Sandra Pulido Madrid | viernes, 04 de enero de 2019 h |

El Exchange Program in Parkinson´s Disease celebrado en el Hospital La Fe de Valencia dejó como mensaje importante el reconocer a los pacientes de párkinson en situación avanzada que necesiten terapias especiales.

Irene Martínez, coordinadora de la jornada y de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, ha resaltado también a GM “la importancia de tener un equipo multidisciplinar para el éxito de estas terapias y la formación que necesitan recibir los profesionales, sobre todo por parte de enfermería, sobre el uso de dispositivos para los pacientes y sus cuidadores”.

Durante la jornada, los expertos han expuesto habilidades y herramientas para la identificación de los síntomas y los diferentes estadios de la enfermedad y la adecuación del tratamiento según las características propias de cada paciente.

“El abordaje es inicialmente y fundamentalmente desde neurología y desde enfermería neurológica pero conforme avanza la enfermedad lo habitual es que se impliquen otros profesionales como rehabilitación, logopedia, psiquiatría y en el caso de necesitar terapias avanzadas, se implica también al servicio de neurocirugía, al servicio de traumatología…Varía en función del tipo de tratamiento que vaya a recibir el paciente”, explica la especialista.

Desafíos

La Unidad de Trastornos del Movimiento de La Fe atienda cada año a unas 3.500 consultas de las cuales 800 corresponden con pacientes de párkinson avanzado.

“Los desafíos a nivel más inmediato es que todos los pacientes que lo necesiten se puedan beneficiar de las nueva terapias”, continúa Martínez. “Es decir, que lleguen a los centros especializados “donde exista también una labor de formación hacía los neurólogos generales para que sean capaces de reconocer cuando la medicación convencional ya no es suficiente y el paciente tenga que ser derivado”, añade.

Asimismo, reclama “poder mejorar la atención de pacientes con enfermedad de párkinson avanzada y que haya una homogeneización de los cuidados”.

Por su parte, los retos que plantea la comunidad científica a largo plazo “son intentar encontrar tratamientos para síntomas que son difíciles de tratar como es la inestabilidad postural o los problemas de deterioro cognitivo”, afirma la especialista quien reconoce que siendo mas ambiciosos “encontrar un tratamiento que nos consiguiera parar la evolución de la enfermedad o incluso revertir parte de los síntomas”, puntualiza.

Actualmente la principal vía de investigación contra esta enfermedad es el desarrollo de una vacuna que intenta limpiar el cerebro de los depósitos anormales que generan la proteína alfasinucleina “y entendemos que si conseguimos frenar el deposito de sustancias anormales o incluso limpiarlas conseguiremos ralentizar la enfermedad o incluso revertir parte de los síntomas”, concluye.

La enfermedad de Parkinson afecta a más de 160.000 personas en España.