fármacos teragnósticos

Los fármacos teragnósticos combinan capacidades diagnósticas y terapéuticas en un mismo compuesto, lo que permite identificar y eliminar tumores de forma simultánea. Actúan como una forma de radioterapia interna altamente específica: en lugar de aplicar radiación desde el exterior, lo que puede afectar a tejidos sanos, estos tratamientos dirigen la radiación directamente a las células tumorales desde el interior del organismo. Esta estrategia ya se aplica en algunos tipos de cáncer y constituye un campo de investigación en rápido crecimiento.

En este contexto, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Francisca Mulero y Jorge Martínez Torrecuadrada, han demostrado en modelos animales la eficacia de un compuesto teragnóstico frente al cáncer de mama triple negativo, un subtipo tumoral que actualmente presenta opciones terapéuticas limitadas.

El estudio, realizado en colaboración con grupos de la Universidad de Granada (UGR), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIB-CSIC) y el CIEMAT, ha sido reconocido como el mejor artículo publicado en 2024 en la revista Nuclear Medicine and Biology.

«En la teragnosis hacemos diagnóstico y terapia con la misma molécula, dirigida específicamente hacia una diana tumoral», explicó Mulero, jefa de la Unidad de Imagen Molecular del CNIO. «Se usa en medicina nuclear como una terapia de precisión para detectar, tratar y monitorizar el cáncer. Equivale a hacer una radioterapia interna, dentro del organismo, dirigida muy específicamente adonde se desea».

La teragnosis se ha desarrollado a partir de la Inmuno-PET, una de las técnicas de imagen médica más precisas y sensibles. Esta tecnología consiste en la administración de un compuesto radiactivo unido a anticuerpos producidos en el laboratorio, diseñados específicamente para reconocer determinadas proteínas presentes en las células tumorales. Gracias a esta unión, el compuesto radiactivo es guiado hasta el tumor, permitiendo obtener una imagen detallada de su localización y características.

Imagen de inmunoPET de paciente con cáncer (izda); ilustración con anticuerpos dirigiendo el isótopo radiactivo a las células tumorales (centro); y paciente en que células tumorales han sido eliminadas /CNIO

Los fármacos teragnósticos incorporan un paso adicional: al anticuerpo-guía se le añade un isótopo con una radiación distinta, capaz de destruir las células tumorales. De este modo, el mismo compuesto permite tanto la detección del tumor como su tratamiento, combinando diagnóstico y terapia en una única estrategia.

«Usamos los anticuerpos para llevar de manera muy específica la terapia exactamente adonde queremos. En nuestro caso hemos utilizado una proteína diana, la MT1-MMP, que se expresa en los tumores más agresivos y con tendencia a metastatizar», indicó Jorge Martínez Torrecuadrada, jefe de la Unidad de Producción de Proteínas del CNIO.

El siguiente paso en la investigación desarrollada por el equipo del CNIO consiste en optimizar tanto la estructura del anticuerpo como el marcaje radiactivo del compuesto, según explican los propios investigadores. Una vez completada esta fase, será necesario llevar a cabo estudios preclínicos que evalúen la seguridad, toxicidad y distribución del fármaco en el organismo, antes de avanzar hacia los ensayos clínicos en pacientes.


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