en todos estos puntos podemos hacer valiosas aportaciones y por supuesto recibir valiosas aportaciones de otras especialidades.

LAS FRASES

Espero que en menos de un año tengamos un borrador del Libro Blanco de la Anestesiología”

Raramente, en medicina, se produce un avance fundamental en un momento dado”