Investigadores del Scripps Research Institute de Florida (Estados Unidos) han identificado una molécula clave dentro del procesador de memoria emocional del cerebro, la amígdala. Sus experimentos sugieren que la supresión de esa molécula permite una recuperación más rápida del trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En su artículo, publicado en la revista ‘Molecular Psychiatry’, los científicos descubrieron que el TEPT eleva la cantidad de un microARN específico en un área del cerebro donde residen los recuerdos a largo plazo del miedo, el complejo basolateral de la amígdala. El microARN ‘mir-135b-5p’ estaba alterado tanto en ratones condicionados por el estrés como en veteranos militares que habían sido diagnosticados con TEPT después de su estancia en Afganistán.
En trabajos anteriores, estos mismos investigadores han desarrollado un potencial fármaco que interrumpe la memoria emocional a largo plazo del consumo de metanfetamina como estrategia para prevenir la recaída en la adicción a las drogas. Ese éxito la convenció de que también podría ser posible interrumpir los recuerdos emocionales a largo plazo específicos del TEPT para aumentar la resiliencia.
“Elegimos centrarnos en los microARN debido a su capacidad para valorar la expresión de muchas moléculas implicadas en la memoria, no sólo una, y nos centramos en los microARN expresados específicamente en condiciones de susceptibilidad al estrés para evitar borrar los recuerdos de la gente en general”, explica la principal autora de la investigación, Courtney Miller.
Su grupo trabajó primero con ratones condicionados por el estrés para identificar el microARN único para aquellos que aparecían permanentemente cambiados por su exposición al estrés. La investigación en ratones reveló que ‘mir-135b-5p’ es un diferenciador clave entre ratones estresados y resistentes. Después, expusieron a los ratones al estrés condicionante y luego silenciaron ‘mir-135b-5p’. Aquellos que no tenían el microARN demostraron una resistencia poco común.