El aumento de casos de hepatitis aguda de origen desconocido en niños continúa manteniendo en jaque a la comunidad científica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha elevado a 429 los casos, señalando que otros 40 están pendientes de confirmación. Seis pacientes han fallecido y 26 han necesitado un trasplante.
La mayoría de los casos se han registrado en Europa (con 163 en Reino Unido) en menores de entre un mes y 16 años. Ahora bien, más de las tres cuartas partes de los pacientes de Reino Unido tenían menos de 5 años, mientras que en EE. UU. presentaban una mediana de edad de 2 años, según el último informe publicado por Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
Un adenovirus, principal hipótesis
Una infección por adenovirus continúa siendo la principal hipótesis para determinar la causa de esta alerta sanitaria. De hecho, la investigación llevada a cabo por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) ha encontrado que 91 de 126 niños (72%) examinados para adenovirus han dado positivo. Asimismo, se ha identificado el adenovirus tipo 41f en las muestras de sangre de 18 niños con un análisis de subtipo.
Las investigaciones epidemiológicas llevadas a cabo por la UKHSA también han identificado un adenovirus en el 44% de las muestras de heces y en el 29% de las muestras respiratorias. Sin embargo, la secuenciación del genoma completo para este patógeno no ha tenido éxito hasta el momento debido a las bajas cargas virales y las limitaciones de las muestras.
Por su parte, la infección activa por SARS-CoV-2 se ha confirmado en 24 de los niños afectados en este país. Otras infecciones activas como el virus de Epstein-Barr, el enterovirus, el citomegalovirus, el virus sincitial respiratorio y los virus del herpes humano 6 y 7 en los análisis realizados a los pacientes afectados de este país, aunque en menor frecuencia.
Si bien el adenovirus rara vez se asocia con insuficiencia hepática fulminante en niños sanos, otros factores podrían aumentar la vulnerabilidad, por lo que las hipótesis actuales continúan incluyendo una etiología de adenovirus. El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) recuerda que los adenovirus 40-41 son una de las causas más frecuentes de gastroenteritis víricas en niños y que la hepatitis puede ser una complicación poco frecuente en estos casos, especialmente en pacientes inmunodeprimidos.
También se están investigando activamente otras posibles causas, incluido otros tipos de coronavirus, infecciones o causas ambientales. En conclusión, la etiología y los mecanismos patogénicos de la enfermedad continúan siendo una incógnita y sigue bajo investigación activa en los laboratorios de media Europa.
Las autoridades españolas continúan valorando si los casos nacionales detectados suponen un aumento inusual de casos de hepatitis no filiadas respecto a los registrados en años previos o bien si presentan unas características diferenciales con los que se identifican habitualmente.
HIPÓTESIS CON LAS QUE TRABAJA la UKHSA
- Infección por adenovirus:
- Una susceptibilidad o respuesta anormal del hospedador al adenovirus, que haría que el adenovirus progresara más frecuentemente hacia la hepatitis, debido, por ejemplo, a la falta de exposición durante la pandemia.
- El efecto de una infección previa con SARS-CoV-2 (incluida la variante Omicron) u otra infección.
- Una coinfección con SARS-CoV-2 u otra infección.
- Una toxina, fármaco o exposición ambiental.
- Una nueva variante de adenovirus, con o sin la contribución de un cofactor.
- Un síndrome de SARS-CoV-2 posinfeccioso (incluido un efecto restringido de Omicron).
- Una droga, toxina o exposición ambiental.
- Un nuevo patógeno actuando solo o como una coinfección.
- Una nueva variante del SARS-CoV-2.