Cada año se detectan en España 29.000 nuevos casos de cáncer de pulmón2, siendo la primera causa de muerte por cáncer en nuestro país, con más de 22.000 muertes al año2. Además, se estima que para el año 2040 ya serán 39.500 nuevos casos diagnosticados al año3, de los cuales un 25 por ciento se diagnosticarán en mujeres3.

En el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer de Pulmón, dos expertos recuerdan a GACETA MÉDICA que el dolor es uno de los síntomas que deben tener en cuenta los profesionales sanitarios en el abordaje de este tumor.

“Partimos de la base de que este tipo de cáncer es uno de los tumores con mayor incidencia y mortalidad a nivel mundial, por lo que podemos concluir que el cáncer de pulmón se asocia frecuentemente a sintomatología dolorosa”, explica Rosario García Campelo, jefa del Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Algunos estudios apuntan a que entorno al 30-40 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón tienen dolor, y esta incidencia de sintomatología está claramente relacionada con el avance de la enfermedad, subraya la especialista.

En este sentido, Enric Carcereny i Costa, oncólogo del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Badalona, pone de manifiesto que los profesionales sanitarios no sólo deben ocuparse de tratar el cáncer y de conocer cada vez más su biología y sus mecanismos de aparición de resistencia, sino que también deben pensar en el paciente en su conjunto, teniendo en cuenta todo lo que se produce alrededor la enfermedad.

Dolor irruptivo oncológico

El dolor irruptivo oncológico (DIO) se define por ser un dolor de rápida instauración, de corta duración, en quince minutos llega a un pico y puede durar alrededor de una hora, suele ser muy intenso y bastante invalidante para el paciente4.

La principal causa de dolor irruptivo oncológico en los pacientes con este tipo de cáncer la produce el tumor, enfatiza García Campelo, por su localización, por su extensión, invasión ósea, invasión vascular… “Esto supondría una amplia mayoría de las situaciones, en torno al 70 por ciento de los casos”, apunta la oncóloga. Sin embargo, hace hincapié en que no hay que olvidarse de que el tratamiento que se ofrece a los pacientes puede ser una causa de este dolor asociado.

Ambos especialistas destacan que ha habido un cambio sustancial con las cirugías mínimamente invasivas, donde el paciente se recupera mejor, antes y con mucho menos dolor. “Hemos mejorado en muchos aspectos, pero todavía sigue siendo un tumor que nos está provocando muchos problemas en el día a día con respecto al manejo de dolor”, puntualiza la oncóloga del CHUAC.

Por su parte, Carcereny no se olvida del dolor irruptivo provocado por tratamientos como la radioterapia o los nuevos tratamientos de medicina de precisión donde los fármacos no están exentos de efectos adversos.

El diagnóstico

La jefa de oncología del CHUAC hace autocrítica a la hora de identificarlo ya que a veces “por la gran actividad de las consultas y al estar centrados en los tratamientos, no nos paramos tanto en ello”. Sin embargo, subraya que la evaluación del DIO debe ser prioritaria y minuciosa en la consulta de oncología. “Es importante conocer la localización, la irradiación, el tiempo de evolución, como es el impacto en la sensibilidad, en el estado emocional y en el descanso nocturno.” Y es que cuanto más minuciosos puedan ser en ese análisis, mejor podrán ofrecer un tratamiento más personalizado.

Con respecto a esto, el trabajo multidisciplinar y en equipo es fundamental para ayudar al paciente. Según Enric Carcereny “trabajar de la mano con la unidad del dolor y cuidados paliativos desde el principio nos ayuda a ofrecer el mejor tratamiento y soporte a nuestros pacientes con síntomas dolorosos complejos”.

Abordaje

Las claves para el abordaje de este dolor irruptivo según el oncólogo empiezan por dar espacio y tiempo al paciente en consulta para poder expresar todos sus síntomas. Además, señala que es fundamental el uso de fármacos adecuados para tratar este dolor. “No podemos usar fármacos donde su pico de acción tarde mucho tiempo o fármacos que permanezcan mucho en el organismo porque no estaremos tratando bien el dolor oncológico.”

Para García Campelo el principal mensaje es la personalización. “Hablamos siempre de medicina de precisión en cáncer de pulmón, pues lo mismo con el manejo del DIO: estrategias personalizadas, conocer bien la situación clínica del paciente, tener en cuenta las dosis fijas que estamos utilizando y cuál es la mejor vía de administración.”

Además, destaca que es importante la monitorización, introducir un fármaco de acción rápida, que se elimine pronto para evitar efectos secundarios desagradables y hacer un seguimiento y una primera reevaluación precoz.

Los especialistas coinciden en que el dolor es un pésimo compañero de viaje en cualquier situación vital, y en concreto en un proceso oncológico el dolor irruptivo es “terrible”. “Genera una sensación de insatisfacción terapéutica global, de que las cosas no van bien, genera ansiedad, tristeza, limitación en el día a día y sobre todo esa sensación de que a lo mejor el tratamiento que está recibiendo no está funcionando”, señala la jefa de oncología del CHUAC. Y plantea que hay que ponerse al otro lado de la mesa. “¿Queremos vivir con dolor? Nadie quiere vivir con dolor.”

Concienciación entre los profesionales sanitarios

Una de las grandes asignaturas pendientes es la concienciación entre los profesionales sanitarios sobre el dolor irruptivo oncológico en cáncer de pulmón. Así coinciden ambos oncólogos, y es que la oncología evoluciona tan rápido que a veces dedican “todo su tiempo a los nuevos fármacos y opciones terapéuticas”.

Carcereny apunta que “con todos esos avances en cuanto al diagnóstico y al tratamiento hemos perdido un poco esta formación que teníamos en cuanto a los síntomas.”. Y que los profesionales de unidad del dolor y paliativos tratarán mejor ese dolor irruptivo, pero los oncólogos tienen que ser capaces de detectarlo y poner el primer tratamiento”.

Rosario García Campelo concluye “a pesar de los grandes avances en cáncer de pulmón, el dolor irruptivo oncológico sigue siendo una asignatura pendiente”. Hoy tenemos armas para tratar las dolencias mucho mejor que hace veinte años y hay que aprovecharlas.”

Referencias

  1. Mercadante S et al. Breakthrough Pain in Patients with Lung Cancer. A Secondary Analysis of IOPS MS Study. J Clin Med. 2020;9(5):1337.
  2. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Las cifras del cáncer en España 2021. Disponible en: https://seom.org/images/Cifras_del_cancer_en_Espnaha_2021.pdf.
  3. Global Cancer Observatory (GLOBOCAN) 2020. Disponible en https://gco.iarc.fr/.
  4. Camps Herrero C et al. Clin Transl Oncol. 2020;22(8):1216-1226.