José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 02 de junio de 2017 h |

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) afecta, lógicamente, a los pulmones, pero sus implicaciones van mucho más allá de este órgano, como han puesto de manifiesto los expertos reunidos durante el “Respiration Day”, organizado por la Universidad de Parma y la Fundación Chiesi. Leonardo Fabbri, de las universidades de Ferrara (Italia) y de Gotemburgo (Suecia), comentó que “muchos de los pacientes con EPOC presentan otras patologías, que acabarán agravando la EPOC”. La lista de comorbilidades incluye cardiopatías, reflujo gastroesofágico, hipertensión, osteoporosis, diabetes mellitus, insuficiencia renal, ansiedad o depresión. Por eso, enfatizó Fabri, el especialista en EPOC debe actuar “como un internista”, ya que el deterioro clínico puede deberse en realidad a otras enfermedades asociadas. Por su parte, y aunque la espirometría es una prueba básica, “la EPOC es más que una pérdida de FEV1”, enfatizó Jørgen Vestbo, de la Universidad de Manchester. Y añadió que “hay pacientes con una función pulmonar correcta pero con mala calidad de vida”.

Otro de los temas destacados fue el “rol crucial de la disfunción de las pequeñas vías aéreas en la enfermedad”, señaló Alfredo Chetta, profesor de Medicina Respiratoria de la Universidad de Parma. Y añadió que los fármacos de partículas extrafinas, “penetran más en los pulmones y pueden llegar a las pequeñas vías aéreas”. En este contexto, la EMA emitió una opinión positiva para la triple terapia fija extrafina de Chiesi, la primera que combina un corticosteroide inhalado antiinflamatorio, un agonista beta2 de acción prolongada broncodilatador, y un antagonista muscarínico de acción prolongada broncodilatador.