
La inmunoterapia intratumoral es un campo en el que se lleva trabajando muchos años y ya se está aplicando en algunos tumores con resultados prometedores. «Consiste en liberar localmente agentes de diferente tipo de inmunoterapia para conseguir respuestas clínicas beneficiosas para el paciente», explica a GM Ignacio Melero, catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra y codirector del Servicio de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra, quien abordó este tema durante la ponencia ‘Estrategias avanzadas para la inmunoterapia en cáncer’ celebrada en el Congreso ESMO 2023.
En concreto, Melero realizó una revisión de todas las estrategias de tratamiento «que se basan en inyectar dentro de lesiones tumorales compuestos que son capaces de despertar o de intensificar la respuesta inmunitaria frente al cáncer«. Por tanto, la idea de la inmunoterapia intratumoral es «actuar localmente y pensar globalmente». «El cáncer es una enfermedad sistémica, pero las intervenciones locales, en combinación con tratamientos sistémicos, probablemente mejorarán la eficacia«, apunta el inmunólogo.
Además, durante la sesión, otros expertos también pusieron de manifiesto los avances en vacunas frente a antígenos tumorales o el uso de la terapia celular adoptiva, como las CAR-T y los cultivos de linfocitos infiltrantes de tumor.
Aplicación en la práctica
La inmunoterapia intratumoral ha tenido ya aplicación directa en la práctica, por ejemplo, «en el cáncer de vejiga de extensión superficial que no infiltra la mucosa», a través del uso de la vacuna de la tuberculosis por vía intravesical. «Se ha manejado durante muchos años y, aunque no previene la tuberculosis pulmonar, sí es útil para prevenir la meningitis tuberculosa y otras complicaciones de la meningitis», expone Melero. «Esta vacuna, este bacilo aplicado por vía intravesical, previene en gran medida las posteriores recidivas de este tipo de cáncer de vejiga», agrega.
«A partir de ahí ha habido muchos intentos de inyectar en los tumores con la esperanza de conseguir generar vacunas in situ y esperando que la lesión tumoral que tratamos directamente comparta la mayor parte de los antígenos relevantes con lesiones que pudieran estar anidadas en otras partes sobre las que ejercer efecto», expone el especialista. En este sentido, apunta que las pruebas de concepto con muchos de estos agentes en ratones son «extraordinariamente eficaces», sobre todo, en combinación con tratamientos sistémicos.
Por otro lado, también se han probado agentes intratumorales combinados con checkpoint inhibitors (inhibidor de puntos de control) en ensayos clínicos Fase III, pero «no han demostrado un efecto beneficioso aditivo significativo sobre los checkpoints inhibitors, lo cual ha generado bastante escepticismo por el campo en general».
Además, durante su intervención en ESMO, Melero también hizo hincapié en un agente español, BO-112, que dio «muy buenos resultados» en un ensayo Fase I en humanos en melanoma avanzado. «Evidencia que, alrededor de un 30 por ciento de los pacientes que no han respondido a checkpoints inhibitors, si ahora se le retrata con checkpoints inhibitors vía inyección intratumoral de este fármaco, se consigue respuesta«, explica
También de forma innovadora en tumores cerebrales se está utilizando por vía local, mediante catéteres que implantan los neurocirujanos, terapia con células CAR que se administra por vía intracraneal. «Esto se está utilizando, por ejemplo, en tumores cerebrales infantiles y en el tratamiento del glioblastoma multiforme con resultados prometedores», concluye.