Recientes investigaciones están demostrando el impacto positivo que tiene mantener unos niveles del depósito de hierro en los pacientes con insuficiencia cardiaca, lo que ha provocado que se esté despertando interés en las distintas especialidades implicadas en el abordaje de la insuficiencia cardiaca. José Manuel García Pinilla, Coordinador de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, confirma que “en los últimos años se ha demostrado que el déficit de hierro en insuficiencia cardiaca se asocia a un empeoramiento de la calidad de vida y de la capacidad funcional del paciente, una mayor sintomatología, una mayor frecuencia de ingresos hospitalarios e incluso una menor esperanza de vida”.
En España, se estima que más de 1,7 millones de personas mayores de 45 años sufren insuficiencia cardiaca, de las que la mitad padece también déficit de hierro.
Domingo Marzal, jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario de Mérida, hace hincapié en que “dentro de los aspectos a los que hay que prestar especial atención en relación con la insuficiencia cardiaca, están las enfermedades y afecciones intercurrentes”, y entre ellas destaca la ferropenia o déficit de hierro, “dado el papel crucial del hierro en la generación de energía, vital para el correcto funcionamiento de los distintos órganos del cuerpo humano”.
Al respecto, Almudena Castro, Jefa de Sección de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital de la Paz, explica que el hierro es esencial para que las células puedan
generar la energía necesaria para el desarrollo de todas las actividades del organismo, fundamentalmente a nivel muscular. Por este motivo, el déficit de hierro se traduce en un peor
funcionamiento de los músculos, también del músculo cardiaco, provocando con frecuencia fatiga, cansancio y una disminución de la capacidad física.
En el plano terapéutico, el Marzal destaca que “actualmente, se ha comprobado que la administración de tratamiento con hierro intravenoso logra corregir los niveles de hierro, mejorar la capacidad de ejercicio y la capacidad funcional, reducir hospitalizaciones y mejorar la situación clínica de los pacientes”, “frente a la ferroterapia oral, que por ahora no ha demostrado impacto beneficioso, sobre los pacientes”, apostilla el García Pinilla.
“Es importante —concluye el Marza— concienciar, por un lado, a los médicos de la importancia de identificar y tratar el déficit de hierro, cuando corresponda, y por otro, a los pacientes para que conozcan las causas, síntomas y, sobre todo, las consecuencias, del déficit de hierro”.
Con este fin de concienciación social, en paralelo a la celebración de la reunión de expertos, la Fundación Española del Corazón, FEC, con colaboración de Vifor Pharma quiso trasladar también la información y la concienciación a la población general, a través de las jornadas de Pacientes Expertos, que se celebraron el pasado 2 de junio en Valladolid.
Déficit de hierro versus anemia
José Manuel García Pinilla considera necesario advertir de la diferencia entre déficit de hierro o ferropenia y anemia, porque asegura que se siguen asociando ambos conceptos a un mismo significado, cuando en la mayor parte de las ocasiones no están relacionados.
El explica que se trata de dos comorbilidades de la insuficiencia cardiaca distintas, con dos naturalezas también diferentes. El déficit de hierro indica reservas bajas de hierro o incapacidad para suministrarlo a los tejidos, mientras que la anemia implica también una disminución de los niveles de hemoglobina. “Obviamente —aclara García Pinilla— la ferropenia mantenida durante mucho tiempo da lugar a anemia, pero hay que tener en cuenta que no todas las anemias son ferropénicas, y el déficit de hierro, generalmente antecede a la anemia”.
El déficit de hierro sin anemia se produce cuando las reservas de hierro en el cuerpo se reducen (en el caso de los pacientes con insuficiencia cardíaca se define como ferritina sérica <100 ng/ml o entre 100 y 300ng/mL si el índice de saturación de transferrina (IST) es < 20 por ciento), pero los niveles de hemoglobina se mantienen por encima del valor normal para la anemia (Hb> 12 g/dl). Con el tiempo, el déficit de hierro puede conducir a la anemia, ya que se agotan las reservas de hierro, y los niveles de hemoglobina pueden caer por debajo de los valores normales (Hb <12 g/dL).