Casi un 80 por ciento de los pacientes COVID-19 recibieron antibióticos, según constata una investigación de cohorte retrospectiva basada en datos del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). En relación a este respecto, los autores de la misma han indicado no obstante que, según la literatura científica, las coinfecciones bacterianas representan solamente entre un 8,5 y 12 por ciento de casos. El estudio, que ha certificado que el tratamiento con este tipo de fármacos ha sido generalizado, ha analizado su uso en pacientes españoles hospitalizados como consecuencia del SARS-CoV-2.
Los resultados acaban de ser publicados en un artículo que firman 25 médicos internistas españoles en PLOS ONE, examinando los factores de riesgo de prescripción inadecuada de antibióticos en estos pacientes y describiendo las posibles complicaciones derivadas de su mal uso.
En sus conclusiones, los investigadores han determinado la esencialidad de “integrar los programas de optimización del uso de antibióticos en pacientes con SARS-CoV-2”, así como lo crucial de “definir criterios de uso para identificar a los pacientes COVID-19 que requieren de prescripción antibiótica”.
De los cerca de 14.000 pacientes analizados, un 22 por ciento no recibió antibióticos; por su parte, otro 44 por ciento recibió una prescripción adecuada de antibióticos, mientras que hasta un 34 por ciento recibió antibioterapia de forma inadecuada. Para este estudio en particular, los pacientes que recibieron antibióticos se dividieron en dos grupos según la prescripción adecuada o inapropiada, dependiendo de si el paciente cumplía con algún criterio de uso o no.
Prescripción según tipo de antibióticos
Se utilizaron antibióticos sistémicos distintos de los macrólidos en 10.885 pacientes. Los antibióticos prescritos con mayor frecuencia fueron los betalactámicos (72,2%), las quinolonas (13,4%), linezolid (2,2%), glicopéptidos (1,6%), cotrimoxazol (0,6%) y tetraciclinas (0,6%). El resto de los antibióticos representaron menos del 0,3%.
Del total de pacientes, el 52,4 por ciento (7.294) cumplía al menos un criterio para el uso de antibióticos. Los criterios más comunes fueron infiltrado alveolar unilateral (17,5%), tos con expectoración purulenta (15,5%), PCR negativa de SARS-CoV-2 (11,9%), coinfección y/o superinfección bacteriana respiratoria (10,9%) o sepsis (6,2%), entre otros.
Por otro lado, de un total de 1.078 pacientes críticos que ingresaron en unidades de UCI, no recibieron prescripción de antibióticos 29 pacientes (2,7%), mientras que se prescribieron adecuadamente en 833 pacientes (77,3%) y de forma inadecuada en 216 pacientes (20,0%).
Asimismo, la aparición de complicaciones potencialmente resultantes de la prescripción farmacológica fue más frecuente en pacientes con antibióticos (19,6% vs 10,5%). La presencia de complicaciones fue similar en pacientes con prescripciones adecuadas e inapropiadas de antibióticos. Aunque, en relación a ello, cabe resaltar como conclusión relevante que los pacientes con antibioterapia inadecuada también están expuestos a las complicaciones, pese a no obtener beneficio alguno del tratamiento.
Tendencia a la baja
Entre los hallazgos relevantes, los investigadores también encontraron un cambio en el uso de antibióticos a medida que avanzaba la pandemia y la investigación científica. Si en la primera fase de la crisis sanitaria -entre febrero y marzo de 2020- se utilizaron antibióticos en el 79,5 por ciento de los casos, el porcentaje bajó al 71,3 por ciento en los ingresos posteriores (después de marzo), un hecho que supone una “diferencia estadísticamente significativa”.