Avanzar en la estandarización de las pruebas de biopsia líquida para que los estudios se puedan traducir a la práctica clínica es una cuestión crucial. A medida que aumenta la complejidad de este conjunto de técnicas son necesarios más controles de calidad. Tanto es así que el gran interés por la herramienta ha llevado a unir esfuerzos a nivel internacional en torno a los procedimientos. Sin embargo, durante el IX Simposio de Biopsia Líquida las expertas identificaron que la falta de una mejor estandarización dificulta la implementación de las pruebas de biopsia líquida en la práctica clínica.
En Europa ya existen guías y estándares que se basan en ciertos resultados en biopsia líquida. En este sentido, la Sociedad Europea de Biopsia Líquida (ELBS, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo garantizar que estas pruebas se conviertan pronto en parte de la rutina clínica para beneficiar a los pacientes con cáncer. Su misión es promover una investigación exhaustiva sobre la biopsia líquida que conduzca a estudios robustos que sean validados posteriormente en ensayos clínicos que aporten pruebas de su utilidad clínica. No obstante, Evi Lianidou, profesora de Química Analítica y Química Clínica en el Departamento de Química de la Universidad de Atenas, consideró que aún eran necesarios más estándares.
Fuera del territorio europeo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) también dispone de unas guías para la industria y para las compañías que quieren desarrollar pruebas de biopsia líquida. A pesar del creciente número de pruebas que respaldan la utilidad clínica de las biopsias líquidas en el contexto de la inmunoterapia, aún quedan varias cuestiones abiertas.
“Se necesitan más datos para solidificar los perfiles de ADN de tumor circulante (ctADN, por sus siglas en inglés), ya que hay muchos aspectos que se deben tener en cuenta. En cuanto a las principales variables preanalíticas, existen dos categorías: dentro del laboratorio y fuera”, explicó Lianidou. Por otra parte, también matizó que el transporte, es decir, el tiempo que trascurre entre la toma de la muestra y el tiempo que tarda en llegar al laboratorio, resulta crucial.
La especialista mencionó que el ctDNA está muy avanzado en comparación con las pruebas de células tumorales circulantes (CTC). “Existen muchas tecnologías diferentes para aislarlas, pero las CTC son más frágiles y difíciles de transportar que el plasma para el análisis de ctDNA”, expuso Lianidou. Por otro lado, también existen los sistemas EQA, que comparan los resultados entre distintos laboratorios. “Están muy bien establecidos en patología en todo el mundo, pero en biopsia líquida están aún por empezar”, reiteró.
Después de la EQA, la acreditación es fundamental. En este sentido, los laboratorios tienen que elaborar un sistema que evalúe la calidad. “Las pruebas desarrolladas por laboratorios no van a conseguir su aprobación para llegar a los pacientes si no se realizan en torno a la ISO15189, que controla estrictamente todas las variables analíticas”, especificó Lianidou.
Nueva normativa
Actualmente existen dos tipos de productos en el mercado. Por un lado, los que se acogen a la directiva 98/79/CE, que ya no se encuentra en vigor, aunque el producto continúa estando disponible. Por otro lado, los que figuran dentro del reglamento UE 2017/746, cuyo objetivo es tener productos de calidad que sean seguros e innovadores. Una de las principales diferencias entre ambas normativas es que la primera contaba con una lista positiva de test de alto riesgo, mientras que en la actual las pruebas de diagnósticos in vitro (IVD, por sus siglas en inglés) se clasifican tomando en consideración el uso previsto y el riesgo. “Las pruebas IVD previstas para biopsia líquida se clasificarían dentro de la ‘clase C’, mientras que en la directiva anterior se encontrarían en la categoría de ‘Otros’”, explicó Raquel García Navarro, jefa de Servicio del Área de Control de Mercado de productos para diagnóstico in vitro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
“El siguiente paso una vez que está listo el producto sería comprobar si cumple con los requisitos de seguridad y rendimiento. Después, se haría una valoración de rendimiento para demostrar que este resulta útil para una determinada patología”, expuso García Navarro. En lo que se refiere a las pruebas internas que se realizan en el ámbito hospitalario, se aplicaría el artículo 5.5 del nuevo reglamento, que deberían implementar todos los Estados miembro de manera igualitaria. Este se refiere a dispositivos internos fabricados en la misma institución sanitaria europea, por lo que no estaría permitido que se fabricasen externamente.
Por último, García Navarro mencionó que existe una guía para dispositivos internos que tiene el objetivo de armonizar la implementación de este artículo en todos los Estados miembro. No obstante, a pesar de ello, afirmó que la estandarización en biopsia líquida “es un viaje complicado y complejo”. “Espero que los reguladores, la industria y las instituciones sanitarias vayan en la misma dirección para obtener un producto de la más alta calidad”, concluyó.