Los retrasos y la cancelación de los tratamientos contra el cáncer y otras medidas de seguridad adoptadas para minimizar el riesgo de exposición al coronavirus (COVID-19) han generado un gran retraso en la atención e investigación oncológicas. La amenaza de diagnósticos tardíos acecha, mientras los profesionales dedicados a la Oncología Médica en Europa se enfrentan al agotamiento, según nuevos estudios presentados en el Congreso Virtual ESMO 2020, que celebra la Sociedad Europea de Oncología Médica del 19 al 21 de septiembre.

Pero, ¿es la COVID-19 la única culpable? “Si el riesgo de estadísticas oscuras es real o no, solo se hará evidente en el futuro cuando dispongamos de resultados más sólidos de estudios y registros del mundo real”, señaló Stefan Zimmermann, portavoz oficial de ESMO y especialista en el Centro Médico Universitario Vaudois (Suiza), en la conferencia de prensa inaugural del congreso.

“Por ahora, es legítimo preguntarnos si hay otros factores más allá de la COVID-19 que actualmente ejercen presión sobre la Oncología, ya que la pandemia también ha revelado algunas debilidades en la financiación y organización de la atención oncológica”, agregó

Antes de la pandemia, el Sistema Europeo de Información sobre el Cáncer (1), ECIS por sus siglas en inglés, estimaba que la carga de cáncer en Europa alcanzaba los 2,7 millones de nuevos casos y 1,3 millones de muertes en 2020. Sin embargo, el brote de la COVID-19 ha ejercido presiones sin precedentes sobre los sistemas sanitarios de todo el mundo.

Un estudio (2) que se presentará en este Congreso Virtual ESMO 2020 destaca hasta qué punto la COVID-19 ha supuesto un desafío para la organización y prestación de cuidados a los pacientes con cáncer. Las respuestas se obtuvieron de centros de Oncología médica de 18 países. En general, el 60,9% informó de que la actividad clínica se redujo en el pico de la pandemia, mientras que casi dos tercios (64,2%) citaron el tratamiento insuficiente como una preocupación importante y otro 37% auguró reducciones significativas en los ensayos clínicos este año.

El autor del estudio, Guy Jerusalem, especialista del Centro Hospitalario Universitario Sart Tilman (Bélgica), dijo: “la COVID-19 ha tenido un gran impacto en la organización de la atención a los pacientes, en el bienestar de los cuidadores y en las actividades de los ensayos clínicos. Existe el riesgo de que se retrase el diagnóstico de nuevos casos de cáncer y de que se diagnostique a más pacientes en etapas más avanzadas de la enfermedad”.

Cirugías canceladas

Los datos también revelaron que los tratamientos oncológicos con mayor probabilidad de ser cancelados o retrasados​​fueron la cirugía (en el 44,1% de los centros), la quimioterapia (25,7%) y la radioterapia (13,7%), mientras que se observó una duración más reducida de los cuidados paliativos en el 32,1%. de centros encuestados.

El impacto de la COVID-19 en la atención a pacientes con cáncer en todo el mundo también se destaca en otro estudio de este congreso ESMO 2020 (3) que recopiló datos de 356 centros oncológicos en 54 países durante el mes de abril de 2020. La gran mayoría (88%) afrontó desafíos para atender a sus pacientes durante la pandemia, con 54% y 45%, comunicando casos de coronavirus entre sus pacientes y personal, respectivamente. Y mientras que la mitad (55%) redujo los servicios de forma preventiva para evitar contagios, otros se vieron obligados a hacerlo después de verse abrumados por la situación (20%) o por la escasez de equipos de protección personal (19%), personal (18%) y medicamentos (9,8%).