Los sarcomas son una de las últimas barreras a franquear para que la inmunoterapia pueda hacer alguna conquista en este ámbito. Con esta contundente aseveración arrancaba Javier Martín Broto, especialista en la Unidad de Sarcomas de la Fundación Jiménez Díaz, su intervención en el encuentro.
Estos tumores presentan algunas especificidades que son las que hacen que la inmunoterapia, por el momento, no haya mostrado la misma eficacia que en otras especialidades.
Martín Broto explicaba que se está observando la utilidad de otros patrones más allá del PD-1 y PD-L1, como pueden ser el B7H3, el LAG3, el TIM3 o el CD70; en concreto, hablando terapias dirigidas al B7H3, indicaba que en la actualidad se está desarrollando un ensayo que se espera que pueda tener un alto impacto en sarcomas. Además, la expresión de los linfocitos B CD20 positivo, en palabras de Martín Broto, es uno de los que ha mostrado mayor utilidad a nivel predictivo en sarcoma de partes blandas, al menos, en aquellos subtipos más frecuentes.
A rasgos generales, indicaba que se están probando nuevas estrategias. Entre ellas, acercar las terapias cellares a primeras fases en las que hay menos carga tumoral, las combinaciones con quimioterapia para explorar si estas inducen a la muerte inmunogénica o si los CAR-T pueden contribuir a mejorar el pronóstico de la enfermedad. Martín Broto también instaba a estudiar a fondo el microambiente tumoral por subtipos histológicos, para determinar el potencial que puede reportar la actuación sobre el mismo.