La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una afección caracterizada por una obstrucción al flujo de aire, generalmente causada por la exposición al humo de tabaco. Las personas con EPOC experimentan síntomas respiratorios diarios como dificultad para respirar, tos y expectoración y, además, pueden sufrir episodios agudos de empeoramiento de estos síntomas, que complican el curso de la enfermedad.
Actualmente la gripe está en uno de sus momentos álgidos de la temporada, ya que suele presentarse de forma epidémica durante el invierno. Sus síntomas aparecen entre 1 y 4 días después del contacto con el virus y se inician de manera brusca con fiebre, malestar general, dolor de cabeza, congestión nasal, dolor de garganta y tos seca, entre otros. Aunque la mayoría de las personas se recuperan en una o dos semanas, en algunos casos pueden surgir complicaciones, especialmente en mayores de 65 años o en personas con enfermedades crónicas. En este contexto, se sabe que en los pacientes con EPOC, la infección por el virus de la gripe puede causar una agudización de su patología, por lo que se recomienda la vacunación anual contra la gripe.
En este sentido, Eduardo Márquez Martín, presidente de Neumosur y neumólogo en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, Hospital Viamed Fátima y Hospital Viamed Santa Angela de la Cruz, explica en declaraciones a Gaceta Médica que “la gripe puede desencadenar exacerbaciones en pacientes con EPOC debido a varios factores”.
El especialista asegura que “el virus de la gripe provoca una respuesta inflamatoria significativa que agrava la inflamación crónica existente en las vías respiratorias de pacientes con EPOC, además, la infección viral incrementa la secreción de moco, obstruyendo aún más las vías respiratorias”. Por otro lado, “la gripe puede debilitar el sistema inmunológico local de los pulmones, facilitando infecciones secundarias que agravan la EPOC y el daño viral al epitelio respiratorio puede dificultar la oxigenación y agravar la hipoxia”, destaca Márquez.
Manejo de estos pacientes
El impacto de la gripe en estos pacientes crónicos es significativo, “aproximadamente un 30-50% de las exacerbaciones graves en pacientes con EPOC se asocian a infecciones respiratorias, y la gripe es una de las principales causas”, destaca el presidente de Neumosur. Además, este especialista menciona que varios estudios sugieren que hasta un 20-30% de los pacientes con EPOC que contraen gripe desarrollan exacerbaciones graves que requieren hospitalización.
“Aproximadamente un 30-50% de las exacerbaciones graves en pacientes con EPOC se asocian a infecciones respiratorias, y la gripe es una de las principales causas”
Además, el manejo de estos pacientes difiere significativamente del que se realiza en personas sin patología respiratoria crónica previa. Márquez explica que “en pacientes con EPOC, es fundamental diagnosticar y tratar la gripe de inmediato para evitar exacerbaciones graves, y de hecho, se les presta especial atención a estas, ya que pueden incluir broncodilatadores, corticosteroides sistémicos y, si hay sobreinfección, antibióticos”. Asimismo, el exerto señala que estos pacientes suelen ser candidatos para tratamientos antivirales como el oseltamivir, administrados lo antes posible tras el inicio de los síntomas. El monitoreo que se realiza a estos pacientes debe ser intenso, ya que “los pacientes con EPOC tienen un mayor riesgo de complicaciones graves, por lo que requieren un seguimiento más cercano, incluso en casa”, subraya.
Todo este manejo es importante ya que se estima que los pacientes con EPOC tienen un riesgo de hospitalización hasta 10 veces mayor en comparación con personas sanas al contraer gripe. De hecho, “en algunos estudios, hasta el 20-25% de los pacientes hospitalizados por complicaciones de la gripe tienen un diagnóstico de EPOC”, explica Márquez.
Nivel de eficacia de la vacuna antigripal
La vacuna antigripal contiene diversas cepas de virus que se espera que tengan una mayor circulación en el invierno siguiente. Al recibir la vacuna, las personas desarrollan anticuerpos que las protegen frente a los virus de la gripe incluidos en la vacuna. Aunque es posible contraer la infección, los síntomas suelen ser menos graves, lo que reduce significativamente el riesgo de hospitalizaciones y muertes, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas.
Márquez asegura que “la vacuna antigripal tiene una eficacia moderada en pacientes con EPOC, con una reducción del 30-50% en el riesgo de exacerbaciones relacionadas con la gripe y una disminución del riesgo de hospitalización y muerte”. No obstante, “aunque los pacientes con EPOC pueden tener una respuesta inmune menos robusta debido a su enfermedad de base, la vacunación sigue siendo altamente recomendable”, puntualiza el especialista.
“Aunque los pacientes con EPOC pueden tener una respuesta inmune menos robusta debido a su enfermedad de base, la vacunación sigue siendo altamente recomendable”
En esta línea, las vacunas de alta dosis y adyuvadas están diseñadas para generar una respuesta inmune más potente, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los pacientes con EPOC. Por otro lado, las vacunas de amplio espectro están siendo desarrolladas para ofrecer protección contra múltiples cepas de la gripe, independientemente de las variaciones estacionales. Además, las vacunas basadas en ARNm, inspiradas en las tecnologías utilizadas en las vacunas contra la COVID-19, tienen el potencial de mejorar la eficacia y agilizar la adaptación a nuevas cepas.
Existen estudios que evalúan si los tratamientos para la EPOC pueden influir en la respuesta inmune a la vacuna de la gripe. “Algunas investigaciones sugieren que ciertos tratamientos, como los corticosteroides inhalados y sistémicos, pueden reducir la eficacia de la vacuna al suprimir la respuesta inmune”, señala Márquez. Sin embargo, otros tratamientos, como los broncodilatadores de acción prolongada, no parecen interferir negativamente con la respuesta a la vacunación. “Por lo tanto, es crucial equilibrar los tratamientos para la EPOC con estrategias preventivas, como la vacunación, y un manejo cuidadoso de la inmunosupresión”, concluye el especialista.