Sandra Pulido Madrid | viernes, 12 de enero de 2018 h |

Esta semana se celebra en la Fundación Ramón Areces de Madrid el simposio internacional sobre ‘Patologías del Sueño: de la Neurobiología a las manifestaciones sistémicas’.

Expertos internacionales en estos trastornos discuten el estado actual de nuestro conocimiento científico sobre el tema. Diego García-Borreguero, director del Instituto del Sueño (IIS), explica a GM la importancia de las enfermedades relacionadas con el sueño.

Pregunta. ¿Cuáles son los trastornos del sueño más frecuentes en España?

Respuesta. En España, como en todos los países occidentales, conviven dos situaciones. Si miramos en los centros de sueño vemos que la patología por la que más acuden los pacientes son los trastornos respiratorios mientras duermen, la apnea del sueño obstructiva.

Ahora, si esto lo preguntamos a nivel de atención primaria, que refleja más la realidad, o si incluso hacemos una encuesta en la calle, el trastorno del sueño más común es el insomnio primario. Lo padece de una manera crónica aproximadamente el 10 o el 13 por ciento de la población española y realizan autotratamiento el 5 por ciento de los adultos. La cifra de personas que toman medicación todos los días para ello es muy elevada.

El segundo, en cuanto a la prevalencia, sería la apnea del sueño (4 o 5 por ciento) y el tercero, el síndrome de piernas inquietas (2 o 3 por ciento).

Luego tendríamos trastornos como la narcolepsia (0,2 por ciento de la población), el trastorno de conducta durante el sueño REM (en el 0,1 por ciento de la población aproximadamente). La lista la componen unos 80 trastornos diferentes.

P. El mayor problema en las enfermedades relacionadas con el sueño es la falta de diagnóstico. ¿Hay avances en este aspecto?

R. Todos estos trastornos están infradiagnosticados. Tiende a ir mejorando, porque cada vez hay más conciencia entre la población, en los médicos y hay más medios.

De todas formas hay una bolsa de no diagnóstico, de personas sin diagnosticar todavía importante y esto varía de un trastorno a otro. Se habla de que el 20-30 por ciento de los pacientes con apnea del sueño no han sido diagnosticados. En el síndrome de piernas inquietas el porcentaje de personas que tienen el cuadro y que no han sido diagnosticados hace unos años era del 90 por ciento, ahora mismo será del 50-60 por ciento.

En definitiva, la inmensa mayoría de pacientes que tienen estas patologías no lo saben y no reciben tratamiento.

P. ¿Se le está dando a día de hoy la importancia clínica necesaria?

R. Sí, pero es un proceso gradual. Tenemos que llegar a tener un centro de sueño multidisciplinar en todas las provincias españolas y todavía no estamos ahí. Y cuando digo multidisciplinar me refiero a que sea capaz de tratar todo el espectro de patologías del sueño, no solo la apnea. Tenemos que llegar a tener en los hospitales secundarios centros de screening para estas enfermedades. Hay problemas de falta de medios para abordar estos problemas y el otro gran reto es el de la educación de la profesión médica.

La situación es mejor que hace unos años, pero es insuficiente. Eso hace que el médico recién salido de la carrera no sea capaz de identificar en consulta patologías del sueño. Si miramos en la educación médica a nivel de especialidades todavía las deficiencias son enormes.

P. ¿Cómo afectan estos trastornos a la salud de los pacientes?

R. El sueño es un productor de accidentes de trabajo, el sueño es un factor de pérdida de calidad de vida y el sueño tiene implicaciones metabólicas sobre el organismo. Produce alteraciones hormonales, produce alteraciones cardiovasculares, y esas alteraciones en el metabolismo facilitan la aparición de enfermedades como la obesidad, predispone a la diabetes, facilita la hipertensión arterial, aumenta el riesgo cardiovascular.

Una persona con 40 años que duerme mal es una persona más predispuesta a padecer otro tipo de enfermedades, incluso neurológicas que pueden llevar al final a un incremento de la mortalidad.

Por otro lado, una alteración del reloj cerebral va a llevar a un sueño insuficiente o de mala calidad y esto es una de las vías por las que se puede llegar a tener un trastorno del sueño.

P. ¿Qué novedades hay en el tratamiento de estas patologías?

R. Una de las novedades es la intervención precoz de los trastornos del sueño durante la infancia. En el simposio vamos a presentar datos de seguimiento de niños con apnea del sueño.

En cuanto a las cifra sobre la adherencia al tratamiento de presión positiva (CPAP), son mejorables.

Desde la perspectiva quirúrgica existen innovaciones para realizar una cirugía sobre el componente óseo craneomaxilar.

Luego también existen alternativas que vienen de la ortodoncia para crear prótesis dentales de utilización nocturna más fáciles de llevar, con mayor tasa de adherencia y que eliminan igualmente el problema.

A su vez, una de las línea de investigación es la utilización de estimuladores del músculo hipogloso que se insertan en un punto de la zona cervical. Este dispositivo lo que hace es enviar un estímulo cada ‘x’ segundos al nervio hipogloso para que el músculo hipogloso abra la vía aérea cuando se cierra. Es un aparato con un sensor que va a notar la reducción de flujo aéreo y va a emitir una señal para que se vuelva a abrir la vía aérea. Sería un tratamiento que no requeriría nada externo.

LAS FRASES

Todos estos trastornos están infradiagnosticados. La cifra sin diagnosticar es todavía importante”

Si miramos en la educación médica a nivel de especialidades, las deficiencias son enormes aún”

Una persona de 40 años que duerme mal está predispuesta a tener otro tipo de enfermedades”