En las últimas dos décadas, la incidencia del cáncer colorrectal en personas menores de 50 años ha experimentado un aumento significativo en muchos países. Especialistas en oncología han advertido sobre el aumento de la incidencia de este tumor, destacando que este tipo de cáncer se está convirtiendo en una de las principales causas de muerte por cáncer en adultos jóvenes, con la posibilidad de que sea la principal para 2030.
Un estudio publicado en Nature, con la colaboración del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), señala a la toxina bacteriana colibactina, producida por algunas cepas de Escherichia coli, como un posible factor responsable del aumento del cáncer colorrectal de aparición temprana.
La investigación revela que la exposición a esta toxina durante la infancia deja una huella genética en las células del colon, y muestra un incremento considerable de estas mutaciones en los casos de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años.
En el trabajo se ha analizado si los procesos mutacionales influyen en las diferencias geográficas y por edad, examinando 981 genomas de cáncer colorrectal procedentes de 11 países. Aunque no se encontraron diferencias significativas en los cánceres inestables con microsatélites, sí se observaron variaciones en la carga mutacional y las firmas genéticas en los 802 casos estables con microsatélites.
Colibactina producida por E.coli
Los investigadores identificaron múltiples firmas mutacionales, la mayoría de origen desconocido, que mostraron una prevalencia variable en países como Argentina, Brasil, Colombia, Rusia y Tailandia. Estas variaciones sugieren diferentes niveles de exposición geográfica a mutágenos.
«Estas firmas mutacionales son una especie de registro histórico en el genoma», afirmó Ludmil Alexandrov, de la Universidad de California en San Diego y autor principal de estudio. «Apuntan a que la exposición a la colibactina en etapas tempranas de la vida favorece el cáncer colorrectal de aparición precoz».
Las firmas SBS88 e ID18, asociadas al mutágeno colibactina producido por bacterias, mostraron una mayor carga mutacional en los países con tasas más altas de cáncer colorrectal. Además, estas firmas fueron más frecuentes en los cánceres colorrectales de aparición temprana, siendo 3,3 veces más comunes en personas diagnosticadas antes de los 40 años en comparación con aquellas mayores de 70, y aparecieron en las primeras etapas del desarrollo del cáncer.
La exposición a la colibactina también se vinculó estrechamente con mutaciones en el gen APC, y la firma ID18 fue responsable de aproximadamente el 25% de las indels en los controladores de APC en los casos positivos para colibactina. Este estudio destaca las variaciones geográficas y relacionadas con la edad en los procesos mutacionales del cáncer colorrectal, sugiriendo que la exposición temprana a bacterias productoras de colibactina podría ser un factor clave en el aumento de la incidencia de cáncer colorrectal de aparición temprana.
Antes de la pubertad
Las implicaciones de estos hallazgos son significativas. Si la tendencia continúa, el cáncer colorrectal podría convertirse en la principal causa de muerte por cáncer entre adultos jóvenes en 2030. Hasta ahora, se desconocían las razones de este aumento.
Muchos de los afectados no tienen antecedentes familiares ni presentan factores de riesgo habituales, como obesidad o hipertensión, lo que ha llevado a los investigadores a explorar otras posibles causas, como carcinógenos ambientales o infecciones microbianas.
«Cuando iniciamos este proyecto no pensábamos centrarnos en el cáncer colorrectal de aparición temprana”, señaló Marcos Díaz Gay, jefe del Grupo de Genómica Digital del CNIO. «Nuestro objetivo era examinar los patrones mundiales de cáncer colorrectal para entender por qué algunos países tienen tasas mucho más altas que otros. Pero a medida que profundizábamos en los datos, uno de los hallazgos más interesantes y llamativos fue la frecuencia con la que las mutaciones relacionadas con la colibactina se daban en los casos de aparición temprana», declaró el especialista.
Los resultados del estudio indican que los efectos perjudiciales de la colibactina comienzan a manifestarse muy temprano. Las mutaciones vinculadas a esta toxina bacteriana aparecen en las primeras fases del desarrollo tumoral, lo que concuerda con investigaciones previas que apuntan a que estas alteraciones genéticas pueden producirse durante los primeros diez años de vida.
«El hecho de que alguien adquiera una de estas mutaciones impulsoras a los 10 años», explica el investigador Ludmil Alexandrov, «podría significar que desarrolle cáncer colorrectal a los 40 en lugar de a los 60».
Alexandrov considera que los nuevos hallazgos respaldan con fuerza la hipótesis de que ciertas bacterias productoras de colibactina podrían estar colonizando de forma silenciosa el colon de niños y niñas, desencadenando alteraciones moleculares en su ADN mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad. Aun así, subraya la importancia de seguir investigando para establecer una relación causal definitiva.